Que Euskadi es un territorio que vota diferente al sentido del resto de España es algo bien sabido. Y este domingo volvió a dar muestras de ello al no negar el subidón a la ultraderecha, un incremento que sí ha protagonizado en otros territorios de España como Castilla y León, Murcia, Baleares o la Comunidad Valenciana. Después de irrumpir por sorpresa hace cuatro años en el Parlamento Vasco de la mano de Amaia Martínez, su también candidata a lehendakari consiguió salvar los muebles para mantener su puesto en la Cámara de Gasteiz. La formación capitaneada por Santiago Abascal seguirá estando presente en la política vasca. Será una representación testimonial, casi anecdótica, pero seguirán estado.

El reparto de escaños en Euskadi volvió a jugar en favor de la ultraderecha, que pese a rascar poco más de 5.600 votos en el territorio histórico de Araba -donde apenas supera el 3,7% de los votos totales emitidos-, fue allí donde logró su único escaño, que volverá a parar a manos de Amaia Martínez. Por su parte, las cifras en Bizkaia o Gipuzkoa fueron mucho más humildes: en el primero obtuvo menos del 2% -con 10.600 papeletas- y en el otro apenas alcanzó el 1,5% -poco más de 5.100 sufragios-. En todo caso, la ultraderecha mantuvo el tipo, pese a que durante buena parte de la noche se le daba como extinguido del Parlamento Vasco.

Varias son las razones que hacen de Vox una opción minoritaria en la CAV. Y es que sus apelaciones a eliminar el Concierto Económico o el convenio navarro -incluso con acciones legislativas para reclamar su supresión-, sus llamadas a repatriar a los inmigrantes ilegales, sus proclamas en favor de cesar el adoctrinamiento en las aulas o sus llamadas a recuperar las rojigualdas -así lo hizo para concluir la campaña en la playa de La Concha, en Donostia, y nada menos que con una bandera de 50 metros- apenas cosechan el beneplácito del electorado vasco. Y aún así, y centrándose específicamente en suelo alavés han obtenido el mejor de los resultados posibles. En Araba, además, logra dejar atrás a las izquierdas confederales, Sumar y Podemos.

La valoración de Vox de ayer fue de una alegría contenida. Y no lo fue porque pese a revalidar el escaño en el Parlamento Vasco, “ETA y el partido separatista vasco” han salido triunfadores del 21-A, según expuso Santiago Abascal. En todo caso, no pudo si no felicitarse porque su partido haya vuelto “a poner una pica en un Parlamento difícil” y en una tierra “complicada” en la que todavía “no hay libertad”, tal y como sostuvo. Por su parte, Martínez agradeció a quienes “ han vuelto a confiar en nosotros, a pesar de las encuestas, las manipulaciones y la violencia. Vamos a seguir trabajando por esta tierra”, incidió.