PAMPLONA - Blanca Hernández completa sus estudios de Psicología con su trabajo. Entró en la UNED para estudiar este grado pero encontró algo más allí. “Un día que iba por la universidad vi un anuncio en un tablón en el que buscaban voluntarios y decidí apuntarme”, cuenta.

Después le llamaron de Aspace y le contaron el caso de Mamen Miñes. La directora del centro la convocó para una entrevista en la residencia donde vive Mamen. “Allí me explicaron que ella sufre una parálisis cerebral, cuál es exactamente el tipo que sufre y cuáles son las limitaciones y necesidades que tiene en su día a día”. Hernández aceptó unirse al programa y desde entonces trabaja de voluntaria. “Le ayudo a desplazarse desde la residencia a la universidad cuando lo necesita y también le ayudo a estudiar”. Este apoyo puede brindarse de varias maneras. Le puede leer los temarios y grabarlos para que Miñes los estudie posteriormente o ayudarle a elaborar esquemas y mapas conceptuales del temario para que después le facilite el proceso. El tiempo que han pasado juntas ha llevado a la amistad y ahora mismo las dos estudiantes también comparten sus horas de ocio. “Ahora quedamos para salir y también he conocido a su cuadrilla de la residencia”, expone.

Aunque ya no vayan juntas a clase, ya que Miñes se cambió de grado, aún siguen compartiendo experiencias juntas. Hernández considera que esta experiencia “ha sido muy satisfactoria para mí y me ha aportado mucho. Ahora me planteo cuestiones relacionadas con la accesibilidad que antes ni siquiera pensaba porque no me enfrentaba a dichas situaciones en mi día a día”. - A.J.