- "Me fui a una ventana a ver amanecer y él estaba durmiendo. Y de repente lo noté en mi espalda, noté que me masajeaba, bajó a mi cintura y no me tocó los pechos porque me puse los brazos en aspa. Me intentó manosear", declaró ayer, entre sollozos, una joven auxiliar de enfermería que denunció por una agresión sexual a un vigilante de seguridad con el que una noche del pasado mes de abril compartió turno de trabajo en un recurso que dispuso Salud para pacientes de covid en un convento de Burlada.

La fiscal pide 2,5 años de prisión por agresión sexual y 2.000 euros por daño moral y la acusación particular eleva la petición hasta tres años de prisión, cinco años de alejamiento y 5.000 euros por daño moral. La defensa reclama la absolución para su cliente. La psicóloga consideró que, según su criterio clínico, la denuncia de hechos que realizó la mujer "es real", que es fruto de un testimonio que coincide con una sintomatología "espontánea y automática y lo que cuenta va en concordancia con la somatización que presenta, porque tiembla, gesticula, se acelera a nivel verbal, es una somatización que se mantiene en el tiempo y es real".

La víctima manifestó que nunca había coincidido con el acusado en el trabajo y que el 22 de abril de 2020 estuvieron juntos en el turno de noche. Al empezar la jornada, le invitó a ver a una película en el ordenador, pero el procesado empezó a realizarle algún comentario obsceno. "Me preguntó si tenía la vagina depilada, si llevaba tanga... Yo le dije que pensase en su mujer y se dejase de esas cosas. Y decidí ir a dar un paseo para que se le pasara el tonteo. Como él no conocía el sitio, le dije que le podía enseñar una virgen que había en el jardín. Me acompañó y cuando me subí al escalón de la estatua, me agarró de la cintura y hacía como que me lanzaba a las flores. Le dije que no me gustaba lo que había hecho y me fui". Ese episodio ocurrió sobre las 2.30 horas y la chica ya advirtió a su novio por WhatsApp del comportamiento del vigilante. "Luego él se durmió y, a las 7.15 horas, cuando iba a llegar el relevo, fui a una sala para mirar por la ventana y poner las manos en el radiador porque sentía frío. Fue cuando vino a intentar manosearme y bajaba las manos a la cintura y hacía movimientos. Se marchó porque llegaban mis compañeras. Pero me quedé en shock. Lo comenté con mi jefa y me recomendó denunciar. Y al salir, me fui a la Policía Foral. Al principio, no le conté todo a mi novio porque sabía que si se lo decía iba a venir a por él y se iba a meter en problemas". El novio confirmó esta versión. Dijo que su pareja no era la misma desde aquello. El acusado negó los hechos, declaró que no la tocó y manifestó que fue ella quien le había pedido que le hiciera masajes.

"No se por qué me ha denunciado. Me dijo que le encantaría un masaje y le toqué el hombro"

Vigilante de seguridad

"Intentó tocarme los pechos y no le dejé porque me puse los brazos en aspa"

Auxiliar de Enfermería