Pamplona - Navarra frenó en el 2018 la tendencia a la baja en las adopciones que desde hace años se venía produciendo, con un total de 40 tramitaciones finalizadas. Esta cifra supone un aumento del 54% con respecto al año anterior, aunque Derechos Sociales duda que este incremento se mantenga, ya que la tendencia de los últimos años es claramente a la baja.

En total, la Comunidad Foral registró en el 2018 un total de 40 adopciones, 28 de ellas de menores procedentes de otros países. Esta cifra representa un aumento del 54% con respecto a la cantidad registrada un año antes, pero según señaló el subdirector de Familia y Menores, Mikel Gurbindo, la tendencia de los últimos años es claramente a la baja debido al descenso de niños que precisan salir de su país de origen. “Nada hace pensar que la situación de los últimos años vaya a cambiar, lo más seguro es que se trate de un aumento puntual”, consideró. Así, diez años antes se realizaron 80 adopciones, el doble que las registradas este años. De ellas, cuatro fueron adopciones nacionales y las 76 restantes de niños y niñas procedentes de otros países. Las cifras más altas desde el cambio de siglo se registraron en 2004 y 2005 respectivamente, con 137 (133 internacionales y cuatro nacionales) y 110 menores (101 internacionales y nueve nacionales) respectivamente.

Para Gurbindo este descenso de los últimos años en las adopciones es un dato positivo, pues no hace referencia a que exista un menor número de familias interesadas en adoptar, ya que la demanda se mantiene. El motivo, señaló, está en la mejora de las condiciones de protección de los países de origen de los pequeños. “Puede verse desde una perspectiva negativa en el sentido de que cada vez el tiempo de espera para las familias que quieren adoptar es más largo, pero para mi esto es algo muy positivo porque se debe fundamentalmente a que no es tan necesario sacar a los menores de sus país de origen porque el sistema es capaz de establecer medidas de protección suficientes, como está ocurriendo, por ejemplo, en los países de Europa”, explicó.

En esta línea, Gurbindo quiso dejar claro que la adopción es una medida de protección para los menores y por lo tanto, un derecho que tienen ellos, no las familias. “Es un derecho de los menores a ser adoptados, a tener una segunda oportunidad en otra familia que les posibilite oportunidades vitales para todo su desarrollo posterior”, subrayó. Según explicó, es una de las medidas de protección más drásticas que existen, ya que supone la separación completa y permanente de su familia al decretarse una situación de desamparo.

En el año 2018 un total de 12 familias adoptaron a niños y niñas procedentes del Estado, la mitad de ellas de la propia Comunidad Foral. Según explicó Mikel Gurbindo, lo ideal es separar lo menor posible al menor de su origen, aunque puede haber distintas circunstancias que propicien que se traslade a otra comunidad autónoma. “Hay casos en los que, por ejemplo, se decreta una situación de desamparo y se retira la custodia a la familia en contra de su voluntad y para protegerle y evitar que intenten recuperarlo se le lleva a otro sitio”, comentó.

En el caso de las adopciones de menores procedentes del extranjero, en el 2018 se tramitaron 28 procesos, el doble que en 2017. Entre los países de procedencia de los menores adoptados sigue destacando China, de donde proceden más de la mitad de los niños y niñas. En concreto, en el 2018 llegaron del país asiático 14 menores con edades comprendidas entre el año y los cinco años. De ellos, todos menos uno llegaron a través de la modalidad pasaje verde, en la que se incluye a aquellos menores con necesidades especiales que presentan algún tipo de disminución o patología.

Vietnam es el segundo país de procedencia, con cuatro adopciones de menores entre los diez meses y el año. Le siguen con dos menores Rusia (tres y cinco años), Hungría (cuatro y cinco años), India (cinco y siete años) y Costa Rica (ocho y nueve años) y con una adopción Bulgaria (dos años). En lo referente a su sexo existe bastante igualdad, con 16 niños y 12 niñas.

En lo referente a la procedencia, es destacable el hecho de que solamente haya dos niños rusos, ya que hace tan solo cinco años superaba a china en número, con 15 menores de esa procedencia en 2013, uno de cada tres.

Gurbindo señaló que la adopción es una medida de protección que a nivel estatal se contempla solo en bebés. En otros países, apuntó, esto también es lo ideal, aunque las edades tienen a ser mayores, con niños que pueden alcanzar los diez años. Estos casos, indicó, son más complicados. “Conforme aumenta la edad aumenta también las complicaciones que se pueden dar en ese proceso de adopción por la historia de vida que ha podido tener ese niño”, explicó.

Proceso En el caso de las adopciones internacionales, compete al país de origen determinar que el niños ea adoptable y se informa a las personas y menores implicados de las consecuencias de la adopción dando, siempre que puedan, su consentimiento libre y por escrito (salvo que sea una medida de oficio ante un caso de desprotección). El sistema navarro es el encargado de recoger la solicitud por parte de la familia, ofrecerle un curso previo de formación preadoptiva y realizar el proceso de valoración de idoneidad de la familia. Así mismo, compete al país de origen autorizar la entrada y residencia permanente de los menores en España. De las gestiones burocráticas, los adoptantes judiciales, la traducción de documentos se encargan las Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional (ECAI). En la adopción nacional la entidad pública responsable del sistema de protección a la infancia lidera todo el proceso de adopción.