Navarra Suma y EH Bildu cuestionaron ayer la auditoría externa encargada por el Gobierno de Navarra sobre la gestión de las residencias en la primera ola de la pandemia de covid-19. Navarra Suma consideró que el informe es un “fraude” cuyas conclusiones coinciden con “la línea de defensa” que ha ofrecido el Gobierno sobre su gestión y EH Bildu señaló que “no se ha tenido en cuenta la opinión de las personas usuarias, de las familias ni del personal”.

La consejera de Derechos Sociales, Mari Carmen Maeztu, que compareció ayer en el Parlamento para explicar dicha auditoría, criticó que Navarra Suma “vuelve a repetir su pauta dialéctica habitual, que es acusar y acusar en todas las direcciones”, dijo. Afirmó que “hoy sabemos mejor qué ha pasado en las residencias y qué debemos mejorar para evitar al máximo que vuelva a ocurrir” y añadió que “buena parte de las recomendaciones que se subrayan en el informe están en marcha o están en proceso de implantarlas”.

Así, Maeztu apuntó que “el plan general y los planes de contingencia de cada residencia incluyen los aspectos preventivos que reseña la auditoria”. Según esta, la prevalencia en la zona, el tamaño del centro y las visitas previas al estado de alarma son los principales factores explicativos de la incidencia de la covid-19 en los centros residenciales sociosanitarios de Navarra. Las residencias situadas en zonas básicas de salud con una prevalencia superior al 3 por mil tienen seis veces más de probabilidad de tener incidencia de covid; y los centros de más de 100 residentes tienen cinco veces más probabilidades de ser más altamente afectadas que las de menos de 100 plazas. Asimismo, la probabilidad de que un centro tenga una alta incidencia es tres veces superior si acuden 50 personas o más”.