Bilbao - ¿Qué lugar debería ocupar la Filosofía en la educación?

-Eso depende de nuestras aspiraciones colectivas, pero para mí, la cuestión esencial respecto a la Filosofía es la siguiente: es imposible entender quiénes somos como europeos si no entendemos lo que supone la Filosofía. La Filosofía es exactamente el núcleo de la identidad europea.

¿Por qué?

-A diferencia del resto de civilizaciones, que todas tienen su libro sagrado intocable, en Europa no ha habido ningún libro que no haya estado tarde o temprano sometido al debate. Lo único sagrado es precisamente ese debate, ese diálogo. Si negamos esto, estamos negando la esencia de nuestra cultura. Obviamente, ninguna herencia está garantizada, por lo tanto podemos decir que estamos cansados de ser europeos y que eso ya no nos interesa.

¿Qué nos aporta la Filosofía?

-Creo que cualquier actividad escolar bien realizada te ayuda a pensar y a desarrollar tu pensamiento crítico. Lo que te proporciona la Filosofía es un ejercicio de segundo grado: ¿Qué es pensamiento crítico? ¿Qué es pensar? La auténtica Filosofía no es tanto la que nos permite encontrar la respuesta como vivir la dimensión de esa misma pregunta.

Sin embargo, muchas veces se ha caído en el error de reducir la Filosofía a la enseñanza de cuatro o cinco autores.

-Eso es una cuestión dolorosa. La Filosofía, si es algo, es el intento de superar la opinión para sustituirla por el razonamiento. Cuando veo que los alumnos de Italia trabajan a Hegel, cuando veo los exámenes de Filosofía de Francia, me parece que tenemos todo un campo de ambición que desarrollar. La Filosofía si no es ambiciosa no es Filosofía.

¿Qué opina sobre el eterno debate sobre la asignatura de valores cívicos?

-Los valores que puede transmitir un centro están en la conducta de este propio centro. Creo básicamente que lo que llamamos valores se adquieren mucho más por el ojo que por el oído. Son los ejemplos valiosos los que nos ayudan a encontrar esos valores. La escuela y el sistema escolar se han convertido en el lugar en el que la sociedad vierte todas sus frustraciones. Si tenemos problemas de equidad, la escuela; si tenemos problemas de género, la escuela; si tenemos problemas de ecología, la escuela. Y la escuela es, a la vez, la institución que más está siendo criticada y a la que más se le exige para que resuelva todos los problemas que la sociedad no puede encarar.

Usted reivindica su papel de maestro de escuela.

-Yo hice Magisterio en Pamplona, y de ahí me vine a Barcelona. Hice otras cosas, doctorado en Filosofía y no sé cuantas cosas más. Pero todo eso lo considero notas a pie de página del titulo honorable que es el de maestro.

¿Qué papel juega el maestro en la vida del niño?

-Luis Lizasoain, de la Universidad del País Vasco, está analizando los resultados de distintas escuelas comparándolas con las expectativas que su medio socieconómico proyectaría. Y nos está mostrando que en cualquier medio social hay centros educativos que tienen resultados muy por encima de sus expectativas y otros que están muy por debajo de sus expectativas. Los primeros son los que realmente nos deberían servir de guía. No hay institución ni política educativa que tenga más posibilidad, más capacidad transformadora que una buena escuela.

¿Cómo valora el estado de la educación en España?

-Creo que en España no hay un sistema educativo, hay como mínimo dos. Si valoramos, por ejemplo, Castilla y León, La Rioja y Navarra, la conclusión sería que tenemos un sistema educativo cojonudo. Los resultados de estas tres comunidades están a la altura de los países más altos de OCDE. Pero si valorásemos nuestro sistema educativo por los resultados de Extremadura, Canarias, Andalucía o Mallorca, diríamos: tenemos un sistema educativo desastroso. Lo curioso es que las primeras tienen buenos resultados con las mismas leyes educativas generales que las segundas. Por lo tanto, la pregunta que debemos hacernos es: ¿Cuál es la incidencia real de las leyes educativas sobre la mejora efectiva de los centros? Insisto en que debemos aprender de las buenas prácticas.

¿Y cuáles son?

-La formación profesional en Gipuzkoa es excelente, por lo tanto ahí tenemos un referente. El absentismo escolar en el País Vasco está a la altura de los países con menor absentismo en Europa. Habrá que reconocer lo que hacemos bien, y felicitarnos por eso, y también pensar qué nos pasa en el País Vasco (a excepción de Navarra) para que no acabemos de generar la excelencia que debería estar en nuestras manos. Yo no tengo la respuesta, simplemente lo constato.- M.M.