VITORIA - En pleno salón de estar de la capital alavesa al mediodía de ayer llegó el sobresalto en forma de desalojo urgente de las 19 viviendas del edificio de la calle Dato, 8. Los evidentes daños en el pilar estructural de una vivienda en la primera planta obligaron a los Bomberos municipales a sacar de forma precipitada a todas las familias de la comunidad y proceder, a lo largo de la tarde, a apuntalar la estructura para evitar un posible derrumbe.

Rebasadas las 13.30 horas cuando gran parte de los vecinos se aprestaban a comer tras una veraniega mañana, fue una residente en la segunda planta la que dio la voz de alarma a los servicios municipales. La presencia de una grieta visible desde hace meses en su inmueble desató la alerta y motivó la llegada de los Bomberos y la decisión de desalojar el edificio. En cuestión de pocos minutos y sin más pertenencias que la ropa que llevaban puesta, todos los vecinos presentes en ese momento en el bloque de viviendas se encontraron en la céntrica calle Dato a la espera de acontecimientos y atacados de los nervios. Iluminada fue una de esas vecinas que tuvo que renunciar a la comida y bajar con la ropa de estar en casa a una soleada calle. Ramón fue otro de los vecinos de Dato, 8 que también salió en estampida de su domicilio ante los requerimientos de máxima celeridad y sin probar bocado. Poco después de las 16.15 horas, una cuadrilla de bomberos pudo acceder a su domicilio y entregarle los medicamentos necesarios.

CIERRE DE TRES COMERCIOS El problema se concentra en el pilar estructural de una vivienda que se va a rehabilitar en el primer piso. El peligro en la tarde de ayer se concentraba en la parte posterior del edificio y el riesgo de desprendimientos en la galería orientada al patio. Por ese motivo los trabajos de apuntalamientos de los Bomberos se llevaron a cabo desde la tienda Douglas, que tiene acceso a esa zona. El desalojo afecta también a otras dos tiendas, Goya y Krack, que ya desde la tarde de ayer tuvieron que bajar sus persianas de manera obligada.

Los servicios municipales se presentaron en el edificio para hacer una inspección visual y evaluar los daños. Algunos de los residentes empezaron ayer a primera hora de la tarde a realizar reservas de alojamiento en establecimientos hoteleros ante el temor de no poder volver a pisar sus casas en una larga temporada. Tras esa inspección ahora tendrá que contratar la comunidad el refuerzo de ese pilar, mientras el gabinete Urtaran agilizará al máximo la concesión de la licencia.