- Durante el primer confinamiento por la pandemia de covid-19, concretamente entre el 16 de marzo y el 5 de mayo, el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) recibió "un 25% menos de sospecha de ictus respecto a las cifras del año anterior". Por ello, para evitar que en esta segunda ola ocurra de nuevo, desde Adacen (Asociación de Daño Cerebral de Navarra) recordaron ayer a la población "la importancia de llamar inmediatamente al 112 en el caso de sospechar" que están sufriendo uno, porque "las consecuencias de no tratarlo son devastadoras", apuntó la neuróloga Nuria Aymerich Soler, de la Unidad de Ictus del Complejo, donde anualmente ingresan aproximadamente 1.000 pacientes por este tipo de accidentes cerebrovasculares agudos.

Este descenso durante los meses iniciales de la epidemia se observó en todo el Estado. De hecho, según una encuesta llevada a cabo por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, en el que participaron el 75% de las unidades de ictus, este códigose activó un 28% menos en marzo de 2020 que en el mismo mes del año anterior. La neuróloga Nuria Aymerich Soler indicó, al respecto, que "nuestra impresión es que ante los ictus que debutaban con mayor afectación o gravedad se siguió avisando al 112 y pudieron acceder al tratamiento adecuado", pero aquellos "con síntomas más leves o transitorios (a veces potencialmente muy graves€) no accedían a los servicios de urgencias, probablemente por miedo al contagio". Adacen consideró esto "muy preocupante" porque en estos casos "es esencial la atención sanitaria urgente para la recuperación". En este sentido, explicó Aymerich, "se pierde la oportunidad de que, si se cumplen unos determinados requisitos que se valoran a la llegada del paciente a Urgencias, se puedan administrar los tratamientos adecuados demostrados como eficaces para disminuir las secuelas del ictus. Uno de los principales requisitos es llegar cuanto antes desde el inicio de los síntomas, porque el tratamiento es más eficaz cuanto antes se administre".

Asimismo, afirmó que "si el paciente acude a urgencias, pero no es candidato a estos tratamientos (no cumple los requisitos para que sean eficaces y seguros), también se beneficia de su ingreso en la Unidad de Ictus", donde los cuidados que allí dispensan "se han demostrado muy eficaces para la evolución positiva de los pacientes. Además, estas personas se benefician del inicio temprano del tratamiento rehabilitador durante su estancia hospitalaria y, posteriormente, en la Clínica Ubarmin o en el Hospital San Juan de Dios". En esta línea, prosiguió la especialista, si un individuo sufre un ictus leve, "si hacemos un estudio rápido de cuáles pueden ser las causas, permite poner remedio antes de que evolucione a un ictus grave". También aseguró que "nosotros podemos atenderles y tratarles a pesar de la pandemia y, por supuesto, hemos puesto todo tipo de medidas para evitar el contagio" del coronavirus.

Para reaccionar con celeridad es importante reconocer los síntomas, que son: dolor de cabeza intenso, de inicio brusco y distinto del habitual; pérdida de fuerza, sensibilidad o disminución de la coordinación en la mitad del cuerpo; pérdida total o parcial de la visión o visión borrosa; pérdida de sensibilidad en la mitad de la cara; y dificultad para hablar o para entender cuando te hablan. Ante cualquiera de estas señales, que suelen aparecer con brusquedad, recomiendan consultar al 112.

Ante la situación actual y con el objetivo de que la ciudadanía aprenda a detectar esta patología, Adacen va a extender su campaña ¿Sabrías distinguir un ictus? iniciada hace dos años en las empresas con la colaboración de Mutua Navarra, al resto de la población por diferentes canales.

No obstante, como señaló Adacen, los efectos de la pandemia también se han visto reflejados en la rehabilitación de las personas con daño cerebral adquirido, "más evidentes en los más afectados tanto física como cognitivamente".

En este sentido, el doctor Santiago Martínez Gorostiaga, responsable del área de neurorrehabilitación de la Clínica Ubarmin, explicó que "inicialmente se resintió sobre todo la atención presencial de pacientes ambulatorios, tanto en consultas como en las áreas de terapia, aunque se mantuvieron algunas consultas presenciales y se aumentó la asistencia no presencial para asesorar, informar e indicar pautas, tareas y ejercicios que se podían hacer en domicilio, con el objetivo de empoderar a los pacientes y familiares en el proceso de rehabilitación para lograr la máxima recuperación posible con los medios y posibilidades disponibles. En los últimos meses, se ha incrementado la atención presencial tanto en consultas como en las áreas de terapia y en el futuro es previsible una convivencia entre la atención presencial clásica y el desarrollo de la telerrehabilitación, aunque esto requerirá mejoras tecnológicas y cambios culturales".

Por otro lado, apuntó Adacen, las personas con daño cerebral adquirido, como es el caso de sus usuarios, "debido al cierre de los centros han sufrido la interrupción de los tratamientos rehabilitadores presenciales" y, aunque la asociación ofreció rehabilitación a distancia, observó "en algunos casos un empeoramiento de las facultades, ligado también a un peor estado emocional y anímico".

Estudio. Con motivo del Día Mundial del Ictus, la coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, María Alonso de Leciñana, informó ayer de que actualmente no se puede asegurar que la covid-19 aumente específicamente el riesgo de padecer un ictus, ni que el ictus sea una de las principales complicaciones de la infección. "En todo caso, los datos sí apuntan a que los pacientes con covid-19 que sufren un ictus, lo padecerán de forma más grave y tendrán peor evolución", dijo. No obstante, sí alertó de que el riesgo de muerte o dependencia en pacientes con ictus y covid es hasta 4 veces mayor.

¿Qué es el ictus? El ictus es la principal causa de daño cerebral adquirido. Se produce por la interrupción, más o menos repentina, del flujo sanguíneo en una zona del cerebro. Se pierden las capacidades asociadas a la zona afectada, con unas consecuencias mortales en un 30% de los casos y de discapacidades graves en el 44% de las personas que sobreviven.

Hay dos clases de ictus. Los isquémicos, producidos por una obstrucción de vasos sanguíneos que impide el riego sanguíneo en una parte del cerebro; y los hemorrágicos, causados por la rotura de ramas arteriales y la consiguiente hemorragia cerebral.

¿Cómo se puede prevenir? La especialista señala que se puede prevenir "controlando muy bien los factores de riesgo vascular: tensión, colesterol, azúcar, detección temprana de arritmias, realización de ejercicio físico, comida sana..." Por ello, instó a ser responsables con nuestra propia salud, en el sentido de "no abandonarnos".

Hoy, webimar sobre ictus y covid-19. El Complejo Hospitalario, Navarrabiomed y Adacen organizan hoy a las 16.00 horas una webinar sobre cómo ha afectado la covid-19 en el "proceso ictus" en Navarra con motivo del Día Mundial del Ictus. Las inscripciones, en la web de Navarrabiomed.

"Los ictus con síntomas más leves no iban a las urgencias probablemente por miedo al contagio "

Neuróloga Unidad de Ictus del CHN

"Es previsible una convivencia entre la atención presencial y el desarrollo de la telerreha-bilitación"

Neurorrehabilitación Ubarmin