unque las clases se suspendieron hace ya dos semanas y los recursos on line que les ha puesto la universidad les permite seguir estudiando desde casa, varios universitarios han decidido permanecer en Pamplona en vez de volver a sus casas. Entre los motivos varios, pero ante todo, todos coinciden que lo primero es la salud, y quedarse en sus residencias o pisos de la capital navarra les asegura el evitar el contacto con otras personas durante los desplazamientos.

Este es el caso de María Gracia Reinoso, estudiante de 3º de Periodismo en la Universidad de Navarra. Ella es de Ecuador, y aunque tuvo la oportunidad de volver a su país en cuanto se suspendieron las clases, ya que "el precio de los billetes de avión bajaron mogollón hace dos semanas, y la gente que quería volver pudo volver fácilmente ya que estaba muy barato todo", explicó a este periódico.

Pero, ella decidió quedarse porque "por un lado, quizá debería permanecer aquí hasta que terminen las clases en mayo y por otro, también me pareció un poco fuerte irme porque en mi país la medicina no es tan buena", manifestó. Aunque ella de momento no ha presentado ningún síntoma, consideró que "pasar por Barajas era un riesgo muy grande. Tenía muchas probabilidades de contagiarme allí y llegar con el virus a mi país".

El estudiante boliviano de 2º de Comunicación Audiovisual, Adolfo Moreno tomó la misma decisión y permanece durante estos días en el Colegio Mayor Larraona junto con otros 10 compañeros más. Moreno no volvió a casa por dos motivos. Para él el motivo más importante, es que su "padre es una persona de riesgo. Sufrió un infarto hace unos cuantos años y es diabético", explicó. Por otro lado, "¿qué pasa si yo estando 12 horas en un avión me contagio o me contagio en el aeropuerto?", reflexionó y añadió que si ocurriera eso, "llevo el virus a un país que no tiene condiciones para atender pacientes, que o voy a mi casa o encerrarme con una persona que es la más importante en mi vida y que por culpa de mis ganas de volver y de estar con ellos pueda tener una repercusión negativa en nuestras vidas", confesó.

Su segundo motivo fue que decidieron "no tomar decisiones apresuradas, porque no sabíamos qué iba a pasar y decidimos mejor quedarnos en el colegio mayor, ya que nos dijeron que podíamos quedarnos aquí", explicó. Con motivos similares se ha quedado también en la capital navarra Jaime Santos, estudiante filipino que esta realizando la International Fundation Program de la Universidad de Navarra y mientras tanto reside en el Colegio Mayor Mendaur de esta misma institución. "Me parecía más seguro quedarme aquí ya que al volver a Filipinas podía poner en riesgo a mi familia porque en el trayecto podía llevar el virus", confesó.

Además de estudiantes extranjeros, algunos estudiantes procedentes de otros puntos del estado también se han quedado en Pamplona, ya que "en estas fechas, si no hubiese pasado nada, era lo que tenía previsto hacer", explicaron Lidia Carvajal y Marina Gaspar. Ambas en cuarto de Comunicación Audiovisual y Enfermería respectivamente. "Cuando cerraron la universidad, y se empezaron a dar los primeros casos en Pamplona, en Barbastro (Huesca), que es donde vivo yo, todavía no había ningún caso", manifestó Carvajal. Además, añadió que lo habló con sus padres y decidieron que lo más prudente, "efectivamente, era quedarme en Pamplona".

En el momento que Navarra empezó a registrar los primeros casos y se empezaron a tomar medidas hace dos semanas Gaspar se encontraba realizando prácticas en la Clínica Universidad de Navarra. "Yo no sabía si podía estar infectada o no", relató y pensó que "lo más responsable sería quedarme aquí, porque sino podía ir a mi casa en Bilbao e infectar a mi familia".

Lucía Pérez tenía previsto quedarse con sus compañeras de piso durante la cuarentena, pero finalmente, el día que se declaró el estado de alarma, mis compañeras se fueron. "Me he quedado sola en el piso, lo cual me parecía buena idea, porque tengo toda la casa para mí y me puedo concentrar mejor para estudiar", explicó. Aunque Pérez se encuentre sola en su vivienda, tiene la suerte de contar con su hermana como vecina.

Aunque las clases presenciales se hayan suspendido, la actividad de las aulas continua en modo virtual en las platarformas on line que tienen las universidades. Los estudiantes que se han quedado en Navarra han reorganizado su rutina diaria para dedicar tiempo a los estudios, al entretenimiento incluso a las iniciativas que han surgido durante estos días en muchos balcones de la Comunidad Foral.

A Jaime Santos, el estar menos personas en el colegio mayor, "me permite practicar más el español que lo que podía antes", confesó. En su alojamiento en la actualidad permanecen 30 estudiantes. Además de dedicar tiempo a los estudios, Santos está en contacto con su familia en Filipinas. "cada día llamo a algún amigo o a la familia para hablar y saber cuál es la situación allí. También hemos organizado un club de lectura en el Colegio Mayor", explicó.

Adolfo Moreno por su parte afirmó estar bien y sentirse "un privilegiado" porque aunque se encuentra en confinamiento tiene "todas las facilidades de una vida normal". "La verdad la estoy pasando bien, porque comparto con mis compañeros", confeso. Además de seguir estudiando de manera telemática, el Colegio Mayor les ha instalado una serie de juegos o herramientas en las zonas comunes para que se entretengan. En este aspecto explicó que tienen "una mesa de ping pong para jugar y una mediateca para hacer música o ver películas". Lucía Pérez por su parte, ha establecido una rutina y unos horarios para poder seguir estudiando desde casa, hacer ejercicio y dedicar parte del tiempo al ocio. Ahora que anda más libre, intenta dedicarle tiempo a la cocina. "Procuro hacer platos más elaborados y sanos como tortillas o arroz de verduras, y cuando termino de cocinar paso a comer con mi hermana", manifestó.

Lidia Carvajal, Marina Gaspar y María Gracia Reinoso son compañeras de piso y por ello se han organizado una rutina conjunta. "Por la mañana hacemos actividades varias como zumba u otro tipo de ejercicios. Después nos centramos más en los estudios", explicó Gaspar. "Aprovechamos también para leer o para ver películas o incluso para salir un poco al balcón a tomar un poco el aire y el sol. Por la noche llega el momento de ponerse en contacto con sus familias y amigos que "están aquí en Pamplona o que se han vuelto a su casa", explicaron.

"Pasar por Barajas era un riesgo muy grande. Tenía muchas probabilidades de contagiarme allí"

Estudiante de Periodismo

"Hablé con sus padres y decidimos que lo más prudente era quedarme en Pamplona"

Estudiante de Comunicación Audiovisual

"Tenemos una mesa de ping pong para jugar y una mediateca para ver películas"

Estudiante de Comunicación Audiovisiañ

"Al realizar mis prácticas en la CUN, no sabí si podía estar contagiada o no, y por eso me quedé"

Estudiante de Enfermería