málaga - El hallazgo de un pelo de Julen, al que se le practicó una prueba de ADN y se cotejó con el de los familiares, fue el principal avance en una nueva jornada de búsqueda del niño de 2 años que cayó el pasado domingo a un pozo en Totalán (Málaga).

El director de la Guardia Civil, Félix Azón, explicó a los periodistas antes de participar en un desayuno en Madrid que se comunicó a la familia que “existen restos biológicos con una altísima posibilidad de que sean del niño”.

Este hallazgo de restos biológicos de Julen afianza los trabajos de extracción, ya que hay “evidencia científica de que el menor está allí”, afirmó la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez.

El padre de Julen, José Roselló, afirmó a los periodistas que, aunque están rotos por la situación, él y su mujer tienen la “esperanza” de que cuentan con “un ángel” que va a ayudar a que su hijo “salga vivo”.

Junto a Roselló compareció Juan José Cortés, padre de Mari Luz, la niña onubense de 5 años asesinada en 2008, quien pidió a los padres de Julen que “no pierdan la esperanza” porque “son jóvenes y tienen fortaleza para soportar algo así”.

Fuentes de la Consejería de Empleo señalaron que la Junta no tramitó ningún permiso para excavar el pozo en el que cayó el menor y que en ningún departamento del gobierno andaluz consta que se solicitasen los permisos necesarios.

Hacer prospecciones en busca de agua y excavar un pozo similar al de Totalán requiere el permiso de Minas, que exige antes un proyecto específico hecho por un ingeniero, tener director de obra y seguro y sellarlo al acabar, según personal especializado de la Dirección General de Minas.

Por su parte, Antonio Sánchez, el empresario que abrió el pozo, aseguró que selló el orificio, “pero aquello lo han modificado después”, e indicó que ésta es la información que facilitó a la Guardia Civil.

El pocero está convencido de que su proceder fue correcto y afirmó que no quiere ningún abogado “y que venga lo que sea”.

Los técnicos que participan en el rescate descartaron momentáneamente la succión del material sólido del interior de la prospección y acometen la construcción de una plataforma necesaria para habilitar los dos túneles para acceder a donde se cree que está el menor.

El responsable del Colegio de Ingenieros de Caminos en Málaga, Ángel García, explicó que se va a proceder a “encamisar” el pozo original, que “está desnudo” y añadió que generalmente “en esos pozos se termina poniendo un tubo, pero no estaba encamisado”.

Para realizar la galería vertical, previamente hay que habilitar una plataforma de trabajo a unos 30 metros por debajo de la boca del pozo, lo que supone un movimiento de tierra “importante”, y después la “perforación de 1.200 milímetros para que, cuando lleguemos a la cota -71 metros, donde entendemos que está el tapón y Julen, podamos acceder y hacer otra galería horizontal excavada por medios manuales”, explicó.

Los profesionales del dispositivo de búsqueda viven estas labores “como algo personal”, según expresó uno de los integrantes del operativo de rescate.

Miguel Ángel Nevado, técnico en evacuación de agua y conducciones que se ofreció a ayudar al dispositivo ver que no había avances, explicó a los periodistas que los bomberos y guardias civiles que participan en las tareas “son padres y lo viven como algo personal, sin descanso, con barba de tres días”.

Así, reciben las llamadas de sus parejas para ver cuándo van a volver a casa, y les dicen por teléfono: “no me esperes esta noche que no voy”.

evitar cualquier fallo Sobre la complejidad de las tareas, explicó que el orificio es “el culo de una sartén”, en referencia al reducido diámetro -25 centímetros-, y añadió que por ahí hay que bajar un robot, dos cámaras, un equipo de succión y otro de aire, y todo dirigirlo desde la superficie a través de un monitor con una precisión quirúrgica.

Ello implica un lento avance de los trabajos para evitar cualquier fallo porque no solo correría peligro la vida del niño, sino la de la persona que vaya a rescatarlo.

Nevado ha estado dos días sin descanso de forma desinteresada porque, como padre, entiende el dolor de los progenitores de Julen.

Destacó que la coordinación es “total, perfecta, correcta” y elogió el trabajo de las diversas unidades de la Guardia Civil y bomberos.

Por su parte, el presidente de la Federación Andaluza de Espeleología, José Antonio Berrocal, expresó ayer su “absoluta confianza” en que Julen pueda ser encontrado vivo.

Aseguró que cree en “un pequeño milagro” porque hay otras experiencias en los que se ha producido este tipo de confinamientos “y después de un montón de horas, o días, se ha podido rescatar a la persona”.- Efe/D.N.

seguridad frente a complejidad

Lento avance sin tiempos ni plazos fijos. La orografía del terreno, los materiales que lo componen y las dificultades de la maquinaria para llegar hasta donde se ubica el pozo están dificultando “enormemente” los trabajos de rescate del menor. Así lo explicó Ángel García Vidal, del Colegio Profesional de Ingenieros y Caminos, que lidera el operativo a nivel técnico. La lentitud de los avances se debe principalmente a la necesidad de que las tareas se realicen con total seguridad para el menor y los equipos de rescate que deban acceder a las galerías. Los tiempos siguen bailando dada la peculiaridad del caso, sumados a los retrasos por la falta de material.

La empresa dice que selló el pozo y que alguien lo modificó. Antonio Sánchez, empresario que realizó el pozo, aseguró ayer que selló el orificio y que su actuación ha sido modificada posteriormente e indicó que facilitó la información a la Guardia Civil.

Más de un millón de pozos subterráneos. España cuenta con más de un millón de pozos y captaciones para el aprovechamiento de las aguas subterráneas, similares al de Totalán, aunque esta cifra podría ser superior según las ONG ecologistas. Esta estimación oficial viene recogida en el Libro Blanco del Agua del entonces Ministerio de Fomento (2000).

La Brigada de Salvamento Minero, más de un siglo de rescates desesperados. La Brigada de Salvamento Minero de Hunosa desplazada a Totalán lleva más de un siglo participando en actuaciones a la desesperada para salvar vidas en minas y túneles de los que siempre son los últimos en salir.