Isabel Díaz Ayuso es un fenómeno para la derecha, y el viernes se vio en Pamplona. La presidenta de la Comunidad de Madrid asistió a un coloquio sobre fiscalidad organizado por el lobby antiimpuestos Institución Futuro en el que encandiló a un salón repleto de representantes de UPN, PP, Ciudadanos y otras derechas forales con un discurso contra los "impuestos confiscatorios", las subvenciones a los sindicatos y las políticas "ecofeministas ecosostenibles resilientes" que ridiculizó hasta con un falsete en la voz. Un discurso en el que abogó por la "austeridad" y por "apretarse el cinturón" en lo público para no lastrar a las empresas y "a quienes crean puestos de trabajo", que por momento rozó el populismo y en el que hubo constantes referencias a la españolidad de Navarra. Y en el que también dejó una perla de bienvenida al recién llegado presidente del PP: una crítica velada, fuera de todo argumentario, al encuentro que mantuvieron esta semana Feijóo y Sánchez, con el que PP inicia un deshielo con el Gobierno tras la etapa de Casado que no gusta a Ayuso: "Si no somos una oposición real al desastre nos iremos todos al barranco, y yo me niego".

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Visita de Isabel Díaz Ayuso a Pamplona

El encuentro duró una hora y empezó con veinte minutos de retraso. Ayuso, que por la mañana estuvo en Vitoria, cruzó la plaza del Tres Reyes en medio de un impresionante despliegue policial. Pero nadie le increpó. Al contrario: los escasos veinte metros que recorrió fueron constantemente interrumpidos por fans que le dicen lo guapa que es o que es su ídola. Ayuso les sonríe, se les acerca y les saluda. Y con la misma amabilidad se justificó ante este periódico para no responder preguntas de la prensa.

Llegada de Ayuso a Pamplona

Llegada de Ayuso a Pamplona

Dentro, una introducción a cargo de Josetxo Aracama antes del breve discurso de la presidenta. Habló unos pocos minutos en los que elogió a Navarra por su riqueza cultural y también por buenos parámetros que no se atreven a destacar ni los políticos de derechas de aquí. Ayuso fue cuidadosa con la misma tierra que hace dos años censuró sus palabras relativas a los "paletos" regionalistas, entre ellos los navarros. Ahora, para Ayuso Navarra es una tierra a la que mira "con admiración y que da envidia sana" y a la que "nadie tiene que arrebatar su identidad". Porque, a juicio de Ayuso, sobre Navarra solo se cierne "la sombra de quienes se hicieron fuertes con el terror".

El gasto público

No hizo muchas más apelaciones locales. Desde luego, no puso a caer de un burro al Gobierno de Chivite. Ni lo mencionó. Expuso su visión de la fiscalidad. Lo hizo con llaneza y no se podrá decir que no habla claro. Defendió sin rubor el dumping fiscal que Madrid suele ejercer sobre otros territorios. "Cuando se habla de esto se hace trampas. El capital es libre y se irá donde se sienta bien tratado. No le subas los impuestos a Madrid: bájaselos a Navarra o a Soria".

Ahí sacó su discurso más Institución Futuro. "La administración pone trabas y los impuestos son necesarios, pero si se pasan y son confiscatorios matan el incentivo, y no me da la gana de subirle los impuestos a los que crean puestos de trabajo", dijo, antes de colar los mantras que suele desplegar en la Asamblea de Madrid. En el fondo, la idea es la misma: bajar los impuestos y el gasto público, que "se ha ido de madre". Limitar subvenciones a sindicatos y políticas de igualdad, y ponérselo fácil a las empresas. Habló abiertamente por la austeridad y por apretarse el cinturón en lo público, y deseó que estas políticas lleguen pronto a La Moncloa de mano de Feijóo. Y todo el auditorio, lleno de políticos navarros de derechas, la despidió con dos aplausos antes de que Aracama le anudara un pañuelico de San Fermín.

Asistentes

De Maya a Lizarbe. El salón Princesa del Tres Reyes se quedó pequeño. Ayuso mencionó en su saludo inicial a Javier Esparza, que no estaba en el audiotorio. Sí se vio a Maya, a los diputados Carlos García Adanero y Sergio Sayas y históricos como Del Burgo. Incluso asistió el socialista Juanjo Lizarbe.