pamplona - Los responsables de una explotación ganadera de Cascante, padre e hijo, de 61 y 22 años de edad respectivamente, fueron condenados ayer a ocho meses de prisión por un delito de atentado a la autoridad después de haber agredido en junio de 2017 a tres guardas forestales, que procedían a entregarles una resolución judicial. Uno de los procesados ya había sido condenado por delito de maltrato animal y ayer aceptaron de conformidad la pena en el Juzgado de lo Penal número 3 después de que la Fiscalía y el Gobierno de Navarra rebajaran su petición de pena inicial (de 1 y 2 años para cada uno, respectivamente). Los hechos ocurrieron en una finca de Cascante cuando agentes de la Policía Foral apoyaban a personal del Guarderío Forestal del Gobierno de Navarra, que trataba de dar cumplimiento a un auto de entrada y recogida de animales procedente del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Nº3 de Tudela. Los dueños de la finca rompieron el citado auto judicial y comenzaron a insultar y amenazar de muerte a los guardas forestales allí presentes. El padre, esgrimiendo una vara, lanzó un puñetazo en el pecho a uno de los guardas, momento en el cual los policías forales procedieron a reducirle. El joven también fue reducido cuando trataba de lanzar una piedra contra los guardas. Ante los hechos y tras varias negativas a facilitar la inspección al Guarderío Forestal los agentes detuvieron a ambos, padre e hijo. En aquel incidente ya se les decomisaron seis perros, cuyo estado de abandono motivó el origen de este suceso.

condenas previas por maltrato animal Uno de ellos, el hijo, Senen Rafael M.L., figura como titular de todos los animales, ya había sido condenado por un delito de maltrato animal por las “malas condiciones higiénicas y sanitarias” en las que mantenía a varios perros en su finca de Cascante. Además, la juez le impuso un año y medio de inhabilitación para tener perros a su cargo, y al pago de 6.600 euros de indemnización a una protectora de animales por los gastos derivados de los cuidados de los perros maltratados. La actuación tuvo lugar a mediados de 2017 cuando las autoridades encontraron en una finca a seis perros en “muy malas condiciones”, con un grado de desnutrición y deshidratación “muy importante”, además de lesiones “que comprometían seriamente su vida”, como “las orejas cortadas, parásitos y otro tipo de enfermedades graves” debido a la falta de atención y cuidados por parte de sus dueños.

Anteriormente, el hijo también fue condenado en una sentencia ratificada en la Audiencia Provincial a una multa de 2.700 euros por un delito leve de abandono animal, después de que su perra estuviera a punto de morir enferma y desnutrida en caso de que no hubiera sido rescatada por la Sociedad Protectora de Animales de Navarra, que le dieron el tratamiento adecuado al animal. La sentencia indica que la perra, un mastin español atigrado nacido en mayo de 2014, estaba suelto por las instalaciones y desde principios del mes de agosto de 2017 un anónimo alertó a la sociedad protectora de que dicho perro recorría balsa del Pulguer. El comunicante mandó un vídeo el 9 de agosto en el que se veía al perro con extrema delgadez y una herida abierta. El animal fue encontrado el 18 de septiembre por voluntarios de dicha protectora deambulando por una carretera. A la protectora se le concede en la sentencia la custodia definitiva de la perra. Presentaba anemia y un 25% de deshidratación. Padecía además un grave cuadro de miasis, tenía un tumor, estaba llena de parásitos y no la habían vacunado de la rabia desde 2014.