La entrada de la fase 1 de desescalada de Navarra este próximo lunes permite retomar la actividad a algunos servicios que, como los hoteles, estaban restringidos hasta ahora, si bien en esta nueva etapa tampoco podrán funcionar más que a su mínimo rendimiento al prohibir a los clientes el uso de zonas comunes.

Es el caso del hotel El Toro, en Berrioplano, que ya abrió sus puertas el pasado día 4 como una de las excepciones reguladas en el estado de alarma, que permite a un bajo número de hoteles funcionar como servicios mínimos, para personas que deben viajar por motivos inaplazables y necesitan alojamiento.

Con solo cuatro trabajadores en el establecimiento y el resto en ERTE, el hotel ha tenido ocupadas un máximo de 7 de las 62 habitaciones con las que cuenta, en las que habitualmente se alojan tanto clientes de empresas, que se esperan mantener en esta nueva fase con la reactivación económica paulatina, como vacacionales, que seguirán sin poder recibir por la prohibición de viajar.

Para su reapertura el pasado día 4 de mayo el hotel tomó estrictas medidas sanitarias, que ahora ofrece a sus clientes como garantía de estancia segura, y que pasan por el control de temperatura y uso obligatorio de guantes y gel desinfectante a la llegada; la instalación de mamparas de separación entre trabajadores y clientes; y la limpieza reforzada con desinfección con lámparas ultravioleta en todas las habitaciones.

Además, certifica el lavado de la ropa de cama y baño con productos especiales desinfectantes a altas temperaturas, y el uso de equipos de protección individual (EPI) del personal, mientras que para siguientes fases, como la segunda que a partir del 25 de mayo permitirá el uso de zonas comunes como el restaurante a un tercio del aforo, anuncia las mesas con distancia o la eliminación del buffet como fórmula de desayuno.

En declaraciones a Efe la directora del hotel y presidenta de la Asociación de Hoteles de Pamplona, Sara Martínez, reconoce que en general la situación económica de los hoteles es "muy complicada" y tiene difícil recuperación, de forma que la mayoría de los hoteles en Navarra no abrirán hasta que no se permita la movilidad entre provincias, en principio a finales de junio, y entonces verán "qué se puede ir recuperando".

En el caso de El Toro, el hotel se ofreció para alojar servicios esenciales al departamento de Salud, quien finalmente no lo utilizó para pacientes ni sanitarios, pero sí que el Gobierno foral permitió su apertura para trabajadores que llegaban de fuera como transportistas o representantes de empresas que acudían a Navarra en relación con esta crisis.

En este tiempo el hotel ha funcionado solo en su parte de alojamiento, sin posibilidad de ofrecer restauración ni uso de zonas comunes, como también ocurrirá a partir de este lunes que se abre a cualquier persona que lo quiera utilizar, ya no solo de servicios esenciales, lo que espera que atraiga de nuevo a clientes de empresas que comiencen a reactivar su actividad.

El cliente vacacional, con el que también llenan habitualmente el hotel, seguirá sin acudir por la prohibición de viajar, por lo que "la ocupación va a ser muy militada, a corto plazo se prevén muy bajas. Será un goteo que va a costar aumentar".

En cuanto a la incorporación del personal en ERTE, esperan que finalmente se permita que sea de forma escalonada, en función de la ocupación del hotel, ya que sería "insostenible" pagar sus sueldos sin ingresos.

Otra parte importante de la facturación de El Toro son los banquetes de bodas y comuniones, estas últimas anuladas todas porque habitualmente son celebraciones que se realizan en mayo, aunque Martínez señala que algunas se están pasando a fechas a partir de octubre.

En cuanto a las bodas, lamenta la "incertidumbre" legal acerca de estas reuniones, ya que se han publicado normas sobre las restricciones para restaurantes o discotecas, pero no para banquetes de este tipo, que se han pospuesto "todos los que había hasta el mes de junio", pero no se ha cancelado ninguno, valora Martínez.