Pamplona - El nuevo Plan de Discapacidad 2019-2022, que se encuentra en periodo de exposición pública, supone una firme apuesta por potenciar la autonomía de las personas con discapacidad así como por la descentralización de servicios, acercándolos a las zonas rurales y facilitando modelos de atención fuera de las residencias. Tiene como misión lograr que este colectivo alcance la máxima inclusión social, consiguiendo una igualdad de condiciones con respecto al resto de la población y logrando la mayor calidad de vida posible. Se proyecta así como una referencia en el desarrollo de una atención integrada y centrada en la persona, donde los servicios y los recursos se organizan de forma transversal y coordinada para dar respuesta a las necesidades de las personas con discapacidad.

Para establecer el escenario de actuación de este Plan, el departamento de Derechos Sociales realizó un profundo análisis de la situación de la discapacidad en la Comunidad Foral, para el cual se contó con la participación de casi un millar de personas entre afectados directos, familiares y profesionales. Tal y como expuso el director del Observatorio de la Realidad Social, Antidio Martínez, en abril de 2018 en Navarra había 32.229 personas con certificado de discapacidad. Esto supone que el 5% de la población tiene una discapacidad reconocida superior al 33%, aunque según aseguró, esta norma afecta a un porcentaje muy elevado de la población porque al menos uno de cada tres navarros es una persona con discapacidad o su familiar.

La mayoría de estas personas se concentran en el área urbana de Pamplona y su comarca, donde viven tres de cada cinco personas, una tasa similar a la que se establece entre la población general. En cuanto a su grado de autonomía, sólo una de cada cuatro personas con grado de dependencia reconocido tenían a su vez certificado de discapacidad.

El nuevo Plan incluye 24 líneas estratégicas y 244 actuaciones en ámbitos como la autonomía personal, salud, educación, empleo, participación social y accesibilidad universal. “Estamos ante un plan ambicioso”, aseguró el vicepresidente de Derechos Sociales, Miguel Laparra, que relacionó el elevado número de medidas al nivel de detalle que guardan.

Autonomía e inclusión social La directora de la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas, Inés Francés, concretó las líneas de actuación establecidas en este plan. Uno de los objetivos principales está en la mejora de la detección temprana, la valoración y orientación de las personas con discapacidad. Para ello, explicó, se establecen medidas como la descentralización de los servicios de valoración y de atención temprana en zonas básicas. Con ello, indicó, se busca agilizar el proceso, sobre todo en casos de discapacidades sobrevenidas, que requieren una rápida intervención.

Por otro lado, se pretende definir un protocolo de atención en los Servicios Sociales de Base como puerta de entrada al sistema y un servicio de orientación personalizada que actúe a nivel preventivo y promocione la autonomía. El plan apuesta también por la descentralización del centro de productos de apoyo a la accesibilidad. Así mismo, promete un incremento de la cobertura y la cuantía de las ayudas económicas para la adquisición y renovación de productos de apoyo y el desarrollo de un sistema de préstamo y reparación.

En su apuesta por acercar la ayuda a los beneficiarios, el Plan ofrece también medidas como el incremento de los recursos de vivienda integrados en la comunidad como pisos tutelados y la creación de experiencias piloto de paso de servicios residenciales hacia otros de vivienda. Así mismo, Francés hizo referencia a otras actuaciones como la implantación progresiva del servicio de teleasistencia avanzada, el desarrollo de un proyecto piloto de unidades de convivencia en atención diurna y la puesta en marcha de un servicio de intervención familiar que ayude a padres y madres en las tareas de atención y cuidados.

Salud El Gobierno apuesta en este proyecto por la valoración periódica de los pacientes enfermedades discapacitantes para garantizar una atención acorde a su pérdida de habilidades. Así mismo, se diseñarán un protocolo para el acompañamiento familiar, un programa específico de apoyo a madres y padres cuidadores de niños con discapacidad, con especial atención en las enfermedades raras, y un programa de detección de riesgos psicosociales dirigido a mujeres embarazadas y a la primera infancia.

