l virus que nos tiene confinados y está dejando demasiadas víctimas a su paso no ha conseguido paralizar la actividad investigadora de la Comunidad Foral. Los investigadores e investigadoras siguen trabajando a destajo, la mayoría desde sus casas y sólo unos pocos mantienen sus visitas a los laboratorios para evitar tirar por tierra proyectos que así lo exigen. Todos están aprovechando este encierro para publicar trabajos pendientes, escribir la tesis, leer artículos de otros autores, analizar con calma los resultados de sus proyectos y pensar en nuevas ideas para conseguir financiación. Pero reconocen que si esta situación se prolonga en el tiempo, la investigación, sobre todo, aquella en la que el trabajo experimental tiene un peso mayor, se verá muy resentida: retrasos en los proyectos, dificultad para cumplir con los objetivos científicos fijados o pérdidas de financiación. "Me preocupa que la crisis económica posterior afecte a las nuevas convocatorias de financiación, ya que la investigación suele ser una de las áreas más desfavorecidas cuando llegan los malos tiempos. Mi esperanza es que precisamente esta pandemia evidencie la importancia de la investigación biomédica. Creo que la sociedad así lo está percibiendo y espero que los políticos tomen buena nota de ello", afirma Rubén Pío Osés, catedrático de Bioquímica de la Universidad de Navarra y director del programa de tumores sólidos del Centro de Investigación de Medicina Aplicada (CIMA).

Este doctor en Farmacia, cuya investigación se centra en el cáncer de pulmón, es uno de los testimonios que se recogen en este reportaje. Son tan sólo diez ejemplos de los más de 2.600 personas que ejercen su investigación en las dos universidades presenciales de la Comunidad Foral (Universidad Pública de Navarra y Universidad de Navarra) así como tres de los centros de investigación más potentes: Navarrabiomed, el CIMA y el Centro Nacional de Tecnologías Alimentarias (CNTA).

Trabajo en laboratorio

Reducción al mínimo del trabajo presencial

El coronavirus ha reducido la investigación presencial a la mínima expresión. Lo que se lleva es la teleinvestigación. En casa de Marisol Aymerich y Rubén Pío Osés, por partida doble. Este matrimonio desarrolla su actividad en el CIMA. Ella, doctora en Ciencias por la Universidad de Navarra, investiga sobre el párkinson, en concreto, diseña y evalúa nuevas terapias de neuroprotección para detener la pérdida de neuronas. Él es un estudioso de los tumores, sobre todo, del cáncer de pulmón, el que más muertes provoca en España. "Mis objetivos científicos son identificar y validar marcadores diagnósticos para una detección más temprana de la enfermedad y el descubrimiento de nuevas dianas terapéuticas que mejoren los tratamientos actuales", explica Pío.

Como responsable de un programa de investigación, su trabajo se centra en dirigir proyectos, obtener fondos competitivos para financiar proyectos, analizar los resultados, redactar las memorias y publicar y difundir sus avances. "Desde que se decretó el estado de alarma trabajo desde casa. Al no ser la persona que realiza directamente los experimentos puedo realizar la mayoría de mis actividades aunque siempre hay aspectos que se resienten: falta el contacto con los experimentos y las discusiones e intercambios científicos con colegas", reconoce este catedrático de Bioquímica, que asegura que la situación está teniendo "un gran impacto en el ritmo del trabajo experimental".

Se han detenido todos los estudios no esenciales y retrasado nuevos experimentos ya planificados. "El personal del grupo que ha acudido a trabajar al laboratorio ha sido el mínimo imprescindible. Estamos aprovechando para poner al día bases de datos, escribir memorias, trabajos...", resume Pío, que advierte de que "si la situación se prolonga nuestro rendimiento se verá muy afectado, ya que nos va a ser difícil cumplir con los objetivos científicos planteados, muchos comprometidos a proyectos o contratos de investigación". Además, se ha paralizado las convocatorias de financiación de proyectos, lo que puede afectar a nuestra disponibilidad de fondos de investigación futuros.

Para llevar a cabo los proyectos en los que está implicada, la investigadora del Programa de Neurociencias del CIMA MarisolAymerich trabaja "con modelos experimentales en los que reproducimos la degeneración neuronal que tiene lugar en el párkinson, lo que implica largas horas de animalario y semanas de tratamientos experimentales para identificar estrategias que mejoren el curso de la enfermedad". Desde que se fijó el confinamiento, este grupo se ha organizado "para que sólo acudan a trabajar las personas que directamente tienen que cuidar animales enfermos, extremando las medidas de seguridad y optimizando las tareas para que no coincidan dos personas al mismo tiempo". El material lo están almacenando en congeladores para procesarlo cuando la situación se restablezca.

