- Wen Xiao. responsable del local Miniso, cerró voluntariamente dos días antes de que se decretara el estado de alarma, aunque tenía intención de hacerlo incluso antes. Si aguantó unos días más con la tienda abierta, confesó, es por lo que pudieran pensar los clientes por el hecho de ser chinos. Actualmente, indicó, “la gente ya está acostumbrada a la situación”, por lo que, en general, no siente que haya comentarios negativos. “Hay de todo, pero los vecinos son muy majos y tengo la esperanza y la confianza de que la mayoría sea así”, apuntó.

Para Xiao, que aquí no estuviéramos tan concienciados como en China es porque, “desde el principio, el Gobierno no lo hace bien. La gente no percibe una señal correcta, y decir que es una cosa seria es clave; es la mejor forma para evitar el virus. En mi ciudad, cuando hay dos o tres casos la cierran y no hay gente en la calle. Aquí, los chinos fuimos los primeros en cerrar las tiendas por precaución, y también empezamos a preparar mascarillas y a mantener la distancia”, explicó.

Meses después, ha abierto su bazar en cuanto ha podido “porque hay que pagar el alquiler”, y, a diferencia de antes, siente que la ciudadanía actúa “cada vez mejor, porque nos obligan, aunque es un poco tarde”.