En la típica lista de propósitos de año nuevo nunca falta hacer dieta, apuntarse al gimnasio, comer sano, dejar de fumar, practicar yoga o aprender inglés. Pero los tópicos no siempre se cumplen. “¿Mi propósito para este año? Vivir, vivir, vivir y vivir bien”. Anselmo, de 81 años, lo tiene claro. Es el más joven de la cuadrilla de profesores jubilados que cada mañana se reúne en el parque de Doña Casilda para pasear y comentar el día a día. “Yo lo único que quiero es seguir con la rutina”, coincide José Manuel.

Entre sus conversaciones no faltan las anécdotas de sus años en la enseñanza, que recuerdan con nostalgia y cariño. “Lo mejor que he hecho en mi vida ha sido casarme con mi mujer, dedicarme a la enseñanza y tener a mis dos hijos”, sostiene el hombre, que ha dado clases durante toda su vida a niños de 10 y 11 años, “la mejor edad, a partir de los 12 años es cuando empieza la tontería”.

“Por mis manos habrán pasado entre 8.000 y 10.000 alumnos, y con algunos todavía comparto mantel”, presume, por su parte, Anselmo, físico de formación. “Uno de mis alumnos fue Aburto”, apunta Antonio, profesor de inglés. Tras su hora de encuentro matinal, el grupo se disuelve y cada uno de ellos pone rumbo a su casa. “No vamos de vinos, solo bebemos cuando tenemos algo que celebrar”, explican. “Después del paseo, vienen los recados, la comida y el resto de la rutina diaria”, comenta, con satisfacción, José Manuel.

Hay quienes, como este grupo de profesores jubilados, piden una buena salud física a este nuevo año; otros, como Itziar, en cambio, desean “mantener la ilusión interna”. La mujer reconoce que hay días que viene dada, sin embargo, hay otros en los que hay que trabajarla mucho. “Quiero que la ilusión esté lo más atendida posible este año”. Su amiga Nélida, por su parte, solo desea dormir durante este 2019. Madre de un bebé de poco más de un mes, cerró 2018 con pocas horas de sueño.

“Por la noche no duerme mal, hay veces que duerme cinco horas seguidas; pero por el día... nada”, asegura. La pequeña solo se relaja cuando sale a pasear con su amatxu en la mochila. “Ahí sí se duerme, pero claro, yo no porque estoy paseando”, explica Nélida.

Nueva vida La paternidad también marcará el año de Iván y Julen. El primero será padre en abril de una niña y el segundo se reserva todos sus deseos para su hija Alaia, de dos años. “Yo solo pido que todo siga bien, que la niña crezca sana y feliz”, explica. En la recta final del embarazo, la prioridad para Iván es que “todo vaya bien”. A partir de abril comenzará una nueva vida para él y la dieta o el gimnasio se encuentran a la cola en su lista de propósitos para el año nuevo.

“Este año todo va a ser nuevo para mí; aquí estoy, entrenando un poco con Alaia y Julen”, bromea. Puede que dentro de cuatro meses comparta con Nélida el mismo propósito: dormir.

¿Y qué hay de los tópicos de año nuevo? “Ya fuma mucha menos gente, así que ya no es un propósito tan habitual”, opina Iván. “Yo también deseo lo típico, que sea un buen año, más justo en el mundo y que todo el mundo tenga una oportunidad”, apunta Julen.

Fracaso Con el entusiasmo por el nuevo año que arranca, muchas personas se autoimponen propósitos de mejora de habilidades, actitudes y capacidades. Los propósitos de año nuevo están ligados a acabar con los malos hábitos y lograr ser capaces de mejorar en algunas áreas, como los idiomas o la salud física. Sin embargo, muchas de estas grandes ideas se quedan en nada a medida que avanza el año. Según un famoso estudio del psicólogo británico Richard Wiseman de la Universidad de Hertfordshire, solo un 12% de las personas consigue los objetivos que se marca a principios de año; de hecho, el 80% fracasa a principios de febrero.

Los psicólogos aconsejan que los objetivos a cumplir sean claros y realistas, porque, de no ser así, pueden aparecer la depresión y la ansiedad. Por ejemplo, el invierno es la peor época para perder peso, porque solemos tener más apetito y almacenamos más reservas cuando hace frío. Y si el propósito es empezar a correr, también corre el peligro de no cumplirse, ya que estos meses son los más fríos y lluviosos del año.