pamplona - Un nuevo caso de abusos sexuales, denunciado por primera vez en Salesianos, vuelve a poner de manifiesto los horrores que sufrieron en su niñez las víctimas de conductas pedófilas llevadas a cabo en al menos cinco centros religiosos de Navarra como son los Padres Reparadores de Puente la Reina, el Colegio Diocesano El Puy de Estella, Maristas y Jesuitas, a los que hay que sumar ahora Salesianos de Pamplona.

Después de guardar silencio durante casi medio siglo, fue hace cinco años cuando Iñaki (nombre ficticio) confesó su secreto mejor guardado y dio el paso de contar a su mujer e hijas que había sido víctima de las conductas abusivas del sacerdote Manuel Ivorra Segura (al que él solo conocía por su apodo El Topi) en 1970, mientras cursaba Maestría Industrial por la rama eléctrica en Salesianos. Iñaki, que estudió en el centro durante dos cursos, entre 1968 y 1970, narra que Ivorra le daba clases de refuerzo de Física y Química, asignatura que impartía. Durante estos encuentros, que se producían los sábados en una especie de laboratorio, Ivorra aprovecharía que se encontraban los dos solos para adormecer a Iñaki con alguna especie de producto tóxico y así poder abusar de él. El exalumno de Salesianos recuerda haberse desmayado tres o cuatro veces en clases de apoyo anteriores hasta que, en una ocasión, se despertó desnudo en una mesa y vio a El Topi que le tocaba.

EL PRIMERO EN EL ARZOBISPADO Además de atreverse ahora a sacar su testimonio a la luz, Iñaki es la primera persona que ha presentado una denuncia en el Arzobispado relacionada con abusos sexuales de la oleada de denuncias públicas y policiales que se han registrado en los últimos meses en al menos cinco centros religiosos de Navarra. Al tratarse de un registro que no es público, el Arzobispado tampoco reseña aquellas víctimas que hayan ido a su sede a relatar hechos similares. Iñaki tuvo una cita el pasado jueves por la mañana por espacio de media hora con el vicario judicial, Carlos Ayerra, a quien, según palabras del denunciante, no vio demasiado “interesado ni implicado en recoger mi testimonio”. Pero Iñaki le advirtió de que había acudido porque por cuestiones de azar mantuvo un encuentro personal con el Arzobispo Francisco Pérez, quien le manifestó que Ayerra era la persona idónea para recibirle y recoger su denuncia. Siendo así, finalmente elaboraron un documento que detallaba los hechos que se narran en estas páginas y que afectan al sacerdote salesiano, fallecido en Pamplona. El vicario judicial le transmitió que dicha denuncia sería remitida al propio colegio de Salesianos, por tratarse de la congregación del denunciado, donde no tiene competencia la diócesis.

Precisamente el jueves, un alto cargo de Salesianos en Madrid telefoneó a Iñaki, que también se había reunido en Pamplona con el actual director del centro, y quedó en encontrarse con él la semana que viene en la capital navarra para conocer su situación y ofrecerle ayuda. La única intención de Iñaki al sacar a la luz este caso es, precisamente, que casos como el suyo no queden en silencio y que no vuelvan a ocurrir en centros educativos conductas pedófilas de este tipo.

Estudiante de 1968-1970. El denunciante, Iñaki, vecino de una localidad del norte de Navarra, tiene ahora 68 años. Hasta hace 4-5 años su familia no sabía nada de lo que relata. Y el día que sufrió los tocamientos fue su último día en el colegio Salesianos. Allí estuvo entre 1968 y 1970 hasta su salida abrupta. Estudiaba Maestría Industrial por la rama Eléctrica.

En clase a solas. Iñaki narra que los tocamientos los sufría al acudir los sábados a clases de apoyo con El Topi. Allí dice que se sentía que se desmayaba.