el adelanto electoral impidió al Estado tener su primera ley de eutanasia al quedar en un cajón del Congreso la propuesta del grupo socialista que, en su empeño por regularizar esta práctica, ha presentado una nueva iniciativa en el Congreso apenas dos meses después de arrancar la legislatura.

Despenalizar la eutanasia es un compromiso del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y fue una de las 110 medidas del programa con el que el PSOE concurrió a las elecciones del 28 de abril al no haber salido adelante la proposición de ley del grupo socialista. Esta fallida iniciativa, cuya tramitación caducó al disolverse las Cortes, inició su andadura parlamentaria con muchas posibilidades de salir adelante pues todos los grupos, salvo el PP, respaldaron su toma en consideración en junio del pasado año.

Con su propuesta, el PSOE pretendía dar “un paso más” a los cuidados paliativos y la muerte digna mediante una prestación de ayuda para morir incluida en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud que garantizase su financiación pública. Tras pasar el primer trámite y superar una enmienda a la totalidad del PP centrada en los cuidados paliativos y que rechazaba el derecho a decidir sobre la propia muerte, la ley continuó su tramitación en el Congreso.

Aunque no sin dificultades. Los socialistas acusaron en diversas ocasiones a PP y Ciudadanos de “bloquearla” prorrogando “sucesivamente” el plazo de enmiendas.

El propio Pedro Sánchez, el pasado mes de abril, achacó a las “triquiñuelas” de ambas formaciones en la mesa del Congreso el hecho de que no hubiera ley y criticó que no pensaron “en la gente que lo necesita”.

Ciudadanos había presentado anteriormente su proposición de ley de muerte digna basada en los cuidados paliativos, cuya aprobación era la condición que ponía la formación naranja para apoyar la norma socialista. También esa propuesta quedó en un cajón, en este caso en el Senado, adonde llegó después de superar todos los trámites en la Cámara Baja.

La nueva legislatura abre de nuevo la puerta a que España cuente con su primera ley de eutanasia siempre que se logre formar gobierno y no haya que ir a nuevas elecciones.

Y es que no solo el grupo socialista ha presentado una proposición de ley. También Unidas Podemos se ha dado prisa y ha registrado la suya, con la que pretende regular la eutanasia y el suicidio asistido.

Ya había presentado otra, que fue rechazada en marzo de 2017 con los votos en contra del PP, Foro Asturias y UPN y la abstención del PSOE, Cs, PdeCAT y Nueva Canarias. Además, está pendiente la proposición de ley reforma del Código Penal de despenalización de la eutanasia y la ayuda al suicidio asistido auspiciada por el Parlamento catalán, después de que una anterior procedente de la cámara autonómica caducase con la disolución de las Cortes.

Los partidarios de la regulación de la eutanasia argumentan que es una demanda social. Una encuesta de noviembre de 2018 realizada por Ipsos revelaba que el 85% de los españoles estaba a favor y, de ellos, el 49% se mostraba “totalmente convencido” de que había que hacerlo.

Y el debate se reabre periódicamente a raíz de casos personales que conmueven a la opinión pública. La última vez fue en vísperas de las elecciones del 28 de abril por la muerte de María José Carrasco, enferma terminal, ayudada por su marido, Ángel Hernández, que fue detenido aunque posteriormente puesto en libertad. Este hecho ocurría meses después de la presentación en el Congreso de más de 280.000 firmas recogidas por dos familias a favor de una regulación. - Efe