PAMPLONA - La gestión del comedor de la ikastola Labiaga de Bera de Bidasoa empezó de manera un tanto espontánea, pero con el propósito de cocinar productos de kilómetro cero y fomentar los hábitos de alimentación saludable entre los niños y niñas. Sin embargo, la administración les advirtió de que debían contratar a una empresa para cumplir con los requisitos legales.

Entonces, los padres y madres decidieron que ellos mismos serían esa empresa, sin ánimo de lucro y constituidos como asociación. “Cuando empezamos, dábamos de comer a unos 60 chavales, ahora son en torno a 200”, aseguró ayer Juanma Aranibar, que durante un tiempo presidió la federación. En Bera, los cocineros y nutricionistas, además de informar de su menú de comidas a las familias, les proponen uno complementario para las cenas en casa.

El comedor cuenta con ocho cocineras y seis cuidadoras, lo que supera los ratios que suelen implantar las empresas. Aranibar explica que añaden una persona de apoyo por cada tres cuidadoras, lo que “mejora el trato, la alimentación y se reduce el ruido en el comedor”, asegura. Además, la ikastola ofrece fruta de almuerzo a todos los alumnos por cuatro euros al mes. - M.U.O.