Donostia - Empezó hace dos años haciendo vídeos en YouTube para enseñar euskera de una forma entretenida y pronto empezaron a pedirle más y más vídeos. Ahora supera los 60 con lecciones tan sugerentes y divertidas como Aprender euskera, nivel txosnas, Cómo hablar euskera con las amigas de tu novia sin tener ni puta idea o Euskera para futbolistas. Su canal supera ya los 6.000 suscriptores y rebasa el medio millón de reproducciones, y subiendo. Esta entrevista es su primera vez dando la cara, hasta ahora casi nadie sabía quién está detrás de esa animada voz. Es él: un profesor euskaldún de 37 años que aprendió castellano, curiosamente, cuando vivió de niño tres años en Donostia.

Empecemos por el principio, ¿por qué el nombre de Euskara satorra?

-Es un juego de palabras a partir de Euskara jatorra, que sería el euskera correcto, pero yo no soy filólogo vasco así que me pareció mejor llamarlo Euskara satorra, el euskara topo, el que está en el suelo. Algo más sencillo.

Y hoy es la primera vez que da la cara, porque en sus vídeos no sale su imagen.

-Sí, bueno. Una de las razones de no aparecer es que me da mucho respeto. No soy filólogo, ni periodista, ni editor de vídeos. Bueno, por timidez, también. Pero quería dar importancia al contenido y no tener mucho personalismo.

¿Cómo empezó, cómo le dio por ahí?

-Estoy viciado con YouTube, sigo tutoriales de todo tipo de temas (economía, idiomas, psicología, videojuegos?) también de ingeniería, que es lo mío, y me pareció raro que no hubiera casi nada en euskera. Pensé que era una buena idea hacer estos vídeos para enseñar euskera.

Además, es usted profesor...

-Sí, soy profesor de Tecnología en el Instituto Miguel de Unamuno de Bilbao. Con chavales de ESO y de Bachillerato.

Que no saben que es youtuber

-No, no tienen ni idea, poca gente sabe esto. Ni siquiera muchos de mis amigos lo saben. De hecho, mis padres lo acaban de descubrir hace unos días.

¿Y eso por qué?

-Pues empecé con el canal hace dos años y no se lo dije a nadie. Estuve cinco o seis meses haciendo vídeos a escondidas. No lo sabía ni mi mujer.

¿En serio?

-Sí, porque creo que muchas veces empiezas un proyecto, lo comentas y se desinfla. Y prefiero que las cosas maduren, cojan velocidad y rumbo. Siempre hay tiempo para contarlo, vaya bien o no.

¿Y cómo decimos ahora a sus amigos, a sus alumnos, que se están enterando por el periódico, que es usted el nuevo Rubius, el nuevo AuronPlay?

-No, no, no (se ríe). Mis referentes en YouTube no son ellos, ni le sigo a Wismichu, ni a AuronPlay ni al Rubius... Intento hacer vídeos más tranquilos, donde haya tiempo para hablar tranquilamente. ¿Qué decirles? No sé, que si quieren participar están invitados.

¿Cuánto tiempo le dedica a esto de hacer vídeos para enseñar euskera?

-Tengo muy poco tiempo, la verdad. De hecho lo tuve que dejar cuando nació nuestra hija, Gadea. Hay prioridades. Ahora que tiene año y medio, cuando saco un poco de tiempo aprovecho para pensar un vídeo, escribir el guion, grabarlo, editarlo...

Suena a mucho tiempo y trabajo.

-Sí, lleva tiempo. Un vídeo de diez, quince minutos me puede llevar tres o cuatro horas, si va todo bien. Uso un guion porque no tengo la capacidad de improvisar y luego edito lo que no me convence.

Y lleva los vídeos a terrenos prácticos donde todos nos reconocemos...

-Sí, por ejemplo, el otro día pedí un café en un bar de Bilbao y no me entendían, así que hice un vídeo de ayuda. Cuando leí que William José quería tener un hijo para aprender euskera con él hice un vídeo con frases de futbolistas. Mis vídeos no son un curso de euskera, no pretendo eso; son vídeos para aprender euskera, a manejarte en conversaciones y cojo muchas cosas del día a día.

Y le añade su ingenio, ese punto divertido que es su sello personal.