También se trabajará por una atención sanitaria más accesible, con medidas como la creación de un protocolo de atención en consultas y pruebas diagnósticas para que se atienda a sus necesidades respetando su autonomía, de un programa de rehabilitación funcional y readaptación al entorno en el tránsito entre fases agudas y subagudas de enfermedades discapacitantes y de un grupo de expertos que asesore a los sanitarios en la atención a estos colectivos.

Educación y empleo En lo referente al ámbito educativo, destacan actuaciones como la creación de un programa de formación para el profesorado no especializado en necesidades especiales y otro, dirigido a profesores, alumnos y padres, para la prevención del acoso escolar a personas con discapacidad. También se establecerá un protocolo de coordinación entre los centros de primaria y secundaria para el seguimiento y adaptación de este alumnado y se desarrollarán itinerarios individualizados de formación y orientación para los alumnos de ESO en su transición hacia la educación postobligatoria.

En materia de trabajo, Francés destacó medidas como la creación de un vivero de proyectos de empleo para personas con discapacidad y el fomento de las cooperativas de trabajo. También se lanzarán OPE específicas para las personas con mayores dificultades de inserción, se desarrollarán itinerarios formativos especializados y se ofrecerá un servicio de asesoramiento a empresas sobre adaptaciones del puesto de trabajo para personas con discapacidad.

Participación y transversalidad El Plan de Discapacidad incluye el compromiso de elaborar a lo largo de este año el I Plan de Accesibilidad Universal. Incluye también medidas dirigidas a fomentar la plena integración de estas personas como la elaboración de una estrategia de desarrollo rural inclusivo o la creación de un servicio de acompañamiento en actividades de ocio.

Las actuaciones relacionadas con la transversalidad incluyen la ordenación de la interfaz entre servicios sociales y servicios educativos, sanitarios, de empleo y de vivienda, la creación de una guía de entidades y un protocolo de coordinación entre Administración foral y asociaciones, así como acciones formativas dirigidas a los profesionales y empleados públicos.

Visión histórica. En el pasado, la discapacidad era considerada un castigo divino, incluso en nuestra historia más reciente se intentó eliminar a estas personas bajo un discurso de mejora de la especie. Tras las dos guerras mundiales se paso a ver desde una perspectiva médico-rehabilitadora hasta que a finales del siglo XX se asienta una visión social que no pone el acento en la discapacidad, sino en las barreras que impiden que se desarrollen en igualdad de condiciones.

33%

En Navarra tienen certificado de discapacidad 32.000 personas, lo que supone una incidencia en la población general del 5%. Pese a eso, el Plan afecta a muchas más personas, pues se calcula que aproximadamente un tercio de la población tiene discapacidad o es familiar de alguien que la tenga.

Autonomía e inclusión. Mejora de la detección temprana, valoración y orientación, así como de las prestaciones, servicios y productos de apoyo para la vida independiente, ofreciendo una atención integral, centrada en la persona y orientada a la permanencia en el domicilio y un nuevo modelo de vivienda y atención residencial.

Salud. Impulso de la prevención de la discapacidad y sus secuelas y apuesta por una atención sanitaria adaptada y accesible.

Educación. Apoyos y recursos para la educación inclusiva, reducción del abandono escolar temprano y acceso a las etapas postobligatorias, Universidad y Formación Profesional.

Trabajo. Fomento del empleo y mejora de las condiciones de trabajo, impulso de la actividad económica y la contratación pública y mejora de la empleabilidad.

Participación. Concienciación e impulso de una imagen social positiva de la discapacidad, fomento del asociacionismo y promoción de la cultura, el deporte y el ocio inclusivo.

Accesibilidad. Impulso de la accesibilidad universal en la Administración Foral, en viviendas y edificios, en el transporte público y en las tecnologías de la información y la comunicación.

Transversalidad. Coordinación e integración intersectorial y multinivel, formación en materia de discapacidad, fomento de la investigación y e innovación social y tecnológica.