- La familia de los tres varones que fueron asesinados en Cáseda en septiembre de 2018 reclama que Juan Carlos Jiménez Jiménez y sus dos hijos, Juan Carlos y Emilio, sean condenados a prisión permanente revisable al sostener que los tres son autores de tres delitos de asesinato por la muerte de Fermín Jiménez Echeverría, de 50 años, y de sus hijos José Antonio y Cristian, de 20 y 17 años. La petición de la acusación particular es superior a la realizada por el Ministerio Fiscal, que pide 60 años de cárcel para cada uno de los inculpados.

El escrito de calificación provisional de la acusación particular, representada por el abogado Ignacio Rodríguez Ruiz de Alda, recuerda que sendos familiares de los acusados y de las víctimas habían decidido retomar su relación matrimonial, y que el día de autos ella se trasladó desde Muniáin de la Solana hasta Cáseda. Una vez que la pareja ya estaba reunida, la joven recibió “una serie de mensajes de WhatsApp de su hermano Emilio requiriéndole donde se encuentra, y en dicha conversación, ella le comunica que ha dejado el hogar familiar para reunirse con su esposo”.

A la vista de lo anterior, los tres acusados acordaron acudir a Cáseda en un turismo conducido por el padre, en cuya parte trasera iba su hijo Emilio, que llevaba “en los pies envuelta en una manta una escopeta cargada y preparada para disparar, lo cual conocen todos ellos, acordando así mismo todos ellos hacer uso de la misma con las consecuencias que se pudieran derivar en caso de que así lo consideren”. Además, en “el compartimento derecho delantero del coche llevan dos navajas, en el asiento de atrás un chaleco de caza con diferente munición y varios cartuchos esparcidos por el vehículo”, mientras que en el maletero del vehículo se encuentran “una escopeta en posición de disparo, sin carga de munición, una navaja de 9 cm, una daga de 19,5 cm y dos cuchillos de 20 cm, cuatro varas de caña, un bastón de 35 cm de madera y un chaleco de caza con cartuchos”.

En un momento dado, Juan Carlos Jiménez llamó al padre de la pareja de su hija para “comunicarle que va a Cáseda a dar de hostias tanto a su hija como al hijo de Fermín”, prosigue el escrito, que indica las tres víctimas del crimen acudieron desde Eslava hasta Cáseda para esperar a los tres acusados, junto a la pareja. A la llegada de los acusados, relata la acusación particular, se produjeron varios enfrentamientos, hasta que Juan Carlos Jiménez recogió la escopeta cargada del turismo de manos de su hijo Emilio y, tras gritar su hijo Juan Carlos “dispara, dispara”, tiroteó a Fermín Jíménez, en primer lugar, y después a sus dos hijos, causándoles la muerte.