esde el pasado 8-M la situación mundial ha cambiado. La pandemia ha visibilizado lo que el feminismo y el socialismo venimos diciendo desde hace mucho tiempo. Un nuevo modelo de sociedad justo y sostenible es necesario. Ante este capitalismo generador de desigualdades, guerras, muertes y crisis ecológica, nosotras construimos alternativas. Llevamos un año luchando de muchas maneras, sosteniendo un día a día lleno de urgencias e incertidumbres. Nos hemos seguido organizando on line y en los barrios y pueblos, hemos estado con nuestras vecinas en la redes de apoyo mutuo, en los desahucios, apoyando los servicios públicos, visibilizando las tareas de cuidados, luchando por la dignidad de los trabajos feminizados, precarizados y contra la falta de derechos de muchas de nosotras: por todas ellas y por nosotras, este 8 de marzo salimos a conmemorar nuestra fuerza, nuestras luchas y nuestras alianzas. Porque la nueva normalidad debe ser un mundo nuevo, donde la producción y la reproducción estén al servicio de las personas y el planeta. La pandemia ha demostrado que somos esenciales para sostener la vida en hospitales, residencias y hogares: cuidadoras, limpiadoras, enfermeras o trabajadoras han estado en primera línea contra el covid, pero desarrollan su trabajo desde la precariedad (el 44% de las mujeres ocupadas no llegan a cobrar el SMI) Es el momento de revertir las reformas laborales y atajar la precariedad y la feminización de la pobreza ante esta crisis en la que entramos. Contra todas las crisis ahora y siempre, reivindicamos lo público y lo común. Estamos convencidas que sólo desde una visión integral que atienda las necesidades específicas de cada una, podremos dar una respuesta colectiva. Solo desde la perspectiva feminista seremos capaces de abordar la reconstrucción del tejido social, económico y público a través de estrategias de redistribución de la riqueza como palanca que garantice la justicia social. Especialmente para las mujeres pensionistas. Reclamamos pensiones dignas y garantizadas para todas y medidas que reviertan la brecha salarial y el suelo pegajoso que nos aboca a las mujeres al umbral de la pobreza. Desde IU exigimos que se incorpore la perspectiva de género en todos los planes de reconstrucción y se evalúe su impacto de género para evitar que esta crisis aumente la desigualdad de las mujeres. Mientras, nosotras seguimos avanzando. Cada 8 de marzo volvemos fuertes y juntas llenando las calles, como parte de ese grito global internacionalista y en lucha constante que nos hace avanzar como sociedad. Muestra de ello, es la lucha por garantizar nuestros derechos sexuales y reproductivos a nivel global. Desde IU exigimos aborto libre, seguro, gratuito y en Sistema de Salud Pública, educación afectivo-sexual desde una perspectiva feminista y que sea materia obligatoria en todas las etapas educativas. La pandemia ha vuelto a dejar de manifiesto las situaciones de desprotección, exposición al contagio y falta de derechos de las mujeres en situación de prostitución. Ante estas realidades, en IU planteamos la urgencia de un plan integral contra la trata y la prostitución que articule medidas, planes, alternativas y derechos que garanticen las vidas dignas de todas las mujeres explotadas sexualmente.

En IU trabajamos por conformar un frente común. Desde Izquierda Unida no tenemos dudas, el feminismo no es sólo la lucha de las mujeres, es un prisma que amplifica nuestras luchas, interpelando directamente a las realidades materiales de quienes más sufren y creando alianzas y estrategias para cambiar las desigualdades que vivimos día a día la clase trabajadora.Las autoras pertenecen al Área de Mujer e Igualdad de IUN-NEB