El arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, ha afirmado este sábado en una misa homenaje a las víctimas del Covid-19 que "una de las afirmaciones más fuertes que la pandemia ha podido pronunciar ha sido que el ser humano es vulnerable e impotente", pero ha señalado al mismo tiempo que "esto no quiere decir que se sienta apelmazado o desesperanzado, todo lo contrario, se afianza mucho más en las verdades auténticas que Dios nos regala".

Así, ha afirmado que "los apóstoles y entre ellos Santiago supieron dar un giro en su vida pasando de la comodidad a la entrega y de la increencia a la confianza". "Se plantaron y oyeron al Maestro: 'El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor'", ha destacado.

El arzobispo de Pamplona ha presidido este sábado en la catedral de Pamplona la misa homenaje a las víctimas del Covid-19, que coincide también con la celebración de la fiesta de Santiago Apóstol.

Durante la homilía, Francisco Pérez ha afirmado que "la gran mayoría de los que han fallecido han pasado por la soledad y los familiares sólo han podido recordar la entrega generosa de su seres queridos". "Recordaban las veces que su padre o su madre estuvieron al lado de sus hijos en los momentos difíciles; otros recuerdan las veces que se sintieron consolados por aquellos que ahora no podían despedir y besar; muchos sabían que los fallecidos habían sentido el consuelo de un médico o enfermero cogidos de la mano antes de morir; la gran esperanza para otros era saber que el sacerdote había dado los últimos sacramentos a su ser querido. Por eso las palabras del Señor nos hacen recordar que el mayor amor se hace servicio y plegaria", ha señalado.

El arzobispo ha destacado que "muchos ha habido que con su entrega generosa han sido y siguen siendo manifestación del amor de servicio". "Esto no sólo lo aplaudimos sino que nos hace pensar en el auténtico sentido que nace del corazón humano y de ahí que esto manifiesta la humanización de la que habla el evangelio", ha explicado, para añadir que "muchas veces nos encontramos abrumados ante las dificultades y contrariedades, por eso el servicio mayor es el amor de entrega".

Durante la misa, se ha colocado ante el altar un álbum con todos los nombres de los difuntos diocesanos a causa de la pandemia del coronavirus. "Día a día en la eucaristía celebrada por la tarde -durante casi tres meses- en la parroquia de San Lorenzo a los pies de la capilla de San Fermín, se han ido recordando sus nombres y apellidos. Quedarán para la posteridad estos nombres de nuestros hermanos que arrebatados por la muerte han encontrado el consuelo por los sufragios ofrecidos en la eucaristía", ha apuntado.