- La mitad de la población infantil ha visto deteriorada su salud emocional durante el confinamiento. Así lo determina el estudio La Salud de la Infancia Confinada elaborado por el Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico (OPIK), de la Universidad del País Vasco (UPV), encabezado por la investigadora pamplonesa Maite Morteruel y en colaboración con Bidegintza y el Centro de Investigación en Salud Laboral de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Para su elaboración, el equipo ha realizado 11.500 encuestas a nivel estatal, de ellas 550 en Navarra, a familias con hijos e hijas de entre 3 y 12 años. Para elaborar la encuesta, también se ha preguntado a personas expertas que trabajan con población infantil.

El encierro que están viviendo los menores durante el estado de alarma empezará a aligerarse mañana domingo, cuando el Gobierno central les permitirá salir durante una hora al día. En el este momento, "nos parecía interesante sacar unos datos preliminares, que hablen del impacto que está teniendo en ellos el confinamiento y que se tengan en cuenta de alguna manera en las medidas que se vayan tomando", explicó Morteruel. Aún así, el tiempo que han permanecido en casa desde el pasado 14 de marzo ha tenido ya efecto en los menores y en este aspecto explicó que en el 50% de los progenitores encuestados han reportado que esta condición ha generado "un deterioro en la salud emocional infantil". Además, el 60% coincidió en que el encierro ha repercutido en la calidad de vida de los menores.

La imposibilidad de salir al exterior y pasar tanto tiempo en el interior de la vivienda ha modificado el nivel de actividades que realizan los menores y, según los resultados de la encuesta, los menores dedican menos tiempo al ejercicio físico. En este aspecto manifestó que el 25% de los progenitores "ha observado un deterioro de la salud física" y añadió además que "un 20% de los niños y niñas no están practicando nada de ejercicio físico, y un 25% están delante de las pantallas más de 6 horas al día".

Sobre el uso de pantallas, puntualizó que se contabiliza tanto el tiempo para seguir el curso escolar, como el de ocio. Más adelante, "una vez que quitemos la exposición para seguir el curso escolar, tendremos que ver cuanto de ésta se invierte durante el tiempo libre" aclaró. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que en niños y niñas menores de 5 años esta exposición no sobrepase las dos horas. En este aspecto añadió, a pesar de que los datos contabilicen el uso global, "esta exposición está siendo mucho mayor y por tanto, seguramente esté teniendo y vaya a tener impactos negativos en la salud".

El nivel socioeconómico y la vivienda son otros de los factores que determinan la calidad de vida de los menores durante el confinamiento. Es un condicionante "muy importante de la salud", subrayó y "tiene unas características a las que ahora los niños y niñas están más expuestos por estar confinados en ella", aclaró. En este aspecto puntualizó, a los posibles elementos negativos de las viviendas a los que niños y niñas están expuestos, el confinamiento también puede estar incrementando la exposición a sustancias nocivas, como el humo de tabaco, un factor que ha sido reportado por el 30% de los progenitores.

La falta de espacio exterior, es uno de estos aspectos que se incluye en esta clasificación. Una cuarta parte de los encuestados indican que carecen de un balcón o una terraza, o un espacio donde puedan jugar sus hijos o tomar el aire. Por otro lado, el 12,2% tiene humedades en su hogar y el 9,2 carece de luz natural. La falta de ventilación o los problemas de ruidos son otros de estos factores. En este sentido, Morteruel destacó que han observado, que a "menor nivel socioeconómico, mayor dificultad para llegar a fin de mes, y/o menor nivel educativo de los padres y madres, estas condiciones empeoran".

El nivel socioeconómico también juega un papel relevante. En este punto recuerda que la encuesta analiza hábitos de salud como el consumo insuficiente de verduras o de frutas, la exposición a pantallas o la falta de ejercicio físico. Y en estas premisas tambien se ha observado como el nivel socioeconómico tiene un papel "muy determinante, haciendo que estos aspectos variasen hasta en 20 puntos porcentuales entre aquellas familias de mayor y menor nivel socioeconómico".

El estudio también incide en los posibles efectos de este confinamiento a medio y largo plazo. Sobre esta cuestión se preguntó a distintos expertos y explica Morteruel que cerca de un 24% piensa que va a tener un impacto negativo a corto, a medio y a largo plazo, un 36% a corto y a medio plazo". Además, el 76,2% de las personas expertas encuestadas han coincidido en que este impacto será distinto entre hogares según el nivel socioeconómico. Por otro lado, casi el 50% de los progenitores que la salud física, emocional y la calidad de vida de menores se verá afectada por el confinamiento. Por su parte, alrededor del 15% piensa que su impacto sobre la salud emocional durará meses o incluso años.

El estudio. Su objetivo es determinar el impacto del confinamiento en la salud de niños y niñas de 3 a 12 años. Se ha realizado a nivel estatal mediante a encuestas a familias con hijos de estas edades.

Vivienda. Las condiciones de las viviendas donde están desarrollando el confinamiento son peores en los niños y las niñas de

hogares con mayor dificultad económica para llegar a fin de mes.

Progenitores. El nivel educativo de los progenitores determina claramente los hábitos de salud durante el confinamiento.

Falta de ejercicio. El 20% de los menores no está realizando apenas ejercercicio durante el encierro.

Pantallas. Un cuarto de la población infantil permanece 6 o más horas delante de pantallas, frente a las dos horas máximas que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para menores de cinco años.

Ausencia de espacios exteriores. El 25% de los encuestados alega que no cuenta con un espacio exterior como un balcón o una terraza.

Expertos. El 90% de los y las profesionales considera que el confinamiento tiene efectos negativos en la salud de niños y niñas, y el 76% afirma que el impacto en la salud será muy diferente según el nivel socioeconómico de las familias.

A largo plazo. Alrededor del 15% de los progenitores piensa que el impacto del confinamiento por la pandemia sobre la salud emocional de los menores durará meses o incluso años.

"Esta mayor exposición

a las pantallas va a tener impactos negativos en la salud"

Investigadora de la UPV