oñati - Eusko Ikaskuntza renovó ayer la misión que se le encomendó hace un siglo, a la vez que reafirmó su compromiso para seguir dando cauce a los retos de futuro que se plantean en Euskal Herria. Con una versión actualizada, la Sociedad de Estudios Vascos volvió a sus orígenes, a Oñati, para reproducir la esencia del hito que en 1918 supuso su fundación y la celebración del primer congreso.

En su cien cumpleaños, la entidad científica-cultural ha puesto el foco en la necesidad de articular “la Vasconia del siglo XXI” en base a cinco ejes fundamentales: la cohesión social en una sociedad vasca diversa, el desarrollo socieconómico, la gobernanza democrática, el futuro del euskera y el imaginario colectivo para los escenarios sociales deseados. Sobre estos cinco pilares se apoya la Declaración Institucional que ayer puso el broche de oro a la conmemoración del centenario, y que sirvió de colofón al 18º Congreso Geroa Elkar-Ekin que Eusko Ikaskuntza clausuró el viernes en Oñati, después de tres años de trabajo en el marco de un proceso “amplio y participativo”.

Pasado y futuro se dieron la mano en un acto marcado por la tradición, pero con la mirada puesta en los desafíos “que tenemos por delante”. El lehendakari, Iñigo Urkullu, la presidenta de Navarra, Uxue Barkos, y su homólogo de la Mancomunidad de Iparralde, Jean René Etchegaray, encabezaron la representación institucional que se dio cita en el cierre del centenario, al que también asistieron los diputados forales y presidentes de las Juntas Generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, y el delegado del Gobierno español en Euskadi, Jesús Loza. Tampoco faltaron los alcaldes y alcaldesas de diferentes municipios, entre ellos el oñatiarra Mikel Biain, la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, la titular de Educación, Cristina Uriarte y la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Maddalen Iriarte, así como la dirección del ámbito universitario.

Tras la firma del libro Euskaldunon Mendea 1918-2018, Foruen Enparan-tza reeditó la escena que se vivió hace cien años con la representación popular de la soka dantza, que en esta ocasión estuvo capitaneada por los dan-tzaris de Oñatz dantza taldea y a la que se sumaron también las autoridades. En este apartado gozaron de un protagonismo especial la socia más veterana de Eusko Ikaskuntza, la oñatiarra de 95 años María Luis Azurmendi, y el más joven, Álvaro Castillo, que fueron agasajados con un aurresku.

proyecto compartido Una vez en la parroquia de San Miguel y en una puesta en escena amenizada por las voces del Orfeón Donostiarra, el presidente de Eusko Ikaskuntza, Iñaki Dorronsoro, afirmó que tras tres años de análisis y debate “hemos convergido en la necesidad de configurar un proyecto de futuro compartido”, que está fundamentado sobre “un sistema democrático renovado, cooperativo, que dote de iniciativa al ciudadano, que respete la diversidad y que apueste por la innovación”. Este sistema, según defendió Dorronsoro, debe ser capaz de “combinar la creación y acumulación de riqueza con su justa distribución, el desarrollo económico con la conservación del medio natural y ambiental, además de asumir el desarrollo de nuestra cultura y el euskera, y la educación a lo largo de la vida como elementos vitales para un mayor grado de cohesión interna”.

Por su parte, el presidente del centenario y del 18º Congreso, Xabier Alkorta, puso el acento en la necesidad de crear “una narrativa compartida” y de activar “la inteligencia colectiva” de cara a avanzar hacia un contexto de “mayor bienestar social, una identidad política común y una gobernanza democrática”. Para Alkorta hay que “dar pasos decididos” en la cohesión entre ciudadanos e instituciones con el fin de “estrechar las relaciones entre los territorios vascos. No creamos una academia sino una organización en la que debe participar el pueblo”, recalcó.

En este contexto, el lehendakari apostó por dar “una respuesta adecuada a los retos de nuestro pueblo” para continuar “con la construcción de nuestro país”. Urkullu se refirió, asimismo, a “la semilla” plantada hace un siglo y que los representantes de Eusko Ikaskuntza han sabido “cuidar bien. Hoy tenemos un árbol fuerte que protege e impulsa nuestra cultura, que ha abierto sus ramas al mundo entero”, declaró.

cinco ámbitos La celebración alcanzó su momento cumbre con la lectura de la Declaración Institucional que, tal y como explicaron, recoge “una reflexión sobre el pasado, el presente y el futuro de Vasconia”, al tiempo que pone el acento en la contribución que ha hecho y proyecta seguir haciendo la centenaria Sociedad de Estudios Vascos, que se ha marcado como objetivo trabajar con instituciones públicas, agentes sociales y políticos, universidades y la ciudadanía en general, en cinco ámbitos distintos. Así, en el contexto de la globalización y de los cambios acelerados, aboga por definir “la posición de las comunidades y territorios vascos en el mundo y su articulación con las instancias estatales y supraestatales”.

Como instrumento para “el fortalecimiento de un proyecto común” se propone crear un espacio que favorezca “relaciones estables y estructuradas” entre los diversos agentes e instituciones. Eusko Ikaskuntza entiende, por otro lado, que es “importante aglutinar la diversidad vasca en una identidad compartida” en torno a valores comunes “decididos por toda la ciudadanía”.

La institución que ha cumplido un siglo de vida trabajará, igualmente, en el desarrollo de la economía “al servicio de un progreso social y ambiental sostenible”, y profundizará en la gobernanza democrática que “capacite a las personas para lograr un máximo de consensos”.

Los últimos compases del centenario corrieron a cargo del grupo de dantzaris del municipio navarro de Arizkun, que interpretó el mismo baile del acto inaugural de 1918. De este modo se puso punto y final a un evento que vuelve a hacer historia. Con moldes renovados, y con el conocimiento y la innovación por bandera, Eusko Ikaskuntza ha ratificado su compromiso con el desarrollo de Euskal Herria.