pamplona - Profesional desde finales de los noventa en la prevención de adicciones en adolescentes, Gorka Moreno, Proyecto Hombre Navarra, subraya que con menores “no hablamos de adicción a las drogas sino de empezar a consumirlas”. En el 97, con el boom del éxtasis, ya atendía a familias con adolescentes que habían empezado a consumir. El perfil, a día de hoy, se repite: “Menores, viven en casa, más o menos siguen estudiando y que no son drogodependientes. Suelen tener muchos problemas, y en ese abanico de problemas que son de instituto o de casa, en ese fregado, van y comienzan a consumir drogas”.

Lo primero que corrige es el término adicción cuando aborda drogas y adolescentes.

-El programa Suspertu, de Proyecto Hombre, no es de drogodependencia. Es para trabajar con chavales/as que están empezando a tener comportamientos de riesgo y, entre ellos, habitualmente está el consumo de drogas.

¿Cómo se afronta este tratamiento con y hacia un adolescente?’

-Normalmente a los chavales los traen los padres de la oreja. En la mayoría de los casos, a los 16 años, no quieren venir y vienen obligados por sus padres porque la situación les supera. En el equipo hay una persona especializada en atender a adolescentes, alguien que intenta engancharles.

¿Cómo se hace eso?

-Con los chavales lo que hay que hacer es acercarse: escuchar su problema, oirles mucho y darles a entender que estamos para ayudar a la familia en su conjunto. Que no son ellos solos los que tienen el problema y que vamos a intentar, también, serles útiles.

¿La familia presencia esas sesiones?

-No, esto es siempre sin los padres delante. Hay una parte del equipo que atiende a los chavales y esa persona no es la misma que está con los padres. Hay otra parte del equipo que está especializada en familias y queda con padres y madres, también con entrevistas individuales, porque es un tema que afecta a todas las partes. Lo que hacemos es empoderar a los padres y madres para que ellos mismos desarrollen habilidades para trabajar esas situaciones difíciles con los hijos.

Pero, ¿y si la familia está con su propio conflicto interno?

-Se trabaja. Lo habitual es que sean las familias las que solicitan ayuda porque se dan cuenta de que no son capaces de manejar una situación crítica que tienen con un hijo adolescente. A veces también vienen orientados de institutos, de unidades de servicios sociales municipales -unidades de barrio en el caso de Pamplona- e, incluso, de los centros de salud.

Cómo observa el panorama actual del consumo de drogas entre jóvenes y adolescentes.

-Si hablamos de drogas y de prevención con adolescentes, a día de hoy, la preocupación número uno debería ser el alcohol. No cannabis, cocaína o speed. Esas drogas tienen que ser una preocupación, pero no se nos puede olvidar que la droga nº 1 de coste social, sanitario y moral y que provoca auténticos dramas personales y familiares es el alcohol. Podríamos decir que no es una droga de las gordas, pero ninguna otra ocasiona tantas demandas de tratamiento en los centros de droga: es la principal y la más grave para tratar.

¿Cuáles son los datos de consumo de alcohol entre adolescentes?

-Tenemos el número de bebedores diarios entre adolescentes y jóvenes más bajo de nuestra historia, nunca habíamos tenido tan pocos bebedores diarios. Pero tenemos el récord, desde que se tienen datos, de borracheras en la juventud. Entre los 14 y 18 años prácticamente una cuarta parte de los chavales se ha emborrachado en el último mes, según datos del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, y que en Navarra son similares.

Aparte del alcohol, ¿otra prioridad en el campo de la prevención?

-El juego. Nos estamos encontrando con chavales cada vez más jóvenes que están teniendo problemas de adicción al juego on line y a apuestas. Con el juego estamos cometiendo el mismo error que cometimos con el tabaco y con el alcohol: favorecer una accesibilidad absoluta. Con la liberalización total de las casas de apuestas, estas aparecen por todos lados. Y hay un bombardeo permanente en medios de comunicación (sobre todo, asociado a eventos deportivos). Este mismo problema lo tuvimos con el tabaco y el alcohol.

¿Qué problema hubo en el 2000, los 90, 80... con tabaco y alcohol?

-La ley del tabaco nos ha marcado cuáles son las acciones más efectivas y con mejores resultados en términos de prevención. Consiguió más que todas las charlas que se hacían y que cualquier campaña de sensibilización en medios. No se trata de prohibir el consumo de unas sustancias, sino de regularizarlo de una forma estricta.

¿Cree que es el ejemplo que se debería imitar con el juego y el alcohol?

