Pamplona - El programa contra el acoso escolar KiVa, que desarrollan los 4.000 alumnos de primaria de las ikastolas de Navarra, redujo a la mitad los casos de los distintos tipos de bullying existentes en los centros en solo tres años. Esta mejoría supera ya a la alcanzada en Finlandia, el país donde se desarrolló y en el que lleva ya seis años realizándose en la práctica totalidad de los centros.

Según señaló ayer el director de la Federación Navarra de Ikastolas, Josu Reparaz, cuando se implantó este programa en el año 2016 las encuestas realizadas a los alumnos registraron que un 16,6% del alumnado estaba sufriendo bullying, mientras que tan solo un año después estos representaban solo al 9,5%. Durante el pasado año la cifra siguió reduciéndose, llegando al 8,1%.

La mejora es aún más notable entre los acosadores, pues mientras que en el 2016 el 9,5% de los alumnos realizaban este acoso de forma activa, en 2018 esta cifra bajó hasta en 3,8%. “Nuestro objetivo sería ser ikastolas con acoso cero -manifestó Reparaz-. No lo hemos conseguido, pero estamos en ese camino a sabiendas de que eliminar por completo los acosos sigue siendo una utopía”.

La valoración de los resultados obtenidos durante estos dos años fue muy positiva por parte de la Federación Navarra de Ikastolas. Su presidente destacó que el programa ha impulsado que aquellos que asisten como espectadores al acoso, que representan a la gran mayoría del alumnado, tomen consideración de este, defendiendo muchas veces a la víctima. “Esto se ha traducido en una mejora del clima del aula”, apuntó señalando que, además, quienes han sufrido estos ataques se han sentido escuchados y defendidos. Valoró también muy positivamente el trabajo realizado con las familias, para las que KiVa contempla un programa de formación y guías para aquellos casos concretos en los que sus hijos juegan el rol de acosado o acosador. En este sentido, comentó, “los mayores problemas se producen en la dificultad de las familias de los acosadores para aceptar esta situación”. También se hizo un buen balance de la formación al profesorado, un aspecto indispensable para la implementación.

El programa KiVa está desarrollado por la Universidad de Turku (Finlandia) y se está desarrollando desde el 2016 en las ikastolas de Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). Según explicó Reparaz, los niveles de calidad a los que está sometido este programa son muy altos. “La universidad no permite que la edición de los materiales se haga aquí y el análisis de todos los datos que el alumnado cumplimenta en sus cuestionarios lo hace la universidad”.

La responsable pedagógica del proyecto, Irene López-Goñi, destacó la relación directa que tiene en esta reducción del acoso la importancia que se da a la prevención, haciendo conscientes a los niños del sufrimiento del otro y creando empatía. Asimismo, aludió como otro de los pilares fundamentales del proyecto a la presencia de un grupo de referencia, al que los alumnos pueden acudir y que aborda los casos de acoso de manera directa y específica. Además, destacó, se establece una gran implicación en toda la comunidad educativa, tanto los trabajadores de las ikastolas como las familias.

Preguntados sobre qué diferencia a este programa de otros y asumiendo que existen otras opciones igualmente válidas, resaltaron la importancia de que KiVa no se trabaja en una materia o curso determinado, sino que forma parte el día a día durante todos los cursos. Asimismo, indicaron, es muy importante la relación directa que mantienen con la Universidad de Turku, lo que les permite hacer un mejor análisis y evaluación. “Un programa funcionará si el profesorado está formado y puede resolver sus dudas -consideró López-Goñi-, si no, por muy bueno que sea, no funcionará”.

implantación en eso Desde este curso, el programa KiVa se está implantando también en los tres primeros cursos de la Educación Secundaria Obligatoria, manteniendo los mismos pilares básicos de funcionamiento aunque adaptando las actuaciones al nivel de los alumnos. Durante el primer trimestre, explicaron, se realizó la formación de los tutores, que son quienes van a llevar las didácticas directamente a las aulas. En estos momentos, el trabajo está centrado en la traducción de los materiales.

En la ESO, explicó López-Goñi, se trabajará en la cohesión del grupo, la interacción, los distintos mecanismos de acoso (incluyéndose el que se realiza a través de las redes o la discriminación sexual), las consecuencias de este acoso a corto y largo plazo y el trabajo con el profesorado sobre aspectos como la importancia de las emociones, la autocompasión o la interactuación en la diversidad.

El programa mantendrá los ámbitos de trabajo desarrollado en Primaria. En este sentido, indicaron, se proporcionará material para trabajar con todo el alumnado dentro de las clases en las sesiones de tutoría. Desde la federación resaltaron que el alumnado tiene un protagonismo especial en durante esta etapa. Por eso, explicaron, “existe un trabajo muy específico con los tutores en la ESO para establecer relaciones de confianza con el alumnado”, ya que estas relaciones con las figuras de autoridad son muy importantes para el buen funcionamiento de las dinámicas.