PAMPLONA - Después de una Javierada de 2018 pasada por agua y con la menor afluencia desde 2011, los peregrinos agradecieron ayer el buen tiempo y se echaron a andar en masa, con más volumen que nunca. Fueron hasta 24.650 los peregrinos que computó la Policía Foral ayer en torno a la peregrinación a Javier, con 233 autobuses y 3.250 turismos contados en el camino. Sin duda que el sol y el hecho de que las temperaturas alcanzaran hasta los 25ºC al mediodía animaron a muchos peregrinos a coger sus mochilas y marchar a Javier.

De todos modos, los más madrugadores no se libraron este año tampoco del frío. Aunque quienes se levantan pronto para recorrer decenas de kilómetros suelen ser habituales y el tiempo no les pilla por sorpresa. Es el caso de Julian Solano, pamplonés de 74 años que lleva haciendo la Javierada desde que tenía 18. En esta 79ª edición, Solano echa la vista atrás para compararla con la que realizaba cuando era joven: “Antes era más humana, porque los voluntarios también caminaban y paraban a los peregrinos; ahora en cambio, hay puntos estratégicos por la cantidad de gente que hace la peregrinación”, observó.

Solano recuerda haber conocido todo tipo de temporales: “Yo he llegado a ir a Javier con nieve, lluvia, viento... pero la música y el ambiente animaban a caminar este día”. Ahora, es el veterano peregrino quien anima a las futuras generaciones a continuar con la tradición. Por eso, ayer Solano se levantó a las 8.30 para hacer la Javierada por 4º año consecutivo junto a Noa e Iraia Izu, sus dos nietas.

EN CUADRILLA Una opción para jóvenes es ir en cuadrilla. Un grupo de nueve amigos y amigas de Monreal de edades entre los 15 y los 17 años decidió que la de ayer era una buena ocasión para “pasar un día juntos y hacer deporte”. Así que cogieron sus bicicletas para pedalear desde su pueblo hasta Javier. Hay peregrinos que, aunque no parezcan tan jóvenes, aseguran serlo de espíritu. José Luis, Ángel y Juanjo salieron ayer desde Lesaka en un autobús, contratado por la sociedad Beti Gazte, que los dejó en Idocin. Ya en Sangüesa, los peregrinos podían presumir entre risas de que están “bien en forma”.

El matrimonio formado por Joaquín Urtasun e Imelda Arlegui también recurrió a la táctica de partir desde un lugar más cercano a Javier que su pueblo de origen, Berriozar, gracias a un autobús que los dejó en Izco. No obstante, Urtasun, que ahora tiene 70 años, comenzó a hacer Javieradas con 15 y solía caminar desde Berriozar.

Lo más habitual, sin embargo, es hacer parte del camino en un vehículo, especialmente si se trata de grupos grandes de adolescentes bajo la tutela de monitores. Cuatro jóvenes de entre 23 y 26 años guiaron ayer desde Idocin a 60 chavales de 15 a 17 años. “Hemos tenido que reservar mesas para cenar 60 personas hambrientas después de la Javierada”, comentó uno de los monitores. No es sorprendente el hambre que tendrían tras completar todo el recorrido, ya que al mediodía se encontraban en la Venta de Judas haciendo cola para la comida que reparten cada año voluntarios, donde dijeron bromeando que “después del almuerzo, nos volvemos”.

Bromas aparte, la mayoría de peregrinos demuestran que la tradición de la Javierada sigue creciendo y expandiéndose más allá de las fronteras navarras. La lisboeta Madalena Trinidade, estudiante de 6º de Medicina en la Universidad de Navarra, hizo ayer su cuarta Javierada, con la que dice sentirse “integrada en Navarra” y asegura peregrinar “cada año por San Francisco Javier”.

Recomendación por Sangüesa. Este año la Policía Foral recomendó a todas aquellas personas que pensasen hacer la Javierada ir por Sangüesa a partir de Liédena, en lugar de hacerlo por Yesa, como solía ser habitual. De esta manera, el Gobierno de Navarra trata de evitar que los peregrinos se expongan a un mayor peligro por la densidad de tráfico por la carretera NA-2420. Muchos de los caminantes decidieron hacer caso a la recomendación y aumentó el tránsito de personas por el camino de Sangüesa a Javier.

Cruz Roja realizó ayer un total de 252 atenciones, a las que se suman las 36 realizadas el viernes en la Ribera. En total, 288 atenciones, en las que el mayor número fueron por ampollas (105), atenciones médicas (52), lavados de pies (47), masajes (32), curas (29) y esguinces (3). Se realizaron 69 atenciones más que en la 2ª Javierada de 2018, cuando fueron 219.

Cruz Roja

Voluntarios. En el dispositivo de la segunda Javierada participó voluntariado de las asambleas locales de Cruz Roja de Ablitas, Burlada, Mélida-Carcastillo, Pamplona, Sangüesa, Tafalla y Tudela.

Francisco Pérez “el señor nos ha reunido en Javier para no tener Miedo y Confiar en él”

El arzobispo de Pamplona y de Tudela, Francisco Pérez, instó ayer a los jóvenes a “ser valientes y generosos en el seguimiento a Jesucristo por el camino del sacerdocio”.

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Grados llegaron a marcar los termómetros alrededor de las 15.00 horas, según la Agencia Estatal de Meteorología.