- La vacunación con el suero de AstraZeneca apenas se ha resentido en la Comunidad Foral después del polémico cambio de criterio con su administración, que dejó de inyectarse a menores de 60 años y se pone al tramo de edad entre 60 y 69 años tras su relación con casos aislados de trombosis aparecidos en toda Europa. “El riesgo es ínfimo”, recordó la consejera de Salud, Santos Induráin, vacunada el pasado sábado en Maristas con dicha vacuna. “El beneficio-riesgo es muchísimo más positivo”, dijo la consejera para insuflar ánimos con la vacunación. La realidad es que el grupo de 60 a 65 años que están recibiendo ahora AstraZeneca la están aceptando de forma mayoritaria. En una entrevista ayer en la Cadena Ser, uno de los máximos responsables de la vacunación, Aurelio Barricarte, precisaba que dicha aceptación de la vacuna estaba en torno al 93%. De hecho, las personas que tienen cita y no acuden a vacunarse son un porcentaje absolutamente residual, que no alcanza el 1%. En las citaciones telefónicas se reciben algunas negativas más, aunque muchas de ellas están relacionadas con otros factores, por personas que se encuentran en procesos clínicos o que debido a alguna patología prefieren esperar a consultar a su especialista antes que aceptar la inoculación. De esta forma, si la semana pasada el rechazo a AstraZeneca era del 4%, ahora se sitúa en torno al 7%, un porcentaje que demuestra por otra parte la garantía y confianza de la mayor parte de la ciudadanía en el proceso de vacunación. La consejera Induráin informó la semana pasada de que no se habían notificado reacciones graves con el suministro de la vacuna en Navarra y que no había existido ningun caso de trombosis. Sí reconoció el sábado que habían crecido ligeramente las reticencias y negativas de las personas a las que se les ofrecía inocularse AstraZeneca, algo lógico teniendo en cuenta los polémicos cambios de criterio con su suministro.