BILBAO. El navegante Unai Basurko y el músico Kepa Junkera han presentado hoy el documental sobre la travesía "Tras la ELA en vela", que realizaron en mayo hasta Finisterre con el objetivo de visualizar la situación de las personas afectadas por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

El documental recoge las vivencias de los participantes en la travesía, que arrancó en Bilbao el pasado 26 de mayo y navegando por el Cantábrico llegó hasta Muros (Galicia). Junto a Junkera y Basurko, completaron esta travesía el getxotarra enfermo de ELA Iñaki Elorriaga y el capitán Jon Aurtenetxe.

El documental está dirigido por Josu Martínez, que también participó en esta travesía que tenía como desafío llegar al cabo Finisterre.

A través de este documental quieren visualizar esta enfermedad neurológica, que según la Sociedad Española de Neurología (SEN) afecta a alrededor de 3.000 personas en España, con una esperanza media de vida de tres años a partir del diagnóstico.

En una rueda de prensa en Bilbao, los participantes han explicado que se están cumpliendo sus objetivos, que son principalmente la "visualización de la existencia de esta enfermedad incurable, cruel y caprichosa y plantear a la sociedad la reivindicación a las instituciones de que aumenten la inversión en la investigación".

Elorriaga ha pedido que la unidad de ELA incluya un psicólogo o un psiquiatra, además de un coordinador para recopilar toda la información de cada enfermo, ya que las reacciones de cada cuerpo a esta enfermedad son diferentes.

Esto se realizaría con el objetivo de aportar y contrastar información con otros centros a nivel internacional. Además, ha explicado que es necesario profesionalizar las asociaciones, con un gerente, que se encargue de coordinar el trabajo, y que los voluntarios tengan un contrato.

Los participantes en la travesía han destacado el recibimiento en todos los puertos en los que hicieron una parada, tanto en Muros, San Sebastián, Santander o Avilés, entre otros.

Con respecto a las dificultades de realizar un viaje como este con esta enfermedad, Elorriaga ha explicado que lo más complicado ha sido dar una charla sobre este asunto a niños de ocho a diez años, aunque al final acabaron todos contentos.