Rodrigo Domínguez, de 49 años, no ha reconocido nunca que en la medianoche del 15 de octubre de 2015 hubiera arrojado líquido inflamable sobre el cuerpo de su pareja, Yolanda Jaén Segura, y le diera de arder en el piso en el que convivían en la calle Mayor de Pamplona. calle Mayor de Pamplona

Ayer, salvo por la firma que puso por escrito en la condena a 22,5 años de cárcel con la que se conformó por el asesinato de Yolanda y el incendio, tampoco vino a reconocer mucho más. Por no gastar palabras, ni siquiera se expresó en términos de perdón, ni arrepentimiento. La magistrada Begoña Argal, que presidía el tribunal del jurado que le iba a juzgar en caso de no haber alcanzado un acuerdo, le ofreció hasta por dos veces la posibilidad de usar su derecho a la última palabra, de decir aquello que se le hubiera quedado pendiente. “Nada más”, dijo el acusado. ¿No quiere añadir nada? le repreguntó la jueza, una vez que el procesado ya había dado su beneplácito a la sentencia condenatoria. “Nada más”, repitió él, cruzando las manos de un lado a otro en señal de que quería que todo se zanjara ya de inmediato.

El procesado había dado el paso el viernes pasado de aceptar el acuerdo que se le propuso. Estaba en juego para él una pena de hasta 38 años de prisión por los dos delitos por los que fue finalmente condenado y decidió aceptar el pacto, que le contempla además diez años de libertad vigilada, 62.500 euros de indemnización a la madre de la víctima y otras serie de cuantías económicas, como 30.296 euros por las atenciones médicas que dispensó el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea a los heridos por el fuego y otros 2.172 euros por el trabajo que tuvieron que desarrollar los bomberos. En el acuerdo, al acusado se le contemplan las agravantes de parentesco y de género y la atenuante de haber actuado bajo la influencia del alcohol y de sustancias tóxicas que le influían de modo leve en su conducta. Su historial de consumo de drogas es largo en el tiempo. Con la conformidad firmada, el acusado evitó que se celebrara un juicio con jurado popular, el primero en plena pandemia en Navarra y que se iba a prolongar durante toda la semana en el Palacio de Justicia.

Le prendió fuego tras discutir

La mujer falleció una semana después

Roberto Domínguez Domingo reconoció al aceptar el acuerdo que a las 00.55 horas del 16 de octubre del 2018, tras mantener una fuerte discusión con su pareja, roció a esta con un líquido inflamable y le prendió fuego con la intención de acabar con su vida. Era consciente que esto le provocaría “dolores intensos e insoportables” y actuó con rapidez para que la mujer no pudiera defenderse, según el Ministerio Público. Como consecuencia de ello, la mujer sufrió quemaduras en el 30 % de su cuerpo, siendo estas de segundo y tercer grado en la cara, abdomen, tórax y brazos y falleció el 23 de octubre a consecuencia de las heridas.

Al prender fuego a su pareja, Domínguez incendió la vivienda y las llamas se propagaron con rapidez a causa de los materiales de la estructura del edificio, que él conocía, lo que generó una nube de humo que ascendió hacia los edificios superiores. Tres de los vecinos de este inmueble tuvieron que ser atendidos en Urgencias por inhalación de humo y uno de los agentes de la Policía Municipal de Pamplona que intervinieron en el suceso tuvo que ser trasladado al hospital, donde se le diagnosticó una intoxicación aguda por monóxido de carbono.

Según indica el escrito de la acusación, en el momento de los hechos Domínguez había consumido alcohol y sustancias estupefacientes en tal cantidad que afectaban de forma leve sus capacidades de entendimiento y de voluntad. Ninguno de los vecinos ni la comunidad de propietarios del edificio reclamaron por los daños en sus viviendas tras haber sido indemnizados por sus correspondientes compañías de seguros.