pamplona - La explanada del Castillo de Javier acogió ayer a cerca de 7.600 peregrinos y peregrinas que asistieron a la misa en honor al santo que puso fin a la primera Javierada de 2019 en su 79ª edición.

Concretamente la Policía Foral registró un total de 56 autobuses y 1.200 turismos estacionados mientras que en la jornada del día anterior contabilizaron la asistencia de unos 9.000 peregrinos, 35 autobuses y 1.800 coches.

Por su parte, Cruz Roja de Navarra atendió durante la primera Javierada a 634 peregrinos, 35 más que en el mismo ejercicio de 2018. La mayoría de servicios fueron a causa de ampollas (221), masajes (151) y lavados (152). Se realizaron además 61 atenciones médicas, 24 curas, cuatro esguinces y se efectuó un traslado. Del total de servicios 76 fueron realizados en la Zona Media, 382 en el tramo Pamplona-Javier y 230 en la Ribera.

Así, Cruz Roja ha dispuesto este año un dispositivo formado por más de 200 personas voluntarias, en 23 puestos de atención que cuentan con socorristas, técnicos sanitarios, masajistas, médicos, enfermeras y técnicos en comunicaciones. La flota de vehículos de la organización está compuesta en esta edición por 13 ambulancias, cinco todoterrenos, 17 vehículos auxiliares, un microbús, cuatro motos y un quad, tanto para la asistencia como la gestión de material, almacén, comunicaciones o transporte de personal.

Oración, ayuno y limosna La primera Javierada de este año terminó ayer con la tradicional eucaristía que fue oficiada por el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, quien animó a vivir la Cuaresma con oración, ayuno y limosna.

En una mañana soleada en Javier, miles de peregrinos participaron a primera hora en el tradicional Viacrucis desde Sangüesa hasta el Castillo de Javier, localidad natal de San Francisco Javier, patrón de Navarra.

En su homilía ante el Castillo de Javier, el arzobispo aseguró que la oración “nos ayuda a renunciar la idolatría y autosuficiencia de nuestro yo”, mientras que el ayuno “libera de la avidez y hace posible que el cuerpo se aligere”.

En la actualidad, declaró Pérez, es normal que el dietista “indique la importancia de liberarse de alimentos nocivos, de exceso en alimentos grasos”, porque “este ayuno hace mucho más ágil al cuerpo y le desintoxica de elementos nocivos para la sangre o por el exceso de glucosa en el mismo. Y si esto se hace para el cuerpo, mucho más lo hemos de hacer para el alma que puede verse enjaulada en una parálisis existencial”, destacó.

El ayuno, resaltó el arzobispo, “nos priva de nuestras apetencias egoístas, nos fortalece para saber sufrir por amor, nos hace mirar las realidades materiales por lo que son y no por lo que nos comunican los intereses creados. Nos ayuda a tener el corazón en su lugar sagrado y no fuera de él como si estuviera al borde del precipicio”.

Respecto a la limosna, aseguró que “no es simplemente una forma de solidaridad, sino la expresión de un amor que nos hace ver en el hermano la imagen perfecta y nítida de Jesucristo”.

El primer antecedente de las Javieradas fue la peregrinación organizada por la Diputación Foral de Navarra el 4 de marzo de 1886 en acción de gracias a San Francisco Javier por no sufrir la epidemia del cólera.

Sin embargo, la primera Javierada oficial fue realizada el 10 de marzo de 1940, protagoniza por la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, en la que participaron unos 5.000 peregrinos.

200 voluntarios. Cruz Roja ha dispuesto en esta edición un dispositivo formado por más de 200 voluntarios en 23 puestos de atención (19 fijos y 4 móviles) distribuidos por la Ribera, Zona

Media y Zona Norte. Actualmente, la flota de vehículos de Cruz Roja la componen 13 ambulancias, cinco todoterrenos, 17 coches auxiliares, un microbús, cuatro motos y un quad.

francisco pérez “La limosna no es solo una forma de solidaridad, sino la expresión del amor”

El arzobispo de Pamplona ofició ayer la eucaristía en la que animó a los asistentes a vivir la Cuaresma con oración, ayuno y limosna. Así, se refirió al ayuno como liberador de la “avidez y que hace posible que el cuerpo se aligere”.

A Javier, por Sangüesa. En esta edición se recomienda a los peregrinos dirigirse a Javier, a partir de Liédena, por Sangüesa, para una garantizar una mayor seguridad del peregrinaje y evitar el tráfico entre estas localidades.

Brazaletes reflectantes. Muchos de los peregrinos han portado durante los últimos dos días los brazaletes reflectantes que se distribuyeron con el objetivo de aumentar su visibilidad ante los coches.

1886

La primera noción de las Javieradas -aunque no se celebrara de forma oficial- fue en 1886 cuando los peregrinos marcharon a Javier para pedir protección frente a la epidemia del cólera.