El Ayuntamiento de Leitza y el equipo directivo de la escuela Erleta de la localidad han advertido este miércoles en el Parlamento de Navarra del mal estado que presenta el edificio que alberga el centro y han pedido al Gobierno foral apoyo para poder llevar a cabo un estudio integral para abordar las reformas necesarias.

Han trasladado la situación de este edificio de 55 años el alcalde de la localidad, David Anaut, la directora del centro, Ainhoa Belauntzaran, y el jefe de estudios, Iker Urkiola, en una sesión de trabajo de la Comisión de Educación a petición de EH Bildu y Contigo-Zurekin en la que también ha estado presente en representación de las familias Saioa Sagasti.

Anaut ha subrayado la necesitad de llevar a cabo un proyecto que describa "técnicamente" cuál es la situación existente y plantee las soluciones para poder corregir la situación "de una forma integral" de manera que logren contar con una escuela "segura, cómoda y eficiente energética y económicamente".

Según ha trasladado la directora del centro, el aspecto más urgente de solucionar son las filtraciones existentes desde el tejado y balcones externos que les obligan a "poner cubos en las aulas o en los pasillos cada vez que llueve" y que "han provocado desperfectos en las fachadas e interiores".

De igual modo ha compartido su preocupación por el estado de las tuberías y la instalación eléctrica ya que están "sobrecargando una instalación eléctrica de hace 55 años" y cuentan con "tuberías muy antiguas" que hacen que haya días en los que "sale un agua que no es muy apta para ser bebida".

También ha alertado de la falta de seguridad existente como consecuencia de la baja altura de las ventanas, lo que obliga a cerrar las persianas para poder abrirlas, así como la existencia de rendijas que provocan que haya "un gasto excesivo en calefacción". Esto, ha apuntado, se suma a que los alumnos no cuentan con agua caliente para poder lavarse las manos.

Según ha indicado el jefe de estudios, en materia de accesibilidad cuentan con un ascensor que puede llegar a todas las plantas y entradas en la zona de comedor sin escaleras pero es necesario seguir avanzando ya que "los desplazamientos son bastante grandes si el alumno va en silla de ruedas".

Anaut ha puesto en evidencia la imposibilidad del consistorio de hacer frente por sí solo a esta necesidad, un ayuntamiento que, ha referido, hace ya un "esfuerzo importante" destinando al mantenimiento de la infraestructura unos 122.000 euros al año de los alrededor de tres millones de euros de presupuesto con los que cuenta.

Ha pormenorizado las partidas siendo las más importantes la de calefacción (30.000-50.000 euros anuales), limpieza (46.000 euros), luz (11.000 euros) y mantenimiento rutinario (9.000 euros)

En los últimos años, ha reconocido el alcalde, han recibido subvenciones del Gobierno foral que les han permitido instalar nuevas cubiertas, reformar algunos baños y algunas ventanas, pero esto son "parches" que no dan la solución integral que se necesita, ha asegurado.

Los ponentes han recibido una respuesta favorable por parte del conjunto de los grupos políticos presentes, quienes han compartido su preocupación por la situación del edificio y su defensa ante una necesaria intervención.