En el verano de 2017, Jesús Planillo, de 51 años y natural de Monteagudo, vivió en primera persona uno de los momentos más críticos que “a nadie le gustaría pasar”. Fue diagnosticado de mieloma múltiple, un tipo de cáncer de la médula ósea, en el que existe una proliferación anormal de células plasmáticas. “Cuando me lo comunicó mi médico de cabecera no me lo podía creer. Mi primera reacción fue de negación”, relata. Sin embargo, el apoyo de su mujer Ana Teresa y de las personas que conforman la AECC “fue clave para tirar hacia delante”.

¿Cómo reaccionó al conocer el diagnóstico?

Nunca pensé que me podía tocar a mí. Pero si haces balance y con la gran cantidad de tipos de cáncer que existen, las probabilidades de que nos pase a cualquiera son bastantes.

Cuando mi médico de cabecera me comunicó que tenía mieloma múltiple me quedé perplejo y enseguida me entró el miedo. La palabra cáncer es un coco que está acompañada de mucho desconocimiento y dudas. Al principio, no sabía que era exactamente esta enfermedad porque estás más acostumbrado a oír casos de cáncer relacionados con pulmón, páncreas, hígado, mama, etc. Los cánceres hematológicos o líquidos, como también los llaman, no tienen tanta visibilidad. Para que me hiciera una idea, mi médico me lo describió parecido a la leucemia. Ya con el tiempo me fui informandoy asmiliando la enfermedad.

A parte de seguir los tratamientos oncológicos, ¿qué le ha ayudado a afrontar la enfermedad?

Desde un principio, la actitud es la clave. Es la mitad del tratamiento. Querer tirar hacia delante, vencer los inconvenientes de los pinchazos, de acudir prácticamente todos los días al hospital... Sin una actitud positiva es muy complicado afrontar cada fase de la enfermedad.

¿Quién ha resultado ser el mayor apoyo para ti?

En el primer momento que recibí la noticia me refugié en mi mujer, Ana Teresa. Ella me dio fuerzas para seguir y luchar con optimismo. Continuamente me decía que íbamos a salir de ésta y que debíamos vencer todos los miedos. Su actitud se contagia y me ha resultado muy fortalecedora. Ella ha estado a mi lado en todo el proceso. Si los de tu alrededor están contigo, ese empuje es vital para seguir con energía e intentar vencer a la enfermedad, que aunque el mieloma es algo crónico y no se puede curar, el día a día se lleva mejor.

Además de mi mujer, también han estado conmigo mis padres. Aunque al principio no asimilaron muy bien la noticia porque son mayores y siempre han asociado el cáncer con la muerte. Sin embargo, el ánimo de mi mujer, su aliento, nos ha aportado muchas ganas de luchar a toda la familia. Todos ellos son un soporte importante para mí.

¿Cómo es tu vínculo con la Asociación Española Contra el Cáncer?

Desde que comencé con los primeros ciclos de quimio me puse en contacto con la Asociación. Ellos me han aportan muchas soluciones y recursos en el día a día de la enfermedad. El servicio de atención en el hospital y el de acogida en los pisos para familiares nos ha ayudado mucho en el desplazamiento a Pamplona para someterme a los tratamientos.

Ahora me encuentro esperanzado porque veo que va pasando el tiempo y me voy recuperando. Estoy con muy buen ánimo al ver el apoyo de todo el mundo, de esta gran familia que es la Asociación. Siempre está ahí cuando la necesitas. Y me siento aliviado de lo bien que están preparados los hospitales y los profesionales que forman parte del equipo de hematología del Complejo Hospitalario de Navarra, así como de los psicooncológos que participan de todo el proceso. Es un auténtico lujo.

¿Qué consejos daría a una persona que acaba de ser diagnosticada de cáncer?

El mismo que me dieron a mí. Mucho ánimo y seguir adelante con actitud positiva. A veces te derrumbas al pensar “otra vez al hospital”, pero hay que poner la cabeza bien alta. Porque si cedes terreno a la enfermedad, al final ella te come. No hay que cederle ni un centímetro.

¿Cree que existe suficiente aportación económica a la investigación?

La investigación es fundamental. Si hubiera más dinero y fondos el cáncer se reduciría mucho más. Continuamente están saliendo nuevos fármacos, nuevas soluciones, tratamientos, pero nunca son suficientes.