asi olvidada estaba la imagen de unidad que propició el acto en homenaje a las víctimas.

No es fácil ver compartir espacio a expresidentes de Gobierno. Tampoco que haya una cita a la que acudan los máximos representantes autonómicos sin excepción o escuchar de boca del president de la Generalitat, Quim Torra, su agradecimiento al Ejecutivo.

Todo ello ha sido posible en torno a esta ceremonia en la que esa unidad estuvo simbolizada en las mascarillas negras que, en señal de luto, llevaron la práctica totalidad de asistentes.

Entre ellos, el Gobierno en pleno, los responsables de otras instituciones del Estado y europeas, dirigentes de los partidos, familiares de las víctimas y representantes de la sociedad civil.

También los reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Felipe VI sólo se la quitó en su intervención de clausura del homenaje, y cuando regresó a su asiento fue la heredera de la Corona quien le recordó que no había vuelto a colocarse esa protección y el rey la recuperó del bolsillo de su chaqueta.

Pablo Iglesias, vicepresidente segundo, también lució una mascarilla negra tras haber llegado al Palacio Real con otra reivindicativa de la sanidad pública y que sí llevó sobre su rostro todo el tiempo el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique.

No faltó algún toque de color como el de la enseña nacional bordada en la mascarilla del expresidente José María Aznar o los colores de la bandera de Cantabria en la que portó el presidente de esta comunidad, Miguel Ángel Revilla.

El acto propició en sus prolegómenos conversaciones entre los asistentes, pero no se sumaron a esa imagen Aznar y quien fuera su sucesor en Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero, ya que se les vio permanecer un rato uno al lado del otro pero con sus miradas en direcciones opuestas.

Sí charló después con Zapatero Mariano Rajoy, y compartió diálogo Torra y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el lehendakari, Íñigo Urkullu, con el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno.

Muchos meses (catorce) habían transcurrido sin que hubiera también una imagen del rey junto al presidente de la Generalitat, al que Felipe VI saludó junto al resto de líderes autonómicos a su llegada al Palacio Real.

Torra agradeció después a Pedro Sánchez la organización de este homenaje a las víctimas y a los colectivos que han luchado en primera línea contra la pandemia.

Desterrados ya los apretones de mano, el choque de codos ha llegado para quedarse mucho tiempo y ese fue el saludo de Sánchez a sus predecesores en el cargo y al líder del PP, Pablo Casado.