"La incertidumbre y la creatividad forman parte del mundo de la investigación, en este momento de forma exacerbada", afirma Aymerich antes de reconocer que la productividad científica de su equipo "está comprometida". Tenían previsto aprender este verano una nueva metodología en EEUU, y tampoco sabe cómo afectará la crisis a la financiación de los laboratorios y cómo justificarán los proyectos. También teme por la carrera investigadora, sobre todo, de las personas más jóvenes, pero también le ve algo bueno. "Es momento para escribir artículos pendientes, reflexionar sobre nuestras líneas de investigación y plantearnos nuevos horizontes. Es una situación delicada, no paramos de trabajar pero las consecuencias las veremos en los próximos meses", asegura.

Investigación universitaria

Compaginar docencia e investigación

Íñigo Ruiz de Escudero Fuentemilla, doctor Ingeniero Agrónomo por la UPNA, compagina su labor docente con su investigación en el campo de los bioinsecticidas. "Estos meses son los que más docencia tengo y doy clases por videoconferencia con la plataforma Zoom. Las clases online están resultando bien, sobre todo, si tenemos en cuenta que fue de un día para otro. Hemos tenido que adaptar algunos contenidos y replantear actividades prácticas de laboratorio por otras", explica este profesor del grado de Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural, que añade que "las prácticas curriculares han sido interrumpidas y la UPNA les ha ofrecido cambiarlas por asignaturas optativas".

El confinamiento afecta sobre todo a su labor investigadora. "Estaba dirigiendo un trabajo de fin de grado y otro de fin de máster, que están en fase experimental en laboratorio, y hemos tenido que suspender. Estos trabajos que están dentro de dos proyectos de investigación. También tenía previsto iniciar otro que ha quedado en pausa", se lamenta Ruiz Escudero. La única labor que mantiene en activo es el mantenimiento de las poblaciones de insectos que, en condiciones normales, necesitan para sus experimentos. "Los criamos en cámaras en el laboratorio de la UPNA que tiene en Mutilva y hay que ir a alimentarlos siempre con las condiciones sanitarias requeridas", remarca este profesor, que añade que los insectos "son de vital importancia para sus proyectos que buscan la producción de bioinsecticidas seguros para la población y el medio ambiente y que controlen de forma eficaz las plagas".

La farmacéutica Maite Solas Zubiaurre también combina la docencia en la Universidad de Navarra con la investigación en neurociencia, en concreto, en la enfermedad de Alzheimer. "En mi vida normal compagino las horas de clase y atención al alumnado con las horas en el laboratorio y la escritura de proyectos, peleando siempre por conseguir financiación", explica Solas, que estudia factores de riesgo que pueden precipitar la enfermedad de Alzheimer.

En la actualidad, la labor en el laboratorio se ha interrumpido por lo que "hemos tenido que paralizar todos los experimentos". "Es un arma de doble filo. Por un lado nos brinda una oportunidad de oro para ver todos los resultados que tenemos hasta ahora despacio y con perspectiva, leer otros autores y pensar nuevas ideas", explica esta investigadora, aunque en su caso, con tres hijos menores de 4 años, le resulta difícil sacar todas las horas que le gustaría. "La parte negativa es que nuestra investigación se basa en experimentos en el laboratorio y con animales, el tener que interrumpir supone la suspensión total de nuestros estudios", afirma Solas para añadir que "si esto se alarga será insostenible: los animales envejecen y no se pueden usar, Un gasto que cae en saco roto e impedirá cumplir objetivos en tiempo estipulado".

Trabajar desde casa

El reto, conciliar y teleinvestigar

Esta pandemia está demostrando que el teletrabajo, en este caso, la teleinvestigación es posible. Ahora bien, la cosa se complica si la persona tiene que hacerse cargo del cuidado de niños o mayores. Es el caso de la investigadora principal de la Unidad de Cardiología Traslacional de Navarrabiomed NataliaLópezAndrés. "Mi marido es sanitario y trabaja todos los días, y yo estoy en casa con mi hija de 4 años y mi hijo de casi 2. Me levanto a las 6 de la mañana y trabajo por las tardes cuando vuelve a casa y puede hacerse cargo de los niños", explica.

