pamplona - Los tres activistas navarros que fueron expulsados el lunes de los territorios ocupados del Sáhara Occidental denunciaron ayer haber recibido malos tratos por parte de la Policía marroquí. En declaraciones a este periódico, María Pérez de Larraya, una de las activistas y secretaria de la Asociación Navarra Amigos del Sáhara (ANAS), relató las agresiones y las amenazas de muerte que sufrieron ella y sus dos compañeros Iratxo Bakedano y Alberto Jolis. “Nos encontraron en la calle y nos llevaron al punto de control de El Aaiún. Allí me empujaron varias veces y a Iratxo y a Alberto les pegaron puñetazos en el estómago”, declaró.

Una vez retenidos, los policías registraron sus mochilas y los interrogaron uno por uno mientras les proferían amenazas de muerte: “Nos zarandeaban todo el rato y nos gritaban ¡Esto no es el Sáhara, esto es Marruecos!, mientras nos hacían el gesto de cortarnos el cuello”. Asimismo, la Policía marroquí les quitó por la fuerza los pasaportes y los móviles que los resetearon, borrando toda la información que contenían. Además, durante el tiempo que estuvieron retenidos (unas tres horas), María señaló que les sacaron “más de diez fotos desde móviles diferentes”. “Tratamos de mantenernos serenos y mostrarnos sin miedo. Los activistas saharauis ya nos advirtieron de que en los interrogatorios cuanto más débil te ven, peor te tratan”, relató, aunque reconoció que tanto ella como sus compañeros temieron por sus vidas.

De El Aaiún las autoridades de Marruecos los expulsaron en taxi hacia Agadir. En el trayecto, de unos 600 kilómetros, fueron parados en más de 15 controles policiales y en todos ellos les requirieron los pasaportes, una situación que creó mucha “inseguridad” en los tres activistas. Una vez en Agadir, cogieron un autobús hasta Marrakech (cuatro horas) donde ayer consiguieron volar a Madrid, haciendo escala en Lisboa, y hoy a la tarde llegarán a Pamplona. “Estamos hechos polvo, llevamos más de un día sin dormir”, contó la secretaria de ANAS.

trabajo cumplido Pese al miedo y al mal trago que han pasado, los tres navarros vuelven satisfechos de haber cumplido el objetivo que se marcaron antes de viajar. “Hemos conseguido mucha información y estamos contentos con el trabajo que hemos realizado”, apuntó María. Fueron con la misión de conocer los territorios ocupados del Sáhara Occidental y denunciar los abusos y las vulneraciones de derechos que sufre la población local. Y lo consiguieron a tiempo.

Los tres activistas navarros estuvieron cuatro días en El Aaiún ocupado ocultos en casa de saharauis. Durante estos días concertaron entrevistas con familiares de presos políticos y con activistas locales para conocer y denunciar la situación en la que viven desde hace más de 40 años.

Ahmed Brahim Ettanji, reconocido activista saharaui, es una de las personas que ha ayudado a María, Iratxo y Alberto. Gracias a él pudieron entrevistarse con otros activistas, periodistas y familiares de presos políticos saharauis. Concretamente, los tres navarros tuvieron un encuentro con las familias de los dos presos que tiene apadrinados ANAS. “La entrevista con las familias de nuestros presos ha sido tan emocionante como dura. Hemos cogido mucha información”, comentó la activista.

la detención Tras completar las entrevistas y los encuentros que tenían previstos comenzaron a comportarse con algo más de normalidad pese a que eran conscientes de que las autoridades marroquíes ya les estaban buscando. “El lunes salieron a la calle con dos miembros de Equipe Media pero ya no volvieron. Les llevaron al punto de control de El Aaiún y luego les sacaron en taxi hacia Agadir”, relata Ahmed, que fue quien difundió la noticia de la expulsión por las redes sociales.

Cinco expulsados en enero. Según Equipe Media, con los tres navarros ya son cinco las personas expulsadas del Sáhara Occidental por parte de las autoridades marroquíes este mes. Además, el pasado 31 de diciembre, la Policía de Marruecos también expulsó a las activistas de la CAV Irati Tobar y Patricia Ibáñez, cuando varios agentes de paisano se presentaron en el domicilio particular donde se alojaban con una familia saharaui en El Aaiún y les conminaron a salir del territorio. Desde que fueron localizadas por la Policía marroquí fueron sometidas a una estrecha vigilancia que incluyó el seguimiento con una motocicleta en una excursión que realizaron al desierto. Los agentes que las expulsaron del territorio, al igual que con los activistas navarros, las acompañaron hasta un taxi colectivo que las llevó hasta Agadir. En este sentido, tan solo en el año 2016 fueron expulsados por esta vía 97 extranjeros de los territorios del Sáhara Occidental.