-Esa debería ser la tendencia. No está prohibido fumar tabaco a día de hoy. Pero sí que se le ha puesto un orden razonable y eso ha ocasionado que tengamos menos fumadores.

En Navarra, entonces, ¿ha disminuido la cantidad de fumadores?

-El consumo de cannabis se mantiene más o menos estable. Y nunca habíamos tenido tan pocos fumadores diarios de tabaco entre los 14 y los 18 años. Ahora, la prioridad es el alcohol, pero con esto no estoy diciendo que desatendamos otras drogas.

Trabajando desde los 90 hasta ahora, ¿qué cambios observa y qué impresiones tiene?

-En el caso del juego, veo que estamos cometiendo el mismo error que con el tabaco y con el alcohol. Pero, además, a sabiendas de que lo estamos cometiendo y eso es lo grave. No hay más que ver cómo surgen los locales de apuestas y juego en Pamplona

¿Cómo se debe trabajar con un adolescente para prevenir una posible adicción al juego y las apuestas que menciona, y a sustancias?

-En prevención sabemos que cuanto más tarde empieza una persona a tener relación con una sustancia, las probabilidades de que tenga problemas con esa sustancia disminuyen considerablemente. No es lo mismo empezar a beber con 14 o 17 años -que es cuando los chavales empiezan a beber-, que con 18 o 20. La precocidad en el consumo de drogas, anticipa problemas con las drogas.

¿En qué camino hay que trabajar a día de hoy?

-En el caso del alcohol, si conseguimos que se respeten la prohibición y las dificultades para acceder a él antes de los 18 años, solo con eso ya habremos evitado muchísimos casos de problemas futuros. Y lo mismo, con el resto de drogas.

En prevención, ¿hacia qué objetivo se plantea acercarse o alcanzar?

-Necesitamos una ley del alcohol más estricta que regule más el consumo y el acceso. No que lo prohiban, porque en drogas no es tanto la prohibición o legalización, que es lo que legalmente suele debatirse. La cuestión no está ahí, sino en una regulación estricta del acceso y del consumo, que es lo que ha pasado con el tabaco.

¿Qué sugiere?

-Que hagamos lo mismo con el alcohol: restrinjamos puntos y horarios de venta, carguémoslo impositivamente todavía más... España es uno de los países con menor carga impositiva del alcohol de Europa. Así que tenemos margen para hacerlo. Es decir, no hablamos de prohibir, sino de ponerle un poco más de orden.

Seguir un modelo europeo de impuestos para el alcohol.

-En varios países han conseguido resultados. ¿Además? Tenemos que dar a los jóvenes oportunidades de ocio saludable, más actividades en su vida y formación que les pueda gustar. En la medida que hay un mayor abanico de intereses, aunque se produzca un consumo de drogas, tendrá menos posibilidades de hacerle daño.

¿Qué quiere decir cuando habla de menor riesgo cuando hay un abanico amplio de intereses?

-No es lo mismo, por ejemplo, una persona que fuma cannabis y tiene un abanico muy amplio de intereses, que en algún momento de su vida decide fumarse un porro, que una persona que no tiene un abanico de aficiones amplio. Las probabilidades de hacerte daño al consumir drogas es mucho menor cuando uno tiene otras alternativas.

Habla de cannabis y no menciona los posibles daños neuronales derivados de su consumo.

-Hay estudios científicos que avalan los problemas que el consumo de cannabis causa a nivel neurológico. Es una evidencia que nadie pone en duda. Nosotros no nos dedicamos a investigación, sino que hacemos más tratamiento de prevención.

También se habla de vulnerabilidades distintas según cada persona.

-El cannabis es un depresor potente del sistema nervioso central. No es lo mismo que consuma una persona psicológimente estable y con multitud de gustos y aficiones, que otra con muchos altibajos de ánimo, que no termina de encontrarse bien y no sabe por qué. Además, se ha asociado el consumo de cannabis al deterioro cognitivo, incluso relacionado con trastornos psicológicos con psicosis.

Al hablar de psicosis derivado del consumo de cannabis, hay quien puede tacharlo de exagerado y de crear alarma.

-No hay que crear alarma. Eso no. Pero, como ocurrió con el tabaco: demos información y formación veraz. Y si tú decides que fumar te hace mejor y más feliz, adelante, es tu vida. Pero no te engañes ni que te engañen. Ahora ya nadie se cree que el tabaco sirve para curar enfermedades. Se fuma a sabiendas de que es un riesgo para la salud. Y hay personas que, con esa información, les compensa. Adelante cada uno, pero con información, atención y sin liberalizar hasta tales puntos alcohol y juego. - P.S.S.