lgunos vecinos de Pamplona se niegan a terminar este fatídico año sin su disfraz. "Me voy a disfrazar de payasa, que hoy en día es bastante necesario poder reír un poco", cuenta Rekha Saralegui González, una joven pamplonesa que se une a la resistencia de aquellos que han decidido no romper con esta tradición de casi 40 años. "Habitualmente suelo ir a Ansoáin a pasar la Nochevieja con el resto de la familia y luego íbamos a lo Viejo, pero este año me quedo en casa y quería darle un poco de ambientillo a esta Nochevieja", cuenta Rekha. De esta forma quiere intentar "normalizar un poco este fin de año tan atípico".

Para Itziar Pérez, graduada en Magisterio Infantil, el cierre de este 2020 le provoca una sensación de vacío. "Ya no es solo por la fiesta, yo considero una tradición preparar el disfraz para Nochevieja", declara Itziar. "En mi casa solo me voy a disfrazar yo, reutilizaré un disfraz de hace un par de años de Stich (un dibujo animado)", expone. "Cenaremos tranquilamente y luego he preparado unos juegos para disfrutar en familia", cuenta.

Maite Urdániz, profesora de Primaria en San Juan de la Cadena, también va a disfrazarse para despedir el año en casa. "Aunque sea por no perder la costumbre y empezar con algo de alegría el año", declara Maite.

Y si de familias va la cosa, las hermanos Arano Legarreta se llevan la palma. "Como este año no hay nada e iba a ser tan triste, decidí disfrazarme en casa con mi hermana Naiha, que tiene 11 año", cuenta Irantzu Arano. "Después de mirar en varias tiendas, al final nos decidimos por el disfraz de unicornio", señala Irantzu. "Algunas partes del disfraz las hemos comprado en las diferentes fiestas, artículos de cotillón, pero aprovecharemos un poco cosas que tengamos en casa para preparar el disfraz", desarrolla la joven.

La familia Lana ya se lleva preparando desde Nochebuena con disfraces y mucha alegría. Con unos gorros y gafas divertidas para recibir el Año Nuevo.

Allá por 1982, una Nochevieja la emisora local Radio Paraíso organizó la fiesta Nochevientos en el paraíso, que se celebró en el frontón Labrit. Lo que diferenció esta fiesta del resto de celebraciones de fin de año fue que había que disfrazarse. Esta iniciativa tuvo mucho éxito y ha perdurado durante 38 años. Durante años hemos visto como las calles de Iruña se han llenado de disfraces de piratas, princesas, sevillanas, de las series más famosas y los más originales trajes que se podían imaginar. Este año toca en casa, reciclando disfraces de Nocheviejas pasadas, reinventado estas fiestas y cerrar de un portazo el 2020.

"Me voy a disfrazar de payasa, que hoy en día es necesario poder reír un poco"

Estudiante de Inef

"Me siento un poco vacía porque disfrazarse en Nochevieja en Pamplona es una tradición"

Monitora en el Polideportivo Amaya