Fue cruzarse por el centro de Pamplona y echar fuego por la boca. Ya habían tenido un conflicto previo que acabó en una condena de tres meses de prisión por un delito de lesiones para uno de estos dos pamploneses que tienen por costumbre llevarse mal y acabar a palos. Así, la víctima de aquel delito observó el 23 de mayo de 2016, cerca de la media noche, a su antiguo agresor en mitad de la avenida Zaragoza. De repente le arreó un puñetazo en la cara y el oponente soltó entonces la correa de las perras que estaba paseando. Una de ellas corrió hacia el atacante, que buscó refugio trepando a un árbol. La víctima del puñetazo le siguió hasta allí y, enfurecido por el golpe recibido, sacó una navaja multiusos con la que le pinchó en el glúteo. Luego llamó la atención de una patrulla de la Policía Foral que pasaba por el lugar y se calmó la cosa. Ambos sufrieron heridas y recibieron atención médica. Uno, en la frente y en la cara por el puñetazo, de lo que tardó tres días en curar. Está además diagnosticado de trastorno disocial de la personalidad y adicción a las drogas, lo que le afectaba de forma moderada en el momento de los hechos. Y el otro reposó siete días por la herida incisa que le causó en el trasero.

Los dos fueron condenados en el Juzgado de lo Penal 2 de Pamplona a sendas penas de multa. El dueño de los perros y autor del pinchazo, al que se le aplica la eximente incompleta de anomalía psíquica y la agravante de reincidencia, fue condenado por un delitos de lesiones a una multa de 712 euros y a indemnizar al otro varón con 942 euros. El autor del puñetazo también fue condenado a una multa de 240 euros por un delito leve de lesiones. La Sección Primera de la Audiencia ha desestimado los recursos que presentaron ambos implicados, salvo en lo relativo a que les aplican la atenuante de dilaciones indebidas, debido al tiempo que ha tardado en dictarse sentencia. Por ello, rebaja la pena de uno de 712 a 480 euros y al otro de 240 a 120 euros. El tribunal entiende que “en el presente caso se trata de unos delitos de lesiones, con dos acusados, por lo que no existía ninguna complejidad al enjuiciarlo, y pese a ello existe una dilación extraordinaria hasta la sentencia dictada por el juzgado de lo Penal”. Se trata de un suceso de mayo de 2016 y sentenciado en enero de 2019.