PAMPLONA - El cerco a los conductores que circulan en Navarra después de haber consumido drogas se sigue estrechando año tras año. La Policía Foral volvió a incrementar en 2018 el número de los controles efectuados y realizó 4.057 pruebas, récord histórico en el Cuerpo autonómico y un 49% más que en 2017. Como resultado de estos controles, fueron denunciados 1.259 automovilistas (31,8%) por dar positivo en alguno de los cinco tipos de drogas que detectan los test de saliva: se hallaron cannabinoides en el 57,9% de los casos; anfetaminas/metanfetamina en el 43%, cocaína en el 25,6%; y opiáceos en el 3,1%.

El Cuerpo autonómico, que comenzó a realizar pruebas de drogas a conductores en agosto de 2009, cumplirá este año una década realizando controles de estupefacientes, un periodo en el que se han multiplicado por trece el volumen total de pruebas realizadas. Por el contrario, el porcentaje de positivos, que se sanciona con la pérdida de 6 puntos y una multa de 1.000 euros, ha ido reduciéndose paulatinamente, ya que si bien durante los tres primeros años de controles la proporción de positivos superaba el 70% (741 positivos en 1.046 controles), en la actualidad la tasa se sitúa por debajo del 32%. “Hay una evolución descendente porque cada vez se están haciendo más pruebas, pero la realidad a la que nos vamos acercando sigue siendo alarmante”, advierte Antonio García Malumbres, director del Servicio de Desarrollo de Políticas de Seguridad del Gobierno de Navarra, del que depende la Estrategia Navarra de Seguridad Vial, que considera que “este es un tema capital en la prevención de la siniestralidad vial y por eso Navarra está apostando e invirtiendo cada año más y más, reforzando su compromiso en esta lucha”.

Mientras que en los primeros años los controles fueron más selectivos y se llevaban a cabo principalmente las noches de los fines de semana y en el entorno de zonas de ocio nocturno, de modo que los positivos superaban en muchos casos el 90%, las pruebas cada vez se realizan de forma más aleatoria como ocurre con los controles de alcohol, aunque no de forma tan acusada.

El mayor coste de los controles de drogas en comparación con los de alcohol impide que sean tan multitudinarios, ya que los kits empleados para realizar las pruebas indiciarias pueden costar en torno a los 20 euros, a lo que hay que sumar los análisis de las muestras de saliva que se realizan en el laboratorio, que pueden tener un coste de unos 30 euros. Solo cuando la analítica de laboratorio es positiva, se hace efectiva la sanción impuesta al conductor que dio positivo en el control policial: en la mayoría de las ocasiones la multa de 1.000 euros es cobrada por el Estado (500 euros en caso de pronto pago) dado que los controles se realizan principalmente en vías interurbanas, y por algunos Ayuntamientos, cuando la prueba se efectúa en el entorno urbano.

RÉCORD DE PRUEBAS A pesar de ello, la Policía Foral superó el año pasado con creces el número de controles, hasta alcanzar las 4.057 pruebas, de las cuales 1.259 fueron positivas (31,8%), frente a las 2.718 realizadas en 2017, que se saldaron con 942 positivos (34,6%). “Estamos consiguiendo que los conductores se conciencien a base campañas de prevención, de realizar controles policiales preventivos, de denunciar a los infractores, algunos de los cuales acaban en el juzgado. Pasó lo mismo con el alcohol: empezamos con un 10 o un 15% de positivos y ahora no llegamos al 1%”, afirma García Malumbres, jefe de la División de Tráfico de la Policía Foral cuando el Cuerpo autonómico inició los controles en 2009, que alerta de que “está repuntando la accidentalidad de los jóvenes y detrás de ella puede estar el consumo de drogas tóxicas, especialmente el cannabis y las anfetaminas (speed)”.

Para prevenir los estupefacientes al volante, la Policía Foral, además de la Guardia Civil y las Policías Locales, realizan varias campañas preventivas a lo largo del año e igualmente programa controles específicos, en los que también se comprueba la ingesta de alcohol. Asimismo, los agentes realizan test de drogas a conductores implicados en accidentes graves, “en aquellos en los que se instruye atestado porque ha habido fallecidos o heridos de gravedad”, y en accidentes leves si se observa sintomatología en el automovilista. Entre los 1.259 positivos que la Policía Foral denunció el año pasado en Navarra, en el 57,9% de los casos se detectaron cannabinoides (hachís y marihuana); en el 43%, anfetaminas/metanfetamina (speed, cristal y otras drogas de diseño); en el 25,6%, cocaína; y en el 3,1%, opiáceos.

Aunque el volumen de positivos ha ido menguando con el paso de los años, “el perfil de conductor infractor por consumo de estupefacientes se mantiene prácticamente inalterable” desde que comenzaron los test de drogas en Navarra en el año 2009: los infractores son varones españoles, de 28 años y policonsumidores de cannabinoides y anfetaminas/metanfetamina.

CONFIRMADOS EN el LABORATORIO

Más del 95%. Los test de saliva que se realizan a los conductores son indiciarios, es decir, requieren de la confirmación de un análisis en laboratorio. En el caso de las pruebas que efectúa la Policía Foral es el laboratorio de la empresa Nasertic, del grupo Corporación Pública Empresarial Navarra, perteneciente al Gobierno de Navarra, el encargado de validar la comisión de las infracciones. Durante el año 2018, el Cuerpo autonómico remitió a Nasertic un total de 1.305 test de saliva que indicaban que el conductor sometido a control había consumido alguna droga, de los cuales 1.241 fueron confirmados por las analíticas llevadas a cabo en el laboratorio, mientras que 64 fueron negativas. De este modo, sólo el 4,65% de los test de saliva indiciarios realizados por la Policía Foral resultaron en un falso positivo, lo que demuestra el alto grado de acierto de los kits utilizados en la actualidad por el Cuerpo autonómico.

Pruebas costosas. Los test de drogas son más costosos que las pruebas de alcohol. Cada kit de saliva cuesta unos 20 euros, mientras que la analítica en el laboratorio ronda los 30 euros. Aunque el gasto es de Navarra, la recaudación es para el Estado, mayoritariamente. Una parte minoritaria es para Ayuntamientos.

Campaña institucional. El Gobierno de Navarra, a través de la Estrategia Navarra de Seguridad Vial, impulsará una campaña de comunicación institucional para prevenir la conducción tras haber consumido drogas y/o alcohol.

6

PUNTOS

Conducir después de haber consumido drogas está castigado con la pérdida de seis puntos del carné de conducción.

1.000

EUROS DE MULTA

Además de la retirada de seis puntos, el infractor debe abonar una multa de 1.000 euros (500 euros, en caso de pronto pago).