- La pasada semana un paciente aseguraba a su médico de Atención Primaria que no iba a respetar el confinamiento por covid-19, que iba a salir a trabajar y hacer la compra con toda normalidad. Poco después, el facultativo puso dicha información en conocimiento de la Policía Foral, que se desplazó hasta el domicilio del implicado para advertirle de que iban a vigilar el cumplimiento de la cuarentena. El Cuerpo autonómico, a instancias del Departamento de Salud principalmente, ha controlado durante la pandemia por el coronavirus el aislamiento domiciliario de 375 personas en Navarra y ha denunciado 34 incumplimientos, conductas que pueden llevar aparejadas sanciones de hasta 60.000 euros.

Aunque el grado de cumplimiento de los aislamientos individuales es "alto", aseguran desde Salud y la propia Policía Foral, hay excepciones. "Son personas que verbalizan ante sus médicos, familiares o vecinos que no van a cumplir la cuarentena. También hay negacionistas. Siempre comprobamos si la persona en cuestión tiene que estar confinada por haber dado positivo en covid o por ser contacto estrecho", explica el comisario principal Ángel Fernández, responsable del Área de Seguridad Ciudadana de la Policía Foral.

Ante el riesgo que suponen estas personas, Salud y la Policía Foral han protocolizado la forma de actuar y ahora son los equipos de Rastreo los que comunican los riesgos potenciales al Cuerpo autonómico. La Policía Foral también recibe información a través del personal de los centros de salud, de denuncias ciudadanas y otros agentes sociales, así como de familiares de personas que han dado positivo o son contactos estrechos.

En todas estas situaciones, tras las pertinentes comprobaciones, el Cuerpo autonómico hace distintas visitas a los domicilios con el fin de verificar que la persona que debe estar confinada cumple con la cuarentena. "Hemos detectado 34 incumplimientos, que acarrean una sanción que puede ser leve, de 100 a 3.000 euros, o grave, de 3.000 a 60.000 euros", señala el comisario Carlos Yárnoz, responsable de la División de Prevención de la Policía Foral, que explica que "junto a la denuncia, hacemos un informe con la descripción de la conducta que remitimos a Salud, que es donde se fija la cuantía de la sanción. No es lo mismo que sorprendamos a alguien paseando su perro a las 22.00 horas en una zona sin gente que lo sorprendamos haciendo la compra en un supermercado", ejemplifica.

Además de estas situaciones individuales, la Policía Foral, en colaboración con la Policía Municipal de Pamplona, también ha vigilado recientemente el confinamiento de 302 estudiantes universitarios que residen en el centro Camplus de la capital navarra, después de que se detectase un brote a mediados de enero. "Unos 200 estudiantes han permanecido en la residencia y hemos vigilado su aislamiento, pero hay otros 107 estudiantes que en el momento del confinamiento del centro estaban en sus domicilios y hemos tenido que comprobar uno a uno que también respetaban la cuarentena", indica Yárnoz.

Aunque en este caso el cumplimiento del confinamiento ha sido mayoritario, la Policía Foral detectó nueve vulneraciones, si bien solo dos de ellas dieron lugar a la correspondiente denuncia. "En siete casos comprobamos que las personas no habían estado en la residencia en las fechas en las que se produjo el brote o que contaban con certificados de tener anticuerpos porque ya habían superado la enfermedad. Sin embargo, otros dos estudiantes sí fueron denunciados por no respetar el aislamiento, finalizan desde la Policía Foral.