Su grupo de investigación estudia las enfermedades de las válvulas cardiacas (valvulopatías) y los proyectos van dirigidos a encontrar nuevos tratamientos que puedan frenar la evolución y progresión de las enfermedades valvulares. Ahora sólo existe el tratamiento quirúrgico. "Mi labor es coordinar la investigación de un grupo multidisciplinar. Recogemos y analizamos las válvulas de los pacientes operados, extraemos células de esas válvulas y estudiamos su comportamiento y su respuesta a diferentes fármacos. El objetivo es lograr un tratamiento que evite la cirugía", expone López, que también se dedica a redactar artículos científicos y pedir financiación. "Nuestra investigación no puede ni debe parar ya que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. Mi labor no ha cambiado mucho pero si la organización. Hemos readaptado nuestras tareas para poder trabajar desde casa. Tenemos contacto estrecho a través de videconferencias", remarca esta doctora en Ciencias.

El trabajo en el laboratorio se ha suspendido. "Primero porque estos días no hay cirugías de recambio valvular estos días y después porque en el grupo somos una familia, que a su vez tiene familia y lo importante es la salud. Para eso debemos trabajar desde casa", concluye López.

ElenaArriazuRuiz, doctora en Bioquímica y Biología celular, trabaja en el laboratorio de oncohematología del CIMA y pertenece al Centro de Investigación biomédica en red del Instituto de Salud Carlos III. "Trabajo a jornada parcial ya que tengo dos hijas de 3 años y 10 meses y como no somos de Pamplona no tenemos familia para que nos ayude. Hago jornadas experimentales muy intensivas en el laboratorio para poder sacar adelante los proyectos. Además codirijo un trabajo de fin de máster", explica Arriazu cuya línea de investigación se centra en conocer como se regula una proteína anticáncer que está inactiva en el 70% de los pacientes con leucemia mieloide aguda, la más común en adultos y la que tiene peor pronóstico. "Estamos ensayando nuevas combinaciones de fármacos más eficaces para tratar esta enfermedad y también investigamos una droga capaz de activar esa proteína", explica

Con el cierre de centros escolares, previo al decreto de alarma, "tuve que replantearme mi trabajo y cancelar la experimentación para poder trabajar desde casa y compaginar con mi marido, que también teletrabaja, el cuidado de nuestras hijas". De esta forma, esta investigadora está aprovechando este impasse en la experimentación para "escribir nuevos proyectos, con los resultados preliminares, y buscar financiación". Es consciente de que con la más que probable ampliación del estado de alarma tendrá que posponer "más de lo que le gustaría" la experimentación, con el retraso que conlleva para justificar los proyectos, pero Arriazu espera que "el estudio de estos meses sirva para conseguir nueva financiación en el futuro".

Licenciado en Historia, EduardoGarraldaDomezain está acostumbrado a trabajar de manera remota. "Por la naturaleza multidisciplinar e internacional de los proyectos en los que participa todas las semanas tenemos dos o tres reuniones por videoconferencia y, por tanto, la cuarentena no me afecta tanto como a otros investigadores que necesitan estar en un laboratorio", reconoce Garralda, técnico de investigación del equipo de medicina paliativa ATLANTES del Instituto de Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra. "Doy soporte a los investigadores de las tres líneas de investigación de ATLANTES, pero sobre todo en lo que estamos constituyendo como el Observatorio Global de Cuidados Paliativos. El objetivo es monotorizar el desarrollo de los cuidados paliativos en distintas regiones del mundo", explica este investigador.

Tras reconocer que el trabajo presencial en la universidad "agiliza muchas tareas", el confinamiento le afecta sobre todo a aquellos estudios en los que están involucrados profesionales clínicos. "Esta emergencia sanitaria les impide centrar su atención en algo que no sean los pacientes. Por ejemplo en un proyecto de sedación paliativa hemos recabado información a través de una encuesta, pero nos falta la participación de muchos de los investigadores clínicos para interpretar los resultados", dice.

Ahora bien, este investigador intuye un cambio a mejor cuando todo pase. "Nos estamos familiarizando con un nuevo modelo de trabajo que usaremos en el futuro. Además, la libertad de trabajar desde casa nos responsabiliza de crear tiempos y espacios de trabajo, que pueden revertir en una mejor organización, eficacia y versatilidad", concluye.

