Santurtzi - No era la primera vez que se escuchaban gritos y discusiones, pero casi ningún vecino del Grupo Nafarroa de Santurtzi podía imaginar que un joven de 24 años y de origen camerunés acabase acuchillando a su pareja, M.E.M.L. de 51 años, y a su hijo, I.V.M. de 28 años. “Alguna vez habíamos oído gritos, discusiones. Bajaba triste, llorando y nos contaba que tenían una mala relación, que habían reñido. Tampoco te contaba más”. Son palabras de Raquel Martínez, vecina de esta zona de Mamariga que conoce a las víctimas y al agresor.

Pero, por desgracia, lo inimaginable cobró forma real ayer cuando el agresor empuñó un arma blanca para atacar a madre e hijo. Se ensañó especialmente con el joven de 28 años, a quien asestó hasta nueve cuchilladas en el tórax. Ambos fueron trasladados al hospital de Cruces, donde quedaron ingresados con pronóstico reservado. La mujer, quien mantenía una relación sentimental con su agresor desde hace varios años, había presentado hace aproximadamente un año una denuncia ante la Ertzaintza por violencia de género. “Nos había dicho que le había denunciado, pero creía que había retirado la denuncia”, apuntó otra vecina.

Pasadas las 10.00 horas, la Policía vasca recibía un aviso en una aplicación móvil y, rápidamente, acudía al lugar de los hechos junto a efectivos sanitarios. Al llegar al cuarto piso del número 7 del Grupo Nafarroa, los agentes y los sanitarios se encontraron a la mujer y a su hijo heridos por arma blanca. El presunto agresor fue detenido de inmediato y trasladado a dependencias policiales.

Los equipos médicos dieron las primeras atenciones a la mujer para trasladarla de inmediato al hospital de Cruces para tratarla de sus heridas, pero, en el caso del hijo, el proceso fue más complicado. El hueco de la escalera del edificio era demasiado estrecho para evacuar a la víctima, más si cabe, teniendo en cuenta las heridas que tenía en el tórax a causa de las 9 cuchilladas.

Hasta el lugar acudió una dotación los Bomberos forales del parque de Urioste para sacar, a través de la ventana, al joven de 28 años que ya había sido estabilizado por los servicios médicos. Fueron maniobras delicadas que contaron con un handicap: un cable de alta tensión situado en las inmediaciones del edificio y que dificultaba más si cabe la evacuación.

Finalmente, los bomberos lograron sacar de su hogar al joven que fue trasladado de inmediato al hospital de Cruces. “Osakidetza ha requerido nuestros servicios porque la escalera es muy estrecha y, por el tipo de herida que tenía el joven, estaba complicado para sacarle por las escaleras. Era más fácil sacarle por la ventana, esta es una operación que estamos habituados a hacer”, explicó Joseba Etxaburu, cabo del parque de bomberos de Urioste.

El rescate fue presenciado por varios vecinos de esta zona del barrio de Mamariga que conocían, horrorizados, lo ocurrido. “Al oír ambulancias no sabía qué podría haber pasado. Pensaba que venían a por algún vecino que se había sentido indispuesto. A él le solía ver haciendo gimnasia a primera hora de la mañana, y a veces se le oía gritar en la calle con otra gente, pero esto no se lo esperaba nadie”, indicó José Fernández, un vecino de esta zona de Mamariga en la que esta mujer, que hace dos décadas se separó de su anterior pareja, es conocida por haber regentado un negocio. - Miguel A. Pardo