MIAMI. Durante el nuevo juicio en una corte de Fort Lauderdale (Florida), que comenzó en octubre de 2018, la familia y la defensa de Ibar gastan sus últimos esfuerzos en evitar la pena de muerte, como lo ha solicitado la Fiscalía.

En 2000 Ibar, de 46 años, fue condenado a la pena de muerte por tres asesinatos cometidos en junio de 1994, y 16 años después la Corte Suprema de Florida anuló esa sentencia por considerar que las pruebas contra él eran escasas y débiles, y ordenó celebrar un nuevo juicio.

La repetición del juicio fue sin embargo desfavorable para Ibar, quien el pasado enero fue hallado por unanimidad culpable del asesinato en primer grado de Casimir Sucharski, Marie Rogers y Sharon Anderson, además de robo y robo a mano armada.

Su familia y los abogados no se reponen aún del fallo de culpabilidad del jurado, que consideran, desestimó las, en su opinión, dudas que quedaron patentes en el juicio, la negligencias en la cadena de custodia de las pruebas y las irregularidades durante la investigación del triple crimen.

Lamentaron igualmente que el juez Dennis Bailey no tuviera en cuenta que uno de los miembros del jurado comunicase poco después al tribunal que se arrepentía de haber apoyado el veredicto de culpabilidad.

La suerte de Ibar, sobrino del fallecido boxeador José Manuel Ibar "Urtain", está de nuevo a partir de este miércoles en manos de los miembros del jurado, que decidirá entre la pena capital y cadena perpetua.

La Fiscalía y la defensa podrán presentar argumentos y testigos a favor y en contra, respectivamente, de que Ibar sea condenado a la pena a muerte, y el jurado tendrá hasta el 22 de mayo para comunicar su recomendación al juez Bailey.

Al terminar la presentación de pruebas, argumentos y testimonios, ambas partes tendrán un turno para establecer sus argumentos de cierre, tras lo cual el jurado se retirará a deliberar sobre la sentencia.

Para recomendar la pena capital, los 12 miembros del jurado tienen que alcanzar obligatoriamente la unanimidad, no así en el caso de cadena perpetua.

No obstante, de ser una condena a muerte, el juez Bailey tiene la potestad de rebajar esta decisión a cadena perpetua, pero no dispone de capacidad legal para aumentar esta segunda condena a la pena capital.

En este cuarto juicio, la Fiscalía, encabezada por Chuck Morton, quien fuera el fiscal en el juicio del año 2000, en el que se condenó a Ibar a la pena capital, presentó como nueva prueba el hallazgo de un rastro mínimo de ADN de Ibar en la camiseta usada por uno de los asesinos.

Con esa prenda, uno de los dos asesinos se tapó el rostro, según se pudo ver en las imágenes del crimen que quedaron grabadas en un vídeo de vigilancia.

La prueba de la camiseta (que no estuvo sellada bajo la custodia policial) y los mínimos restos genéticos de Ibar detectados en ella en 2016 se convirtieron en unos de los ejes de la Fiscalía, pese a que los análisis hechos durante años nunca dieron un resultado positivo de ADN que le incriminara.

En los últimos días la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo ha considerado que el vídeo es de "ínfima calidad, fuertes contrastes lumínicos y poquísima resolución" y calificó de "cuestionable" el testimonio de Gary Foy, el hombre que hace 23 años identificó a Ibar como el presunto asesino.

Ibar, que lleva preso casi 25 años, fue hallado culpable de los seis cargos que enfrentaba, tres de ellos por asesinato en primer grado, además de robo y robo a mano armada, por la muerte a tiros y por la espalda de las tres víctimas.