-Con humor yo creo que todo entra mejor. Pero no solo para aprender idiomas, para todo. También en clase intento que sea así, aunque no siempre lo consiga.

En los comentarios hay gente de medio mundo que le escribe para agradecerle su labor... y pedir más.

-Sí, hay mucha gente que me cuenta su historia, su relación con el euskera... Gente que tiene orígenes vascos y está fuera. Los datos que tengo es que el 75% que entra al canal es del Estado español y el 25% de fuera, sobre todo de Argentina, Estados Unidos y Chile. Cuando paré tenía unos 500 comentarios y al volver más de 4.000. He visto que había interés y lo he retomado con ganas.

También se nota cierta vena periodística en muchos de sus vídeos?

-Sí, bueno. Cuando tenía 18 años elegí Ingeniería como primera opción y Periodismo como segunda. Yo he consumido y consumo muchos periódicos, mucha información desde que tenía 6 años.

Ha calificado en unos de sus vídeos el Euskaraldia como “la dinámica del perdedor”. Llama la atención.

-Lo digo porque es muy triste que en tu propio pueblo tengas que organizarte para hablar en tu idioma. Eso solo lo hacen los perdedores. Si te paras a pensar un poco, es triste, pero es lo que hay. ¿Hace 150 años tendrían que hacer esto? Obviamente, no.

¿Vamos a peor?

-Según el rango de años que cojas, iremos a mejor o a peor, o a desaparecer. En número de hablantes puede haber más ahora, pero en porcentaje estamos mucho peor que hace 150 años.

¿Cuál es su balance personal de Euskaraldia?

-Me parece una iniciativa buena que había que hacer. ¿Va a resolver algo? Pues seguramente no, pero hay que hacerlo. Mi balance personal ha sido muy bueno. Las cosas que vives son las que se quedan. Si se hace otro Euskaraldia animo a la gente a que se ponga la chapa y lo viva como lo he hecho yo.

Otra frase suya: “Se hace muy pesado hablar en euskera y recibir caras de todo tipo”.

-Sí, es que es así, y no quiero ser un llorón, no va conmigo, la gente tiene mayores problemas que ese. Pero es lo que pasa y por eso lo digo. Es muy pesado, hablas euskera y hay gente que te pone caras de ¿pero este tío dónde va?

¿Por eso dice que “tenemos que andar pidiendo perdón por utilizar nuestro idioma en nuestro propio pueblo”?

-Sí, y no deberíamos. Es la realidad. Yo digo lo que me está pasando, no solo a mí, también a mucha gente. ¿Por qué ocurre? Habrá muchos factores, seguramente es desconocimiento o no tienen esa realidad cerca, nadie de su entorno habla euskera y muchas veces las cosas que desconoces te echan para atrás, y no se lo vas a echar en cara. Yo creo que hay que facilitar aprender euskera, hacer vídeos en euskera, normalizarlo, hacerlo todo más natural, más normal.

¿Sus vídeos son el antídoto?

-Lo que pretendo con los vídeos es que la gente disfrute con el euskera. Ya sé que para algunos es un trauma porque lo estudian para preparar las oposiciones, pero también es divertido. Si estás motivado lo disfrutas más y lo aprendes antes.

Y no solo aprender, hay que hablar...

-Sí, yo nací en Ajangiz, al lado de Gernika. A mí me pasó que vivía solo en euskera, hablaba en mi casa, con mis amigos, en la calle... y de repente, conocí una realidad distinta. Te digo la verdad, nos mudamos por el trabajo de mi padre, estuve entre los 8 y los 10 años viviendo en Donostia y aprendí a hablar castellano. Conocí una realidad que otros conocen en la universidad, cuando empiezan a trabajar y te mudas a la ciudad... Fue a finales de los ochenta y bueno, hoy en Donostia la situación es otra.

Mejor, porque dice usted que “el B1 aumenta un 35% tu sex appeal

-(Se ríe). Es un eslogan como los que usan en publicidad que puse en el vídeo de las razones para aprender euskera. Si te llama la atención es que funciona. Pero es verdad que a muchos euskaldunes se les hace más cómodo buscar una pareja vascoparlante, así que algo de eso hay.