Tesis paralizadas

Efectos en la carrera investigadora

Una de las incertidumbres es saber cómo afectará esta crisis a la carrera investigadora, sobre todo, de los más jóvenes. En el caso de Leyre Catalán Ros, ingeniería en Tecnologías Industriales por la UPNA, experta en Ciencias de Datos y Big Data por la misma universidad y estudiante de doctorado del programa TECOMBER, el confinamiento le ha impedido realizar una estancia en la Universidad de Cardiff. "El 23 de marzo iniciaba una estancia de tres meses para colaborar con expertos en la caracterización de módulos termoeléctricos. Tenía todo pagado y no sé si podré realizarla en un futuro. Además, para terminar la tesis en los 3 años establecidos debo realizar el depósito a finales de junio, por lo que esta situación me impide realizar la estancia y obtener por tanto la mención internacional", explica.

Su proyecto consiste en generar electricidad a partir del calor geotérmico de origen volcánico gracias a unos dispositivos (generadores termoeléctricos) que se encargan de transformar directamente el calor en electricidad. "El proyecto tiene una parte teórica y otra experimental. Primero hay que hacer un diseño y optimización de los generadores en función de las condiciones a las que va a funcionar y de la viabilidad técnica de su fabricación. Y después hay que probar experimentalmente los diseños propuestos, primero en un laboratorio y después en campo", explica Catalán, que reconoce que "la cuarentena nos afecta ya que estábamos en proceso de construcción de prototipos finales y la paralización retrasa la instalación de los prototipos en campo".

Ahora bien, Catalán prefiere quedarse con el lado positivo. "Estoy aprovechando para escribir la tesis y publicar trabajos que tenía pendiente y que dejas de lado por la adrenalina del laboratorio. En lugar de babyboom voy a tener paperboom", bromea.

Las tesis doctorales también se están viendo afectadas por el confinamiento. Así lo destaca el catedrático de Ingeniería Química de la UPNA LuisGandíaPascual: "Estoy dirigiendo siete tesis doctorales y quiero agradecer el interés mostrado por la Escuela de Doctorado de Navarra por la situación de los doctorandos/as que están cerca de finalizar su trabajo. Sabemos que los plazos se prorrogarán el tiempo que dure la suspensión pero el impacto negativo sobre la actividad de carácter experimental es inevitable. Estamos en contacto con ellos, les insistimos en que progresen en aspectos como estudio de bibliografía y elaboración de resultados, pero no es sostenible por mucho tiempo".

Su trabajo en la UPNA tiene una triple vertiente: docente, investigadora y de gestión universitaria, ya que es el director del departamentos de Ciencias. "Este semestre doy una asignatura de Ingeniería en Diseño Mecánico y la docencia es online", afirma Gandía, que añade que "mi día a día consiste en estar muchas horas delante del ordenador atendiendo en cualquier momento a estudiantes de grado y doctorado así como a colaboradores y colegas de investigación. También tengo que atender problemas del departamento de Ciencias, así que el correo electrónico y el móvil son los grandes protagonistas de estos días".

Este doctor en Química está implicado en dos proyectos claves. "Uno tiene como objetivo desarrollar sistemas catalíticos integrados por materiales. Su interés radica en que se evita la emisión a la atmósfera de CO2 a la vez que se obtiene un combustible útil como el metano a partir de este contaminante. Es una aproximación prometedora dentro del conjunto de estrategias para frenar el cambio climático. Por otro lado estamos desarrollando un electrodoméstico que permita transformar en detergente para autoconsumo el aceite de fritura usado generado en domicilios".

En su opinión, la clausura de los laboratorios tiene una "repercusión enorme" en la investigación con fuerte componente experimental. "Los resultados experimentales son irremplazables y sino ellos ninguna investigación puede progresar. El panorama es preocupante. Trabajamos con instrumentación muy sofisticada y cuando volvamos no todo va ser tan sencilla como pulsar un botón. Todos los aparatos van a acumular un periodo importante de desuso y al tiempo de falta de actividad habrá que sumar no menos de dos semanas para trabajar en condiciones adecuadas", advierte Gandía, que también se refiere a retrasos en publicaciones y problemas en disponibilidad de fondos.

