Navarra amplió en la primera ola de la pandemia provocada por la covid-19 sus puestos de paciente críticos desde los 55 a los 166, triplicando el número de este tipo de camas sumando tanto los centros públicos como los centros privados. La ágil y rápida respuesta desde Salud se debió a que en apenas cinco semanas, las comprendidas entre principios de marzo y mediados de abril, ingresaron hasta 145 personas en esta área, según explicó ayer en la comisión de Salud del Parlamento de Navarra Juan Pedro Tirapu, coordinador ejecutivo de las UCI de los hospitales públicos y privados de Navarra.

En concreto, de las 34 camas que había en el Complejo Hospitalario de Navarra, en apenas 15 días se habilitaron otras 10 convirtiendo algunos espacios en dobles e incorporando las cuatro camas de la UCI pediátrica, a las que se sumaron 24, 16 preparadas en la habitual zona de realización de endoscopias, 8 de Cirugía Mayor Ambulatoria, y se pusieron en standby 6 camas de Observación. También se dispuso de 32 camas en las Unidades de Recuperación Postanestésica (URPA) a la que se derivaron a los pacientes no covid.

En cuanto al resto de centros, de la Clínica Universidad de Navarra se hizo uso de sus 12 camas de UCI y de otras tantas de intermedios que se convirtieron también en puestos de críticos, a los que se sumaron los 6 de la Clínica San Miguel.

En el resto de localidades, en el Hospital García Orcoyen de Estella, que se inició con 3 camas, se llegó hasta las 9 tomando la URPA y 2 puestos más cercanos a la UCI. Respecto al Reina Sofía de Tudela, la pandemia llegó cuando la Unidad de este centro se encontraba en obras de rehabilitación. Por la necesidad de la pandemia, se abrió el 1 de marzo 3 camas de una URPA menor, y más adelante, “en un tiempo récord”, se reabrió la UCI usual con 7 camas, 3 de una URPA menor, 8 de la URPA nueva más 3 de una antigua URPA, donde fueron los pacientes no covid. En total, en el hospital tudelano se habilitaron 21 puestos de críticos.

Asimismo, y siguiendo el principio de prevención gracias en buena parte a la previsión con modelos matemáticos tras un acuerdo con la UPNA, se contempló llegar a usar 18 boxes de Observación del Complejo, donde también se preparó una nueva observación en la antigua UCI por si hubiese sido necesario y se tuvo en cuenta 6 puestos más de la URPA de la CUN, por lo que, en caso de ser necesario, se podría haber llegado hasta los 190 puestos de críticos.

una 2ª ola con 108 camas uci La experiencia de la primera ola y la dilatada duración de la segunda, en la que hubo 275 ingresos espaciados entre los meses de julio y diciembre, hizo que solo fuese necesario habilitar 104 puestos para pacientes críticos: las 44 UCI del CHN, a las que se agregaban las 24 de la sala de endoscopias y la cirugía mayor ambulatoria; 12 de la CUN, 6 de la Clínica San Miguel, 8 en el García Orcoyen de Estella, y 4 en Tudela, donde el 14 de septiembre y tras la remodelación se abrieron 10 nuevas camas UCI.

material para todas las zonas Si la pandemia ha tenido algo positivo en cuanto a la situación hospitalaria ha sido, además del reconocimiento a distintos sectores, la dotación de material a todas los puestos de pacientes críticos. Así las cosas, en la segunda ola todas las camas de críticos de Navarra han trabajado con el sistema informativo SICCA, lo que ha facilitado una estandarización, y también se dotó con monitorización toda la UCI pediátrica. Otro de los elementos a reforzar fueron la adquisición de camas y colchones, y la detección de necesidades en Estella -que cuenta con una nueva UCI- y Tudela, donde ahora hay 7 camas UCI más tras la obra de verano.