Pamplona - El desarrollo del plan PromoBiomasse contempla tres principales líneas de actuación, que pasan pasa por articular un sistema de provisión de astilla maderera suficiente -producida en los bosques de las propias comunidades- como materia prima para alimentar los sistemas de calefacción del mayor número posible de viviendas y edificios públicos.

También se busca sensibilizar a la población y los vecindarios sobre las ventajas que ofrece la biomasa como fuente energética para poder estimular así la demanda y estudiar las inversiones en infraestructuras de calor, calderas o instalaciones térmicas que son necesarias acometer en los edificios.

El proyecto arrancará en Navarra con una actuación piloto para alimentar con biomasa, procedente del patrimonio forestal comunal que gestiona la sociedad pública Gestión Ambiental de Navarra, los sistemas de calefacción de las más de mil viviendas del parque público en alquiler que actualmente gestiona Nasuvinsa, así como determinados edificios dotacionales de la Administración foral.

Las mismas fuentes aseguran que actualmente, para el fomento energético de los sistemas forestales únicamente se aprovecha una cuarta parte del crecimiento corriente anual de la superficie arbolada de Navarra, que en total suma unas 450.000 hectáreas, según un estudio realizado por la agencia navarra del territorio y la sostenibilidad Lursarea.

Se estima que las existencias de Navarra suman unos sesenta millones de metros cúbicos en bosques, un espacio arbolado que está en expansión en detrimento de la zonas agrícolas o ganaderas. Por lo tanto, “el margen existente para la producción de biomasa forestal es muy amplio y no debería repercutir en sectores ya asentados, demandantes de otros productos de madera”. Previamente a la presentación del proyecto PromoBiomasse, Nasuvinsa celebró la pasada semana otra jornada dedicada a la regulación, control y eficiencia en las instalaciones térmicas y a la introducción de la biomasa como alternativa energética.

En cualquier caso, este proyecto europeo y otras actuaciones se enmarcan en la filosofía contenida en el Plan Energético Horizonte 2030 que, entre otras cuestiones, considera prioritaria la transición hacia este tipo de combustibles con el apoyo de la Administración en el doble sentido de dar ejemplo y de facilitar ayudas directas o indirectas. Este plan ha sido liderado desde el departamento de Desarrollo Económico aunque contando con la participación de otros departamentos, instituciones, mundo empresarial y sociedad civil. El responsable de al seccion del Plan Energético, Martín Ibarra, reitera que “Navarra tiene un gran potencial en este ámbito” y está alineada con las tendencias europeas. Según Ibarra, “la biomasa además es la energía renovable que mejor se adecua al desarrollo local y a la lucha contra la despoblación ya que pueden generarse beneficiarios en el ámbito rural además de avanzar en el autoabastecimiento”. - J.I.C.