pamplona - El Gobierno de Navarra ha aprobado un decreto foral que regula por primera vez la instalación de desfibriladores externos automatizados y la formación para su uso. Esta norma guiará la utilización de estos dispositivos fuera del ámbito sanitario y establece como máxima novedad la obligación de determinados establecimientos y espacios públicos de disponer de un desfibrilador en un espacio visible, en condiciones adecuadas de mantenimiento y a cargo de personal adiestrado en su uso.

El Departamento de Salud pretende así garantizar una mayor eficacia en su distribución territorial y divulgar a la población las pautas de actuación correctas para garantizar la cadena de supervivencia de una persona en parada. La nueva regulación fue presentada ayer en una rueda de prensa en la que participaron Luis Gabilondo, director general de Salud; Lázaro Elizalde, director del Servicio de Ciudadanía Sanitaria Aseguramiento y Garantías; y Diego Reyero, responsable del código de activación de atención a la Parada Cardíaca.

Según expusieron desde Salud, el nuevo decreto foral responde a la necesidad de actualizar la normativa vigente, que databa de 2011, y trata de garantizar una red verdaderamente operativa y viable que haga posible la actuación coordinada entre los dispositivos sanitarios y los extrasanitarios en la atención a la parada cardíaca, dada la gran importancia que tienen las intervenciones que realizan los testigos de este tipo de episodios en los diez primeros minutos.

En Navarra actualmente hay instalados y registrados un total de 504 desfibriladores, pero hasta ahora no se conocía si cumplían la normativa, en qué horario estaban disponibles y su localización exacta. El decreto foral pretende regular ese vacío informativo sobre los aparatos existentes hasta ahora y garantizar la situación y disponibilidad de los aparatos y es que, según explicó Reyero, “no se trata tanto de cuántos desfibriladores haya, sino de dónde estén y que puedan llegar al lugar de la emergencia en cinco minutos”.

dónde estarán los desfibriladores Dada la necesidad de garantizar espacios cardioprotegidos en los lugares en que la probabilidad de que ocurra de parada cardíaca es más elevada, según se establece en la nueva normativa, los espacios que deberán disponer de un desfibrilador accesible al público destacan los centros educativos con más de 700 alumnos o alumnas y los centros de trabajo con más de 700 empleados, así como polideportivos, piscinas y cualquier instalación deportiva, cultural o recreativa con un aforo autorizado o previsto superior a 500 personas. La obligatoriedad se extiende a establecimientos o complejos comerciales con una superficie construida superior a 2.000 metros cuadrados, aeropuertos, estaciones de trenes y de autobuses de poblaciones superiores a 10.000 habitantes, así como a patrullas de las policías locales y Policía Foral, agentes municipales y alguaciles.

Los desfibriladores se ubicarán en un lugar visible y accesible y estarán debidamente indicados mediante la señalización universal recomendada por el Comité Internacional de Coordinación sobre Resucitación (ILCOR), con presencia del número de teléfono 112 de SOS Navarra. En la misma ubicación deberán colocarse de forma visible las normas de uso de los aparatos en las lenguas oficiales en la localidad y en otros idiomas, a criterio de la persona titular, que será también responsable de su instalación y correcto mantenimiento.

350 PARADAS AL AÑO EN NAVARRA Las paradas cardíacas se producen con una frecuencia media de 60 episodios por cada 100.000 habitantes al año y en el caso de Navarra suponen cerca de 350 casos al año. En el caso navarro destaca la recuperación sin daño neurológico actual que es del 19,2% frente al 10% a nivel estatal. Según datos proporcionados por Salud, el 80% de las paradas cardiacas ocurren en casa y son debidas a enfermedad coronaria. Asimismo, cabe destacar que se producen 10 veces más fallecimientos por parada cardiaca que por accidente de tráfico.

El Registro Europeo de Parada cardiaca extrahospitalaria recoge una media de edad de 66,5 años y una mayor incidencia en hombres (66%). En 8 de cada diez casos, hay presencia de testigos cuya intervención es vital para la supervivencia del paciente. Cada minuto que transcurre sin intervención, reduce un 7% las expectativas de supervivencia. La eficacia de la desfibrilación es dependiente del tiempo de respuesta para su uso.

¿Cómo reconocer una parada cardíaca? Ante una persona inconsciente, sacúdele suavemente y pregúntale en voz alta si se encuentra bien. Si no responde, pide ayuda. Abre la vía aérea y comprueba si respira, acerca tu oído a su boca y mira si hay movimiento en el pecho. ¿No respira con normalidad? Está en parada cardíaca. Ante la duda, mejor actuar.

¿Qué hacer ante una parada cardiaca? Llama al 112, localiza un desfibrilador e inicia la reanimación inmediatamente. Para realizar las compresiones torácicas coloca los codos rectos y una mano sobre la otra con los dedos entrelazados y usa el peso de tu cuerpo. Puede ser desagradable porque hay que bajar el pecho unos 5-6 cm. Hay que realizar ciclos de 30 compresiones y dos respiraciones hinchando su pecho. Puedes seguir como referencia de tiempo las canciones Stayin’ alive o la Macarena. Mantén el ritmo y la fuerza del masaje y haz relevos cuando te canses. Si llega un desfibrilador retira toda la ropa del pecho del paciente y aplica los parches sin detener las compresiones: uno debajo de la clavícula derecha y otro debajo de la axila izquierda. Tras la descarga vuelve a realizar las compresiones. No pares hasta que tosa, respire o se mueva.