CNTA

Investigar en el esencial sector alimentario

Conscientes de su responsabilidad para con el sector alimentario, uno de los esenciales en esta situación de crisis, el Centro Navarro de Tecnologías Alimentarias (CNTA) ha apostado por mantener su actividad. "Nos hemos reorganizando buscando proteger a los empleados y respetar las medidas de seguridad al máximo. Para ello, la presencia de personal en laboratorios e instalaciones se ha reducido y se han reorganizado los horarios, promoviendo el teletrabajo, para seguir ofreciendo los servicios necesarios", explica Inés Echeverría Goñi, directora del área de I+D+i del CNTA.

Este centro, tal y como expone, trabaja en el desarrollo de ingredientes y nuevas formulaciones y procesos alimentarios, en nuevas tecnologías y estrategias de conservación, en microbiología industrial o en calidad y seguridad alimentaria 4.0. "Mi labor es coordinar y gestionar las actividades de I+D de CNTA. Me toca desarrollar actividades ligadas a la organización y orientación estratégica, gestionamos la actividad investigadora, identificamos retos y necesidades del sector y proponemos proyectos orientados los mismos", resume esta licenciada en Ciencias Biológicas e ingeniera en Industrias Alimentarias.

En su caso, tras el confinamiento, el teletrabajo es la base de su actividad si bien se desplaza al CNTA "cuando es necesario para mantener contacto con los equipos de trabajo presencial". El buen funcionamiento de las herramientas de conexión remota "está facilitando que se pueda hacer la mayor parte del trabajo de oficina desde casa" y tal y como asegura Echeverría "el contacto es tan estrecho que el comentario más habitual es que nos vemos y hablamos más que estando en el lugar de trabajo". A pesar de la flexibilidad de los trabajadores, Echeverría reconoce de que la eficiencia se está viendo afectada. "Algunas actividades se retrasan o ralentizan y si la situación se prolonga el riesgo de perder o tener que pedir aumentos de plazos para financiación y de disminuir la actividad en contratos con empresas será inevitable", advierte esta investigadora, que confía en que tras la crisis se habiliten medidas de flexibilidad que permitan mitigar el impacto negativo.

Investigadora. Busca fármacos más eficaces para la leucemia mieloide aguda.

Investigadora. Es la directora dell área de I+D+i del CNTA.

Investigador. Técnico de del equipo de medicina paliativa ATLANTES.

Investigador. En el área de catálisis heterogénea e ingeniería de la reacción química.

Investigadora. Responsable de la Unidad de Cardiología Traslacional.

Doctoranda. Su tesis aborda cómo generar electricidad a partir del calor geotérmico.

Investigadora. Estudia factores de riesgo que precipitan el alzhéimer

Investigadora. Su trabajo estudia la degeneración neuronal en el párkinson.

Investigador. Su labor se centra en la producción de bioinsecticidas seguros.

Investigador. Sus proyectos se centran en tumores, sobre todo en el de pulmón

"Nosotros investigamos con animales en los laboratorios; si esto se alarga van a envejecer, y no se podrán usar"

Investigadora de Universidad de Navarra

"Espero que el estudio de estos meses me sirva para conseguir financiación para nuevos proyectos"

Investigadora del CIMA

"Aprovecho para escribir la tesis y publicar trabajos pendientes; lo mío en vez de 'babyboom' será 'paperboom"

Investigadora de la UPNA

"El encierro afecta a estudios en los que hay profesionales clínicos, ya que están centrados en sus pacientes"

Investigador de Universidad de Navarra

"Si se amplía, el riesgo de perder o tener que pedir más plazos de financiación será inevitable"

Investigadora del CNTA

"Al tiempo de parón habrá que sumarle al menos dos semanas para trabajar con normalidad"

Investigador de la UPNA

CNTA

CIMA

Universidad Navarra

UPNA

"Es una situación delicada; no paramos de trabajar pero las consecuencias se verán en los próximos meses"

Investigadora del CIMA

"La única labor presencial que sigue es dar de comer a insectos, son de vital relevancia para los proyectos"

Investigador de la UPNA

"Hemos readaptado

las tareas para trabajar desde casa pero la labor de laboratorio se ha suspendido"

Investigadora de Navarrabiomed

"Mi esperanza es que esta crisis sanitaria evidencia la importancia de la investigación biomédica"

Investigador del CIMA

Navarrabiomed

UPNA

Universidad Navarra

CIMA

UPNA (46 años)

CIMA-Universidad de Navarra (48 años)