pamplona - La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra decretó el pasado miércoles el ingreso en prisión provisional y sin fianza de Irene de Fátima Sabino, la mujer que está acusada de haber ideado en noviembre de 2016 el crimen de su marido en Tudela, Wilson Yanza Heredia, de 33 años, origen ecuatoriano y que regentaba una panadería, que fue asfixiado por un sobrino de la ahora encarcelada. Esta y otra sobrina están acusadas de cooperar y no auxiliar a la víctima y de ser partícipes de un plan supuestamente ideado por la esposa.

De Fátima estuvo en prisión preventiva cuando fue detenida al comienzo de la investigación, pero quedó en libertad provisional el 21 de diciembre de 2016 con la obligación de comparecer ante el juzgado cada 15 días. Ahora, cuando el juicio con jurado popular contra ella y sus sobrinos está a la vuelta de la esquina, ya que empezará el próximo 9 de septiembre, la Audiencia ha adoptado esta decisión excepcional a la vista de los reiterados incumplimientos de la acusada en el órgano judicial, donde no comparecía para firmar desde hacía ocho meses. Por ese motivo, había sido decretada una orden de búsqueda y captura contra ella hasta que esta misma semana se presentó en el órgano judicial. La Fiscalía y la acusación particular solicitaron en su comparecencia del pasado martes su ingreso en prisión debido al alto riesgo de fuga y así lo ha acordado finalmente la Sección Segunda. Precisamente, será uno de los tres magistrados de esta Sala el que se encargue de presidir el jurado popular que se encargue de juzgar esta causa.

La Audiencia recuerda en el auto en el que envía a prisión a la acusada que la última vez que cumplió con la obligación quincenal de comparecencia en el juzgado fue el 4 de enero de 2019. “Desde tal fecha ni ha comparecido, ni ha designado nuevo domicilio a efectos de notificaciones. Hasta que el pasado martes compareció ante esta Sección asistida de su letrado. De ahí que sus alegaciones acerca de la dificultad para efectuar la comparecencia ante el juzgado de guardia, porque carecía de documentación tras la sustracción de la misma, se compadezca mal con la cronología de lo ocurrido”.

UN JUICIO INMINENTE El tribunal recuerda que la denuncia por pérdida de documentación se presentó ante la comisaría de la Policía Nacional de Pamplona el pasado 28 de febrero, casi dos meses después de que dejara de realizar las comparecencias. “En tal denuncia no figura que la sustracción afectara a su teléfono móvil. De modo que se puede concluir que, de forma voluntaria y deliberada dejó de cumplir las obligaciones impuestas en el auto de libertad, dice la Sala. “Que haya estado viviendo en diversas casas, sin estabilidad alguna, o su alegación -no acreditada- de que en algunas ocasiones le impedían comparecer en el juzgado de guardia por carecer de documentación adecuada, en ningún caso suponían un obstáculo para contactar con su letrado o con el órgano judicial”.

La Audiencia señala que la propia conducta de esta encausada, “en un procedimiento por hechos de muy especial gravedad, abonan las tesis de las acusaciones acerca del riesgo de fuga, pues ni compareció ni señaló nuevo domicilio, ni realizó gestión alguna. De no adoptar la medida interesada podría llegarse, incluso, a suspender la celebración del juicio en el cual no es la única implicada”.

les piden entre 13 y 20 años de cárcel

Acusada con sus sobrinos. La Fiscalía solicitará para Irene de Fátima y sus sobrinos (el varón, procedente de Madrid, está en prisión desde que fue detenido al ser el autor material de la muerte por asfixia de Wilson Yanza) 13 años de prisión en el juicio con jurado que se celebrará en diez días. Les acusa de un delito de homicidio. La acusación particular eleva tal petición hasta los 20 años de cárcel al entender que se trata de un delito de asesinato. Yanza fue estrangulado por el sobrino en presencia de su hermana y de su tía en el domicilio familiar en Tudela. Después, los tres trasladaron el cuerpo hasta Castejón, donde lo arrojaron en el Ebro de madrugada.

La noche del 1 de noviembre de 2016. Irene de Fátima Sabino, la acusada de matar a su marido en Tudela, recibió el 1 de noviembre de 2016 a su sobrina de Pamplona y a su sobrino, residente en Madrid y que trabajaba en seguridad, en su piso en la capital ribera. Según las acusaciones, entre los tres planearon matar a Yanza, que había sido condenado por malos tratos en 2011 y del que la acusada temía que le quitara la custodia de su bebé. La víctima murió tras haber sido asfixiado por el sobrino, Ronaldo Dias, de gran corpulencia. Los tres se desplazaron luego en el coche de Dias hasta Castejón, donde arrojaron el cadáver en el Ebro. Antes, mientras lo arrastraban del maletero del vehículo al cauce del río, el cuerpo de Yanza perdió una bota que sirvió como prueba para los investigadores.

El cuerpo fue encontrado flotando en el río a los tres días. La acusada dijo que sentía miedo de su marido, porque la maltrataba y que temía que le quitara la custodia del bebé que tenían.