altsasu - Se cumplen 25 años desde que la Fundación Felipe Lecea puso en marcha en Altsasu la Clínica Josefina Arregui con el objetivo de atender a personas afectadas por demencia u otras patologías psiquiátricas, tiempo en el que ha atendido a más de 7.000 pacientes de toda Navarra. “Con mucho trabajo y esfuerzo, la clínica ha conseguido consolidarse como una entidad referente en atención y tratamiento de personas con demencia y otras enfermedades psicogeriátricas”, señala Ángel Gardachal, gerente de la Clínica Josefina Arregui.

Pero estos 25 años de andadura no han sido fáciles, sobre todo en lo económico, siempre en la cuerda floja por un concierto con el Gobierno de Navarra por debajo de su coste real. Tal vez el momento más crítico fue en 2011, cuando el Gobierno de Navarra anunció su intención de reducir el concierto con la clínica de 21 a 6 camas, abocándola a su cierre. Entonces, miles de personas salieron a la calle para pedir su ampliación y asegurar así su viabilidad. Asimismo se recogieron 11.342 firmas en apoyo a este centro. Ese clamor social llevó al Gobierno de UPN a dar marcha atrás a su proyecto. Dos años antes, cientos y cientos de personas también salieron a la calle para pedir la ampliación del concierto de 12 a 21 camas. En aquella ocasión también lo consiguieron.

“Los y las trabajadoras han sido el mayor sostén de la clínica, sobre todo en los momentos difíciles. Es necesario compensarles no sólo con el convenio colectivo sino también a través de actuaciones del cuidado que la clínica les debe aportar”, destaca el gerente, al frente de una nueva etapa de la clínica. “Significa mirar hacia adelante. Durante estos meses hemos elaborado un plan estratégico para los próximos cuatro años que el patronato aprobará dentro de unos días. Se contemplan una serie de actuaciones fundamentalmente dirigidas a la profesionalización en la gestión. Se trata de traer la clínica al siglo XXI en cuanto a los recursos y los medios necesarios”, explica Gardachal. La plantilla actual es de 60 trabajadores y trabajadoras.

Así, y gracias a donaciones de empresas y particulares, se está realizando la transformación digital de la clínica y se prevé cambiar toda la iluminación por otra más eficiente así como la colocación de placas fotovoltaicas. “Hay muchos proyectos para la sostenibilidad a largo plazo, tanto en el ámbito económico como en el humano, que es fundamental”. En relación al concierto, el gerente explica que a partir de ahora la fórmula con el Servicio Navarro de Salud será la de licitación a través de un concurso público. “Tenemos la esperanza, dada la necesidad real del tratamiento de este tipo de pacientes, que son crecientes, en que no haya mayor problema”, observa. “Mientras tanto estamos en una situación perfectamente regulada porque así lo negociamos a principios de ese año. Nos permitió consolidar, aunque temporalmente, la situación económica-financiera de la clínica”.

25 AÑOS DE ATENCIÓN El centro de día fue el primero en abrir sus puertas, en noviembre de 1994. Desde un principio se realizó a los pacientes un abordaje multidisciplinar con el fin de conseguir la máxima autonomía pese a la progresión de la enfermedad para mantener al paciente en su domicilio e integrado en la comunidad el mayor tiempo posible y con la mejor calidad de vida. En la actualidad cuenta con 25 plazas, 20 concertadas con el Servicio Navarro de Salud y 5 libres. Poco después se puso en funcionamiento un servicio de consultas externas de medicina especializada en geriatría, neurología, psicogeriatría y neuropsicología, un servicio al que se puede ir sin tener que ser derivado del SNS-O.

Al año siguiente se inauguró la zona de hospitalización con 13 camas, que se ampliaron 10 años después a 21, todas ellas concertadas en la actualidad. Con una estancia media de un mes, se mantiene el ingreso hasta que la compensación de la enfermedad permite su reintegración en la comunidad o su ubicación en un nivel asistencial acorde a sus necesidades, como apunta Joseba Arregi, presidente de la Fundación Felipe Lecea. Asimismo, recuerda que 2017 se creó una unidad de recuperación funcional ambulatoria, pionera en Navarra, para que los adultos mayores con o sin enfermedad psicogeriátrica incrementen su grado de autonomía y puedan continuar valiéndose por si mismos.

Asimismo, la clínica ofrece asesoramiento a familiares y personas cuidadoras sobre la enfermedad, pautas de manejo, recursos asistenciales, ayudas institucionales y trámites entre otras cuestiones, con una estrecha relación con AFAN, Asociación de Familiares enfermos de Alzheimer de Navarra, con grupos de autoapoyo para familiares en la zona de Sakana.

Servicio asistencial. La clínica cuenta con un centro de día con 25 plazas, unidad de hospitalización con 21 camas, todas concertadas, así como unidad de recuperación funcional ambulatoria y un servicio de consultas externas

60 trabajadores y trabajadoras. La plantilla está formada por un equipo multidisciplinar de profesionales de la psiquiatría, geriatría y neurología además de neuropsicología, fisioterapia y enfermería junto con personal administrativo, de limpieza y de cocina.