málaga - Nicolás Rando, el guardia civil que sacó a Julen del pozo, afirmó que sintió cierto “alivio” por el trabajo terminado, aunque estaba “enfurecido” por el resultado: “No estaba vivo, eso es lo peor. Pero lo hemos dado todo”.

“Hemos movido tierra como para parar siete aviones, hemos conseguido llegar a él y lo hemos sacado”, manifestó el agente del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil en una entrevista que publicó ayer el diario Sur.

Rando, padre de un niño de 4 años, cuenta que durante el tiempo que se prolongó el rescate su hijo le despedía cada mañana con la misma pregunta: “Papá, ¿hoy vas a rescatar ya a Julen?”.

Reconoce, por otro lado, que consuela “un poco” saber que la autopsia ha determinado que Julen murió el mismo día de la caída -el domingo 13 de enero- y no esperando el rescate.

Aunque sabía que “iba a tener que hacerlo” por su condición de experto en rescate de montaña, cuando el agente dejó al pequeño en la carpa, donde esperaban dos forenses, se tuvo que ir a un lugar apartado de la plataforma de trabajo y se derrumbó.

Rando confesó que al bajar sintió una sensación extraña. “Yo me he metido en agujeros más estrechos y claustrofóbicos, pero aquello... Miras hacia arriba y piensas: ‘Si pasa algo aquí...”. “Abajo no había turnos. Allí se estaba hasta que ya no se podía más”, concluye. - Efe