- Cuando una persona acude a solicitar tratamiento a la Fundación Proyecto Hombre por un problema de consumos, generalmente hay una sustancia principal que promueve esta petición de ayuda. No obstante, según han podido observar desde la Fundación, una vez esta persona pasa por una valoración inicial de su situación, los profesionales en muchas ocasiones advierten que se está dando el consumo simultáneo de varias sustancias, aunque no sea la principal motivación para ser tratado o no llegue el punto de haberse convertido en una adicción propiamente. Por ejemplo, el alcoholismo es la dependencia que más atenciones suscita, pero está presente en el 60% de los usuarios. De la misma manera ocurre en el caso del cannabis y la cocaína, que motivan el 14% y el 25% de las demandas de atención, respectivamente, aunque el 40% de los usuarios los consuma.

Así, este patrón no se limita a los casos en los que concurren diferentes sustancias, y es que el 32% de las personas que demandaron tratamiento en 2019 por consumos de drogas presentaron, al mismo tiempo, un problema con el juego -aunque solo motivó el 4% de las consultas-, ya sea porque presentan criterios clínicos de problemas con el juego o reúnen criterios más avanzados de juego patológico o ludopatía.

Desde la creación de Proyecto Hombre Navarra en 1990 la Fundación ha trabajado la adicción al juego, pero no fue hasta 2018 cuando se implantó un programa exclusivo para tratar este problema. Hasta hace unos años la Fundación tan solo recibía perfiles que tenían problemas con las maquinas tragaperras y, en menor medida, con el bingo. Sin embargo, en los últimos años crece la demanda de atenciones por problemas con las apuestas deportivas, el póquer y la ruleta, tanto on line como presencial.

Siendo así, Proyecto Hombre atendió el pasado año a 29 personas por su adicción al juego, una cifra que "parece que se mantiene desde hace unos años hasta ahora", apuntó Kristina Illescas, directora técnica de programas de Proyecto Hombre en Navarra, quien explicó que ven dos perfiles diferentes entre las personas que demandan tratamiento: las que presentan una adicción al juego, un porcentaje casi anecdótico dentro de la población de la Fundación, ya que "se entiende que hay centros más específicos que el nuestro que tratan este problema"; y, por otra parte, los usuarios que "en primer lugar vienen a nosotros la adicción a alguna sustancia, pero que tras su evaluación vemos que concurren con problemas con el juego", que representan un porcentaje elevado del total de usuarios de Proyecto Hombre.

Ante este alto porcentaje, la Fundación decidió en 2018 abrir la puerta a gente con exclusivamente problemas de juego y hacer un recorrido específico para ellos. Illescas explicó que este proceso comparte bases para la deshabituación comunes a la adicción a las drogas. Cuando empieza el recorrido exclusivo del itinerario de juego, "están muy controlados y no tienen acceso al juego (no pueden acceder a lugares de juego, no disponen de dinero, etc.) hasta que disminuyen los niveles de ansiedad. Al final del recorrido los usuarios tienen que exponerse a situaciones, casi retos, como pasar por delante de un salón de juego o entrar en un bar donde haya máquinas de apuestas. Primero lo hacen acompañados y, en función de su evolución, lo terminan haciendo en solitario. El objetivo, apuntó Illescas, es que tengan la autonomía de poder rechazar el impulso de jugar.